sábado, 26 de junio de 2010

CELDA 211: DE GUARDIA A PRISIONERO INVOLUNTARIO.



Por Julia Elena Melche.

Ganadora de 8 Premios Goya, Celda 211 es considerada el mayor de los éxitos recientes en la historia del cine español. ¿Las razones? Se trata de un sólido y vigoroso drama carcelario con vocación de denuncia social, personajes intensos y muy bien construidos y elementos del mejor thriller que contiene grandes dosis de intriga y suspenso.

El realizador español Daniel Monzón, ex crítico cinematográfico del programa televisivo Días de Cine, lleva a la pantalla la novela homónima de Francisco Pérez Gandul para adentrarse en el sub mundo cotidiano de una cárcel, a la que llega Juan Oliver (el actor debutante argentino Alberto Ammann), un joven funcionario de prisiones que decide presentarse un día antes de su incorporación oficial al plantel. Durante su recorrido en la cárcel sufre un accidente en la sección de los presos más peligrosos y temidos que lo deja inconsciente. A los pocos minutos se desencadena un motín y sus compañeros lo dejan solo en la celda 211 para tratar de controlar a los sublevados. Cuando recupera el conocimiento se da cuenta de la situación y comprende que la única manera de sobrevivir es hacerse pasar por un preso más de los amotinados.

Monzón consigue un filme impactante con personajes arquetípicos; terroristas, narcotraficantes, asesinos, toda una escoria social abandonada a su suerte y al abuso de la autoridad corrupta. Mediante una fotografía en momentos en un tono semi documental y atmósferas de tensión y nerviosismo, ofrece una visión demoledora de la realidad carcelaria y de la política penitenciaria, que conlleva a una reflexión de los mecanismos represivos del Estado. El escenario es inmejorable, la antigua prisión provincial de Zamora contribuye al ambiente hostil y claustrofóbico de la cárcel; celdas, galerías, patio central y la sala de monitores de televisión desde donde las autoridades siguen el motín y controlan todos los movimientos de los reclusos.

Las actuaciones merecen una mención especial, particularmente la de Luis Tosar (Los lunes al sol, Te doy mis ojos), como el Malamadre en quien reposa el gran peso dramático del filme. Se trata del carismático líder de los presos que no permite que nadie cuestiones su autoridad, pero que nunca traiciona a nadie. Antihéroe imprevisible, es rudo aunque leal y sabe ser amigo, mediante su personal código de valores.

En el exterior tiene lugar otra revuelta. La prensa y familiares de los presos han acudido a las puertas de la prisión, entre ellos la esposa embarazada de Juan, quien es agredida por un guardia. Desde su inquietante inicio hasta su final trágico, Celda 211 deja sin respiro al espectador. El drama de Juan ya no es solamente buscar la forma de salvar su vida, sino también la de su mujer, de la que ignora su destino.

La narración ofrece giros inesperados, inaugurando un feroz juego de poder entre Juan y Malamadre, en cuya tensa y compleja relación recae la parte más fascinante de la cinta. De enemigos enfrentados que se desprecian pueden llegar a ser compañeros solidarios y leales. Si bien, hay desconfianza, también hay respeto que llega a rayar en la admiración de uno por el otro. Ambos resultan piezas claves para el retrato de un sistema penitenciario que ha caído en la podredumbre y del que Juan ha experimentado en carne propia. De frágil funcionario, Juan se convertirá en un tipo arriesgado y violento. Paradójicamente terminará siendo una víctima del propio sistema al que sirve.

Una cinta que sin duda no dejará indiferente a ningún espectador.

Dirección: Daniel Monzón.

Reparto: Luis Tosar, Alberto Ammann, Antonio Resines, Martha Etura, Carlos Bardem, Manuel Morón, Luis Zahera y Vicente Romero.

País: Francia-España.

Año: 2009.

Género: Drama carcelario.

Duración: 110 minutos.

Clasificación: Adolescentes y adultos.

Fecha de estreno en México: 25 de junio de 2010.

No hay comentarios: