jueves, 4 de agosto de 2011

MEDIANOCHE EN PARÍS (MIDNIGHT IN PARIS): SIMPLEMENTE ¡DELICIOSA!


Por Julia Elena Melche.

Luego de filmar una treintena de cintas en su querida Manhattan, el realizador neoyorquino de culto Woody Allen, dio un salto hasta la capital inglesa para continuar luego por Barcelona, confrontando en la pantalla sus añejas obsesiones temáticas, resumidas en el eterno malestar existencial de la clase media. Ahora se desplaza a la Ciudad de las luces para confeccionar una deliciosa y muy divertida comedia que evoca al Woody Allen relajado, chispeante, amable, ingenioso y notablemente renovado e inspirado.

La capital del glamur e ícono del amor, “hermosa por la mañana, encantadora por la tarde y hechizante por la noche”, se torna realmente mágica después de la medianoche para Gil Pender (Owen Wilson, inmejorable), un guionista de Hollywood y aspirante a escritor que trata de encontrar inspiración mientras camina por las calles de París. De repente, se encuentra perdido y mientras busca la manera de regresar a su hotel, aparece un viejo auto. La puerta se abre y sus alegres y bulliciosos pasajeros lo invitan a subir. Gil sube con ellos para emprender un viaje fantástico, lleno de nostalgia, que cambiará el curso de su vida.

La cinta inicia con un fabuloso recorrido por la capital francesa mientras se escuchan las magníficas notas de una música parisina en clarinete, interpretada por el propio Allen. La Torre Eiffel, el Sena, la iglesia de Notre Dame, la Plaza de la Concordia, El Arco del Triunfo, el Museo de Louvre, Montmartre, el Barrio Latino, el Palacio de Versalles, los Campos Elíseos, el Moulin Rouge y sus famosas cafeterías, son capturados por la cámara del genial fotógrafo francoiraní Darius Khondji de Seven, Deseando amar, Delicatessen y Evita. A este cálido homenaje a París, se sumarán muchos más a lo largo del filme, que es en sí mismo un poema amoroso a la urbe francesa.

La historia es sencilla; Gil llega a París acompañado de su prometida Inez (Rachel McAdams) y sus futuros suegros. En el hotel se encuentran a una pareja amiga de Inez, Carol (Nina Arianda) y su pedante y sabelotodo marido Paul (Michael Sheen), quienes invitan a los enamorados novios a pasear y cenar con ellos. A Gil no le hace la menor gracia compartir su tiempo con ellos, especialmente con Paul, y como buen soñador y enamorado de la ciudad, se va por su cuenta a recorrer sus calles.

La insatisfacción, uno de los temas predilectos de Allen, se convierte aquí en el asunto que guía la trama y de nueva cuenta encuentra su salida en las ilusiones, en una huída de la realidad hacia lugares mágicos. Si en La Rosa púrpura del Cairo, una camarera evade su triste realidad al acudir al cine para ver una y otra vez la misma película y una noche es invitada por el actor de la cinta a atravesar la pantalla y compartir con él su maravilloso mundo, en Medianoche en París Gil, el alter ego del cineasta, podrá hacer un viaje en el tiempo hasta el París bohemio de los años veintes y conocer a sus héroes personales; a los grandes genios, escritores, músicos y pintores de esa época. Así, llegará a una fiesta en honor al célebre Jean Cocteau, conversará con el novelista Scott Fitzgerald y su compañera Zelda Sayre, escuchará las melodías al piano de Cole Porter, platicará con Ernest Hemingway, conseguirá que la poeta y escritora Gertrude Stein lea su libro, escuchará al extravagante Salvador Dalí y convivirá con Pablo Picasso y Luis Buñuel.

El director consigue una cinta redonda mediante un guión ágil, bien estructurado y de diálogos inteligentes. Elabora una crítica mordaz al esnobismo, ignorancia y banalidad de la sociedad norteamericana; los suegros de Gil, unos fervientes republicanos, comprando unas sillas carísimas porque de ese tipo no hay en Estados Unidos, o bien el preferir vino californiano en pleno París!!! Los apuntes llenos de chispa abundan en la historia; en una escena Gil le sugiere a Buñuel un argumento: un grupo de burgueses se reúnen para una fiesta en una opulenta residencia y de repente descubren que no pueden salir, (El ángel exterminador). El aragonés se queda perplejo, tratando de encontrar una respuesta racional de la o las razones que impiden la salida a los personajes.

De nueva cuenta hay insistencia en el vacío anímico; Gil tiene un trabajo que no le satisface, no consigue terminar su libro y no está nada entusiasmado con vivir en Malibú cuando se case con su noviecita rica y hueca. Sin embargo, Allen conduce el asunto por los terrenos del optimismo a través de un pasado soñado e idealizado, llevando al héroe hasta la Belle Époque de los impresionistas Degas, Gauguin y Toulouse-Lautrec, para encontrar su añorada musa en la sensual Adriana (Marion Cotillard), una joven que aspira a diseñar alta costura y trabajar con “Coco” Chanel y fue modelo y amante del pintor y escultor Modigliani, y de los cubistas Braque y Picasso.

Con sobresalientes actuaciones de Kathy Bates, Adrien Brody y Carla Bruni, primera dama de Francia, el nuevo trabajo del realizador de Alicia, Poderosa Afrodita, Comedia sexual de una noche de verano y Manhattan, es sin duda de los mejores en su vasta filmografía y una brillante reflexión sobre el sentido de la ilusión, dejando en evidencia la enorme lucidez e ingenio de un autor que siempre encuentra equivalencias narrativas y recursos diversificados para abordar sus asuntos predilectos.

Dirección: Woody Allen.

Reparto: Owen Wilson, Rachel McAdams, Kathy Bates, Marion Cotillard, Carla Bruni, Michael Sheen, Kurt Fuller, Adrien Brody, Corey Stoll, Alison Pill y Tea Party.

País: Estados Unidos.

Año: 2011.

Género: Comedia fantástica romántica.

Duración: 94 minutos.

Clasificación: Adolescentes y adultos.

Fecha de estreno en México: 5 de agosto de 2011.

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