Por Vicente Aristi
Pasaron muchos años para poder disfrutar nno de los más famosos personajes de los caricaturistas Trino y Jis, el cual salta de su tira cómica a la pantalla grande para deleite no sólo de sus fieles seguidores de antaño, sino para los mayores de edad que, sin duda, se divertirán con las peripecias y aventuras de Santos, un tipo enmascarado que combate de manera antiheroica las amenazas de la humanidad y que defiende los intereses de los ciudadanos, como los suyos propios.
El personaje principal de la película de animación se regocija en el inútil pero simpático chaparrito, estereotipo del mal mexicano. Su problema y ventaja, al mismo tiempo, es que no tiene poder sobrenatural ni valor alguno pero junto a su amigo y ayudante El Cabo, con el que tiene una relacón muy "sui generis", luchará contra sus enemigos, más que de antaño, meramente circunstanciales, entre ellos, el Peyote Asesino y alguna que otra vez, la mismisima Tetona Mendoza.




Gratos detalles cinematográficos - la alusión al abrigo rojo de la niña de "La Lista de Schindler"-, y alusiones al mundo del arte conforman un deleite estético. Lozano juega también con la cuarta pared, cruzándola sin miramientos, creando una película sumamente empática, sobre todo para pasar hora y media de moral relajada ante un divertido pero incisivo reflejo de nuestra sociedad.
Director: Alejandro Lozano

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