Por Julia Elena Melche.
Al enterarse que la mujer que lo recogió de niño ha muerto, el maduro Kai Koss regresa a su pueblo natal, luego de casi veinte años de haberse ido. Su retorno provocará que se enfrente con los fantasmas de su pasado, recordando todos los horrores que vivió al lado de esa siniestra mujer. Ha heredado la vieja casona que fue su cruel hogar, donde pasó su niñez encerrado, fue torturado, quemado con agua hirviendo y a punto de morir ahogado en la bañera. Su deseo es prenderle fuego a la casa e irse, pero una serie de sucesos extraños harán que permanezca en el lugar, llevándolo a estados de delirio y paranoia, cercanos a la locura.
En un principio, la cinta conjunta todos los elementos del cine del terror que son manejados por el cineasta con bastante acierto; el crujir de escaleras, el rechinido de puertas, el reflejo en el espejo del rostro de la mujer muerta, súbitas apariciones, objetos que parecen cobrar vida propia, efectos sonoros y atmósferas oscuras, húmedas y desvencijadas. Sin embargo, a medida que corre el relato, el filme se torna en un revelador thriller psicológico sobre el maltrato y crueldad hacia los niños, cuando se va descubriendo la terrible infancia de Kai.
Por desgracia, el título al español, El hijo maldito, no hace justicia a la trama. El original, que significa Oculto, es el adecuado para una historia de crímenes monstruosos que se han escondido durante años, a su vez, es la condición en que vivió Kai y la manera en que permanece en la edad adulta, otro pequeño que también fue atormentado por una madre demente.
La película está construida a base de continuos flashbacks que van narrando la infancia de Kai. Siendo un niño de escasos 5 años, queda huérfano al morir sus padres en un accidente automovilístico mientras viajaban en una carretera por el bosque. Ahí, es recogido por una extraña mujer, mientras otro pequeño huye despavorido entre los árboles.
El director noruego Pål Øie, debutó en el 2005 con otro filme de corte sobrenatural y conductas límite, Next door. Ahora, escribe un guión conciso para abordar con sordidez la existencia de un hombre afectado por su pasado, apoyado por un excelente equipo técnico e inmejorables actuaciones. Cabe destacar el trabajo del actor noruego Kristoffer Joner, quien se mete en la piel de un ser marcado por heridas difíciles de sanar, tanto físicas como psicológicas.
Oscura en lo visual y en su contenido, la cinta es una gratificante muestra del cine nórdico de horror y suspenso, que, sin el recurso de los grandes efectos especiales es capaz de provocar un verdadero horror entre la audiencia debido a su destacada fotografía y a un guión inteligente que permite varias lecturas.
Dirección: Pål Øie
Reparto: Kristoffer Joner, Anders Danielsen Lie, Agnes Karin Haaskjold y Cecilie A. Mosli.
País: Noruega.
Año: 2009.
Género: Terror.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 26 de agosto de 2011.
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