viernes, 13 de mayo de 2011

EL SECRETO DE SORAYA (THE STONING OF SORAYA M.)






LA INTOLERANCIA EXTREMA HACIA LA MUJER.

Por Julia Elena Melche.
El preocupante asunto de la degradante situación de las mujeres en el mundo musulmán ha sido reflejado con singular realismo por comprometidos cineastas iraníes como Mohsen Makhmalbaf en Kandahar, su hija Hana en Buda explotó de vergüenza, Siddiq Barmak en Osama y Jafar Pahani en El círculo. Hollywood consiguió un inquietante retrato en No sin mi hija basada en la historia real de una mujer norteamericana y su hija que tratan de huir de Irán, luego de ser retenida y obligada a quedarse para siempre por su marido iraní. Desde el uso de la burka y chadores, hasta la prohibición de fumar, viajar o andar solas sin tarjeta de identidad, la negación a la educación o a trabajos remunerados, son ya signos de hostilidad e intolerancia hacia la mujer, cuyo valor es mil veces menos que el de una cabra. Sin embargo, la brutal práctica de la lapidación por adulterio en los países islámicos, muy pocas veces se había retratado.
El realizador estadunidense de ascendencia iraní Cyrus Nowrasteh y su esposa y co guionista Betsy Giffen, traducen en impactantes imágenes el bestseller La mujer lapidada, llamado luego La lapidación de Soraya M: Una historia real, del periodista franco iraní Freidoune Sahebjam para narrar la historia de Soraya, una mujer iraní con cuatro hijos, quien es acusada falsamente de adulterio por su propio marido y condenada a ser lapidada.

Basada en hechos reales, la cinta inicia con la llegada de Freidoune, interpretado por James Caviezel, a la remota aldea iraní de Kapuyeh. Su auto sufre una avería y mientras espera que lo arreglen es abordado por una madura mujer de nombre Zarah (Shohreh Aghdashloo) quien decide narrarle la terrible historia de su sobrina Soraya (Mozhan Marno) para que el mudo entero se entere de la verdad de los terribles hechos.
Es 1979, durante el triunfo de la revolución islámica y bajo el liderazgo del Ayatola Jomeini. El marido de Soraya, Ali (Navid Negahban) se ha enamorado de una jovencita de 14 años y como desea casarse con ella, le pide el divorcio a su mujer.

Ella se lo niega ya que con lo que le dejaría, no podría mantener a sus dos hijas. Es entonces cuando los hombres más influyentes del lugar son instigados por Ali para conspirar contra ella y acusarla de adulterio. El realizador consigue una ambientación impecable mediante un territorio dominado por integristas islámicos, donde las mujeres están a merced de los varones y son las víctimas del fanatismo del fundamentalismo religioso.


La narrativa se enfoca hacia la mezquindad del marido, hacia la hipocresía de las autoridades religiosas quienes encuentran en sus creencias y severas leyes la justificación para la violencia contra las mujeres. La vocación de denuncia del filme es contundente al mostrar una crónica en frío del poder de la dictadura falocrática, donde el padre de Soraya es el primero en arrojarle la primera piedra, seguido por el alcalde, el líder religioso y luego por sus dos hijos varones y por el esposo. La cámara captura en primeros planos el dolor de Zarah ante acontecimientos que no puede evitar y la agonía de Soraya en su ejecución inminente. En este punto, es evidente el sello hollywoodense de la cinta al recrear de manera bastante gráfica y sensacionalista el sufrimiento de la mujer. De ahí que se perciben lazos de unión con La pasión de Cristo de Mel Gibson, al remarcar lo crudo y doloroso de la agonía y muerte de Soraya, incluso hay secuencias muy similares a la película de Gibson, como la escena donde el marido se acerca a Soraya para confirmar su muerte y ella abre los ojos sangrantes en una toma cerrada.
No obstante los terrenos del tremendismo que pisa la cinta, con base en estremecedoras imágenes bañadas de sangre y llenas de dramatismo, su enorme mérito es la exposición de un sistema jurídico iraní que no solo viola y anula todos los derechos de la mujer, sino que se ensaña con ella y lo peor, en nombre de Dios. Con la intención de otorgarle mayor dramatismo al hecho, se muestra el rostro descubierto de Soraya, luego de ser atada y enterrada hasta arriba de la cintura para que la multitud frente a ella la apedree. En la práctica real, la mujer es envuelta de pies a cabeza en una sábana blanca, atada y enterrada y su rostro no puede verse. La muerte por lapidación es una de las más dolorosas, ya que las piedras elegidas deben ser de tamaño mediano para aumentar y prolongar el sufrimiento de la víctima.
Como detenidos en la barbarie más terrible, los pueblos islámicos continúan hoy en día con estos castigos inhumanos hacia las mujeres, donde también las queman o decapitan. Cada año se calcula que alrededor de 5 mil mujeres se convierten en víctimas de los llamados “crímenes de honor”, en los que los familiares matan a la mujer “que los deshonró” por cometer “actos impuros” como vestir provocativamente o tener relaciones sexuales ilícitas. El decreto de muerte por lapidación ha despertado la ira e indignación entre activistas de derechos humanos quienes siguen luchando por impedirlo.

Dirección: Cyrus Nowrasteh.
Reparto: Shohreh Aghdashloo, Mozhan Marno, Navid Negahban y James Caviezel.
País: Estados Unidos.
Año: 2010.
Género: Drama.
Duración: 114 minutos.
Clasificación: Solamente adultos.Fecha de estreno en México: 13 de mayo de 2011

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la situacion vivida por soraya y todas las mujeres iranies es terrible. no deberia pasar estas cosas en el siglo XXI. no muestra como el mal uso del poder economico y politico destruyen a grupos considerados minorias

Claudia dijo...

Malditos misóginos