Por Jaime Azrad (twitter: @_azrad)
Ahora sí, lo he visto todo. A quien se le haya ocurrido esta muy bizarra combinación de dos géneros tan distintos (a Scott Mitchell Rosenberg, en 2006), pues… no sé qué decirle. Aunque no es el primero que lo intenta, seguro recuerdas la absurda Wild wild west (1999), o la increíble Volver al futuro III (1990), entre los pocos ejemplos que existen.
Siempre resulta difícil ver ciencia ficción y western en la misma historia, aunque si todo resulta bien justificado, como en la saga de Indiana Jones, sin incluir la última (1984-1995), el público accede a creérsela y hasta la disfruta.
Cowboys y aliens se sitúa en 1873, y cuenta la historia de un extraño (Daniel Craig) que llega al pueblo de Absolución, sin recuerdo alguno de su pasado. Este pueblito no se atreve a mover un dedo sin el permiso del Coronel Dolarhyde (Harrison Ford), pero todo esto no importará cuando los extraterrestres invadan.
Para ser sincero, mis expectativas al sentarme en la butaca eran bastante malas, pero la primera media hora de la película me dejó impresionado con una fotografía bien cuidada, como queriendo seguir un estilo de los hermanos Coen, en True Grit (2010), y una estética en general bastante atinada.
Pero ¿qué se puede esperar después? Los alienígenas atacan y la película se convierte en una lucha entre caballos y máquinas que sólo mantendrá satisfecho al fanático de la acción y la persecución. Daniel Craig intenta demostrar un poco de sentimiento mientras descubre su pasado, lo que resulta siempre un tanto forzado, quizás por ser James Bond, o porque nadie se la cree.
El encontrarse de pronto con Ana de la Reguera compartiendo créditos con Harrison Ford también resulta en un shock, y aunque su papel es muy pequeño, es divertido verla entre los efectos especiales de las grandes producciones de Hollywood. Por su lado, Olivia Wilde es un deleite ante la cámara, se da a notar su belleza perfecta que ya tendrá su justificación un tanto patética dentro de la historia (no puedo contártela, pero créeme: patética).
La historia al principio es bien tratada, pero después apuesta por giros de 180 grados que, entre tantas vueltas, pierden la esencia. El choque de géneros tan distintos es un reto muy grande, por lo que sólo muy pocos consiguen lograrlo.
Por mí, que los vaqueros se queden en su rancho y los marcianos se metan con sociedades de su tamaño.
Director: Jon Favreau
Ahora sí, lo he visto todo. A quien se le haya ocurrido esta muy bizarra combinación de dos géneros tan distintos (a Scott Mitchell Rosenberg, en 2006), pues… no sé qué decirle. Aunque no es el primero que lo intenta, seguro recuerdas la absurda Wild wild west (1999), o la increíble Volver al futuro III (1990), entre los pocos ejemplos que existen.
Siempre resulta difícil ver ciencia ficción y western en la misma historia, aunque si todo resulta bien justificado, como en la saga de Indiana Jones, sin incluir la última (1984-1995), el público accede a creérsela y hasta la disfruta.
Cowboys y aliens se sitúa en 1873, y cuenta la historia de un extraño (Daniel Craig) que llega al pueblo de Absolución, sin recuerdo alguno de su pasado. Este pueblito no se atreve a mover un dedo sin el permiso del Coronel Dolarhyde (Harrison Ford), pero todo esto no importará cuando los extraterrestres invadan.
Para ser sincero, mis expectativas al sentarme en la butaca eran bastante malas, pero la primera media hora de la película me dejó impresionado con una fotografía bien cuidada, como queriendo seguir un estilo de los hermanos Coen, en True Grit (2010), y una estética en general bastante atinada.
Pero ¿qué se puede esperar después? Los alienígenas atacan y la película se convierte en una lucha entre caballos y máquinas que sólo mantendrá satisfecho al fanático de la acción y la persecución. Daniel Craig intenta demostrar un poco de sentimiento mientras descubre su pasado, lo que resulta siempre un tanto forzado, quizás por ser James Bond, o porque nadie se la cree.
El encontrarse de pronto con Ana de la Reguera compartiendo créditos con Harrison Ford también resulta en un shock, y aunque su papel es muy pequeño, es divertido verla entre los efectos especiales de las grandes producciones de Hollywood. Por su lado, Olivia Wilde es un deleite ante la cámara, se da a notar su belleza perfecta que ya tendrá su justificación un tanto patética dentro de la historia (no puedo contártela, pero créeme: patética).
La historia al principio es bien tratada, pero después apuesta por giros de 180 grados que, entre tantas vueltas, pierden la esencia. El choque de géneros tan distintos es un reto muy grande, por lo que sólo muy pocos consiguen lograrlo.
Por mí, que los vaqueros se queden en su rancho y los marcianos se metan con sociedades de su tamaño.
Director: Jon Favreau
Reparto: Daniel Craig, Harrison Ford, Olivia Wilde
País:Estados Unidos
Año: 2011
Género: Ciencia Ficción y Western
Duración: 118
Clasificación: B
Estreno en México: 26 de agosto, 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario