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Por Diego Da Costa
Lorene
Scafaria estrena Estafadoras de Wall Street, inspirada en una
historia real sobre un grupo de strippers que
drogaban y robaban a hombres de negocios. El film no ha estado exento de
polémica, dado que una de
las bailarinas cargó contra la cinta por no sentirse identificada con lo que
vio en pantalla. Sin embargo, tanto el público, como la crítica
especializada, han alabado la película. Se ha convertido en una de las
revelaciones de 2019. Ha
sido nominada en los premios Gotham.
Estafadoras de Wall Street está inspirada en
hechos reales. Un grupo de strippers (Jennifer Lopez, Constance Wu, Lili
Reinhart, Cardi B) se unen para estafar a sus clientes, ricos magnates de Wall
Street. Cuando Elizabeth (Julia Stiles) una periodista del New York Magazine
comienza a investigar, ellas verán peligrar su negocio y tendrán que afianzar
su lealtad por encima de la envidia y la avaricia.
La venganza de la ambición
Hay una profundidad sobre la propia naturaleza humana, que no se limita a empoderar la figura de la mujer, sino que muestra la crudeza de una realidad alejada de los sueños idílicos americanos. Lo que hace superior a este film, es hacer a sus protagonistas tan imperfectas, convirtiéndolas en brillantemente humanas. El espectador puede no compartir la toma de decisiones que se expone, pero le permite comprender lo que se esconde detrás.
Crea una empatía visceral, no se juzga, ni hay pretensión de ello.
Además, hay que destacar
que se aleja de las intenciones de buscar la lágrima fácil y la lástima
innecesaria sobre sus protagonistas. En ningún momento se victimiza a sus
figuras, dado que hubiera sido un error crear una fragilidad forzada. Las relaciones que se presentan
en la cinta, parten de una sororidad que enternece al público.
Un sentimiento tan humano como real, lo que provoca que haya una identificación hacia esta familia, nacida de la amistad, disfuncional. Madres, hijas, solteras, casadas, con pareja, sin ella… La situación personal de las protagonistas es tan variada, que le otorga esa dosis de realidad que termina de redondear el resultado. Una coherencia narrativa que se apoya en un puzzle de historias de vida, que invita al espectador a reflexionar y sobre todo, conocer lo que se esconde detrás de una verdad. Detrás de unas “estafadoras”.
Un sentimiento tan humano como real, lo que provoca que haya una identificación hacia esta familia, nacida de la amistad, disfuncional. Madres, hijas, solteras, casadas, con pareja, sin ella… La situación personal de las protagonistas es tan variada, que le otorga esa dosis de realidad que termina de redondear el resultado. Una coherencia narrativa que se apoya en un puzzle de historias de vida, que invita al espectador a reflexionar y sobre todo, conocer lo que se esconde detrás de una verdad. Detrás de unas “estafadoras”.
El renacer de Jennifer Lopez
Una de las razones que,
normalmente, crea prejuicios sobre Estafadoras de Wall Street, es tener a Jennifer
Lopez a la cabeza, pero, paradójicamente, el reparto principal deslumbra en el
film.
Lopez se reinventa y encuentra un papel con el que lucirse interpretativamente. Su Ramona tiene una potencia y un carácter en escena, que consigue calar en el espectador desde el primer momento. Su expresividad corporal y la gran energía que desprende encajan a la perfección con esa identidad maternal y socarrona que emana la del Bronx. Es uno de los mejores papeles de la artista hasta la fecha. Está impresionante.
Un caso parecido ocurre con Lili Reinhart. La actriz conocida por “Riverdale”, deja esa faceta adolescente para dar un trabajo más maduro y alejada del cliché naif. Una participación menor, que aún así, le permite mostrar una faceta distinta en pantalla y un potencial a explotar.
Lopez se reinventa y encuentra un papel con el que lucirse interpretativamente. Su Ramona tiene una potencia y un carácter en escena, que consigue calar en el espectador desde el primer momento. Su expresividad corporal y la gran energía que desprende encajan a la perfección con esa identidad maternal y socarrona que emana la del Bronx. Es uno de los mejores papeles de la artista hasta la fecha. Está impresionante.
Un caso parecido ocurre con Lili Reinhart. La actriz conocida por “Riverdale”, deja esa faceta adolescente para dar un trabajo más maduro y alejada del cliché naif. Una participación menor, que aún así, le permite mostrar una faceta distinta en pantalla y un potencial a explotar.
Como es lógico, Constance Wu, protagonista absoluta del film, pisa fuerte desde la primera secuencia. La actriz se mete de lleno en Destiny y remueve al público con esa explosión de sensaciones en su propia vida. No cae en el drama innecesario, sino que contiene tanta emoción de forma interna y sabe transmitirlo al espectador. Un trabajo actoral muy sensitivo que resuelve satisfactoriamente.
Conmueve a la audiencia, a fuego lento y sin sentimentalismos. Junto con Jennifer Lopez, forman una pareja cinematográfica muy carismática y con una química tan personal, que no es extraño que el mayor peso dramático recaiga sobre ellas. Por último, destacar el trabajo interpretativo de Keke Palmer como Mercedes y Cardi B como Diamond. Aportan esa energía coral, que sienta las bases de un buen resultado actoral. La clave del film se encuentra en la excelente composición del grupo de actrices que lo constituye.
Entre joyas y decadencia
La realización técnica
detrás de Estafadoras de Wall Street sigue una dinámica
muy parecida a otros filmes que se ambientan en los bajos fondos como “Magic
Mike”. Esa mezcla de colores oscuros,
en los que los morados y los azules invaden la escena, contrasta con esa
luminosidad de secuencias de la cinta alejados del mundo de los clubs.
Hay un diseño artístico muy cuidado y prueba de ello, es el detalle en el propio vestuario de las protagonistas. Al estar basado en una historia real, han respetado una ambientación alejada de artificios. Sin embargo, hay que reconocer que los movimientos de cámara y encuadres brillan, en especial, en las escenas de baile.
Una sensualidad y una vigorosidad que fascinan al espectador. Sin embargo, no se puede negar que en el resto de secuencias siguen un patrón estándar y no luce de forma tan destacable como su dirección artística.
Hay un diseño artístico muy cuidado y prueba de ello, es el detalle en el propio vestuario de las protagonistas. Al estar basado en una historia real, han respetado una ambientación alejada de artificios. Sin embargo, hay que reconocer que los movimientos de cámara y encuadres brillan, en especial, en las escenas de baile.
Una sensualidad y una vigorosidad que fascinan al espectador. Sin embargo, no se puede negar que en el resto de secuencias siguen un patrón estándar y no luce de forma tan destacable como su dirección artística.
Asimismo, también hay
que comentar uno de
los elementos más dinámicos que hay en el film y es el uso de la cultura pop en
sus escenas. Canciones como el ya mítico “Gimme More” de
Britney Spears, o la presencia de Usher, son pinceladas que simpatizan con el
gran público.
Esos pequeños homenajes a la cultura de masas aporta mayor realismo y coherencia espacio-temporal con la época en la que se narran los hechos. Después, la inclusión del personaje de Julia Stiles como Elizabeth, nombre en la ficción que correspondería a Jessica Pressler, la periodista que investigó este caso, crea ese puente entre la dramatización de los hechos y la verosimilitud que hay entre ellos.
La manera de equilibrar entre una fábula de justicia social y el análisis de un grupo delictivo crea una historia sin maniqueísmo y con mucha verdad, por lo menos, cinematográfica.
Esos pequeños homenajes a la cultura de masas aporta mayor realismo y coherencia espacio-temporal con la época en la que se narran los hechos. Después, la inclusión del personaje de Julia Stiles como Elizabeth, nombre en la ficción que correspondería a Jessica Pressler, la periodista que investigó este caso, crea ese puente entre la dramatización de los hechos y la verosimilitud que hay entre ellos.
La manera de equilibrar entre una fábula de justicia social y el análisis de un grupo delictivo crea una historia sin maniqueísmo y con mucha verdad, por lo menos, cinematográfica.
Conclusión
Estafadoras de Wall Street es un film que
sorprende y que termina
por dejar con un buen sabor de boca al espectador. Sus
protagonistas brillan, en especial, Jennifer
Lopez y Constance Wu. Las dos forman una pareja cinematográfica con mucha
fuerza y terminan por lucirse, dando un resultado
interpretativo magistral.
El guion sigue una trama, inspirada en hechos reales, que presenta unos sucesos con profundidad, sinceridad y unos claroscuros que elevan al film. Historias de vida que van más allá, sin aditivos y con una verdad que merece ser escuchada.
El guion sigue una trama, inspirada en hechos reales, que presenta unos sucesos con profundidad, sinceridad y unos claroscuros que elevan al film. Historias de vida que van más allá, sin aditivos y con una verdad que merece ser escuchada.
Técnicamente cuida mucho
los detalles de este universo, en especial el mundo de la noche, creando una
gama de colores preciosa. Luego, la dirección fotográfica no termina de brillar todo lo
que podría. Buen homenaje a la cultura pop con diversos guiños que conectan con
el espectador. Un baile
cinematográfico que termina por seducir a los espectadores y
acaban a los pies de estas “estafadoras” tan alocadas y difíciles como humanas.
Director: Lorene Scafaria
Reparto:
Constance Wu (Destiny)
Jennifer Lopez (Ramona)
Keke Palmer (Mercedes)
Lili Reinhart (Annabelle)
Julia Stiles (Elizabeth)
Constance Wu (Destiny)
Jennifer Lopez (Ramona)
Keke Palmer (Mercedes)
Lili Reinhart (Annabelle)
Julia Stiles (Elizabeth)
Año: 2019
País: Estados Unidos
Género: Drama
Duración: 110 minPaís: Estados Unidos
Género: Drama
Clasificación: Mayores de 18
Guion: Lorene Scafaria &Jessica Pressler
Fotografía: Todd Banhazl
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