viernes, 4 de marzo de 2011

INVIERNO PROFUNDO (WINTER´S BONE): CRUDO RETRATO DE LA AMÉRICA RURAL.

Por Julia Elena Melche.

Fue toda una sorpresa que el filme independiente Winter´s bone se colara en la reciente entrega de los Óscares, compitiendo con grandes producciones. Sin embargo, esto significa que se reconocieron sus muchos méritos, aunque no ganó ninguna estatuilla. Con un acertado título al español de Invierno profundo, la cinta ha merecido grandes elogios por la crítica especializada a nivel internacional, así como merecedora de dos galardones en el Festival de Berlín, del premio FIPRESCI en el Festival de cine de Estocolmo y fue la gran ganadora en el Festival de Sundance.

Se trata de una película controlada, sobria, sin prisas y con un guión brillante que atrapa desde su primera secuencia para retratar a la América profunda de una manera cruda y sin concesiones. La directora Debra Granik se inspiró en la novela homónima del escritor nacido en Misuri, Daniel Woodrell, especializado en relatos noir y sin duda gran observador de su ambiente natal, el medio oeste norteamericano, donde se desarrolla el filme, entre las ásperas e inhóspitas montañas Ozrak. Ahí vive la adolescente de 17 años Ree Dolly (Jennifer Lawrence), en una vivienda miserable, quien se hace cargo de su madre discapacitada y de sus dos hermanos más pequeños.

Ree y su familia pasan hambre, frío y sobreviven gracias a la caridad de algunos vecinos o comiendo ardillas. Por si esto fuera poco, ahora están a punto de perder su casa; el padre de Ree la ofreció como garantía para la fianza que le permitiera salir de prisión y si el hombre no se presenta a juicio en pocos días, será embargada. Ree decide buscar a su padre, de quien desconoce su paradero. Aunque cree que ha muerto, acude a la familia paterna y busca en todas partes para saber su paradero.

Con más virtudes que defectos, Invierno profundo es toda una joya del cine independiente, en la que se percibe un aire a Clint Eastwood y trae a la memoria Río helado. Su fuerza radica principalmente en el tono crudo de su narración que nunca sucumbe al melodrama ni da golpes bajos sentimentales. Se respira aspereza en cada escena, que se subraya por el ambiente invernal y gélido y las atmósferas sucias, descuidadas y llenas de basura. Pero también hay miseria moral y podredumbre humanas.

En su viaje, Ree se encontrará con seres siniestros, hostiles y violentos que pertenecen a una sociedad cerrada sobre sí misma. La familia de su padre se niega a hablar del asunto, los hombres dominan por medio de la violencia y las mujeres obedecen. Ree sigue indagando, pregunta, pero solo recibe como respuesta mentiras, frases evasivas y golpes.

La realizadora consigue una inmejorable puesta en escena y una fiel traslación al celuloide del texto original. Retrata a un grupo de marginados, desconfiados y atrapados en las drogas. Los familiares son gente hermética y misteriosa, capaces de actos mezquinos y aberrantes con tal de proteger sus secretos. Si bien, hay interpretaciones sobresalientes, como la de John Hawkes de Gángster americano y de la serie televisiva Lost, en el rol del tío de Ree, un tipo ambiguo, duro y al mismo tiempo compasivo, destaca particularmente la actuación de la joven actriz Jennifer Lawrence de Lejos de la tierra quemada, quien interioriza en un papel difícil y consigue trasmitir su desasosiego existencial a través de un tono exacto de voz y miradas y gestos elocuentes. Su nominación al Oscar como Mejor Actriz fue sin duda un reconocimiento a su enorme talento.

Un filme intenso, amargo, que consigue un aterrador retrato de un microcosmos rural, no obstante de enorme belleza visual.

Dirección: Debra Granik.

Reparto: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Dale Dickey, Garret Dillahunt y Sheryl Tate Taylor.

País: Estados Unidos.

Año: 2010.

Género: Drama.

Duración: 110 minutos.

Clasificación: Mayores de 15 años.

Fecha de estreno en México: 4 de marzo de 2011.








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