“Luego de un cuarto de siglo de crisis, los cambios que finalmente están teniendo lugar en Cuba no han logrado el impacto esperado en los sectores más humildes del país. Lo que sí, es que a todos los niveles se habla de crisis de valores, sin que se aborden a fondo sus causas. Los niños son el gran blanco de esos problemas", comenta el realizador cubano Ernesto Daranas sobre su reciente trabajo, Conducta, un filme que "no pretende hablar del sistema de enseñanza cubano, sino reflexionar sobre la realidad interna de las aulas y algunos hogares".
"La mirada se centra mucho más en esos riesgos a los que la niñez está expuesta, incluido el modo en que las condiciones sociales y económicas afectan a la familia y a la escuela”, concluye Daranas en torno a su cinta, un melodrama esperanzador que retrata la vida de algunos niños en una escuela primaria de La Habana.
Conducta sigue los pasos del pequeño Chala (Armando Valdés Freire), un niño de once años que vive con su madre drogadicta y alcohólica Sonia (Yuliet Cruz), quien se dedica a entrenar perros de pelea para sostenerse económicamente.
Este mundo de violencia en que vive, se refleja en la escuela, pero su buena maestra Carmela (Alina Rodríguez) consigue calmar a la “bola de candela” de Chala. Un día, Carmela sufre un infarto y es llevada al hospital. La joven e inexperta profesora que la sustituye, se muestra incapaz de manejar el carácter explosivo de Chala, por lo que la directora decide enviar al chico a una “escuela de conducta”, una especie de internados especiales para alumnos problemáticos.
Este mundo de violencia en que vive, se refleja en la escuela, pero su buena maestra Carmela (Alina Rodríguez) consigue calmar a la “bola de candela” de Chala. Un día, Carmela sufre un infarto y es llevada al hospital. La joven e inexperta profesora que la sustituye, se muestra incapaz de manejar el carácter explosivo de Chala, por lo que la directora decide enviar al chico a una “escuela de conducta”, una especie de internados especiales para alumnos problemáticos.
Como en Habanastation (Padrón, 11), el director pone sus ojos en los niños de su país. Ahora, para reflexionar sobre el papel de la familia y la escuela en la formación de las nuevas generaciones. Chala ha crecido en un ambiente marginal, en el seno de una familia disfuncional. Un padre ausente, una madre irresponsable que se la pasa siempre ansiosa y malhumorada, y las experiencias con los terribles entrenamientos a los perros y las brutales peleas a los que son sometidos luego, han contribuido a la formación del carácter de Chala, cuyas relaciones sociales con sus compañeros se basan en pugnas, en enfrentamientos y en choques constantes.
El realizador coloca a su protagonista en medio del complejo tejido de la sociedad cubana actual, en la que prácticas prohibidas, como las peleas de perros, resultan ser un medio de sobrevivencia.
Daranas apunta hacia una realidad social ignorada y no busca embellecer la capital habanera y la muestra en panorámicas, con sus casas y edificios ruinosos. Pone el dedo en un régimen que parece haber olvidado sus principios de respeto a la dignidad y a la justicia social, y que ahora se ha anquilosado en prácticas burocráticas, retóricas y autoritarias, en legislaciones arbitrarias, dándole la espalda a los reclamos de una sociedad empobrecida.
Daranas apunta hacia una realidad social ignorada y no busca embellecer la capital habanera y la muestra en panorámicas, con sus casas y edificios ruinosos. Pone el dedo en un régimen que parece haber olvidado sus principios de respeto a la dignidad y a la justicia social, y que ahora se ha anquilosado en prácticas burocráticas, retóricas y autoritarias, en legislaciones arbitrarias, dándole la espalda a los reclamos de una sociedad empobrecida.
Una maestra veterana que está obligada a jubilarse, una alumna que coloca la estampa de una virgen en el clásico mural cultural de su aula, en una escuela laica, politizada y conservadora, son los momentos que sirven para advertir los errores de un sistema educativo, impregnado de dogmas, prohibiciones y tabúes.
Con el personaje de Noas, el chico apodado “palestino”, quien nació en una provincia cubana y es considerado un ilegal en su propia tierra, porque en la isla caribeña solamente los que tengan una vivienda segura en la Habana, podrán residir ahí, el director muestra uno de los dramas más fuertes que existe en Cuba, que es la discriminación a la inmigración interna.
Con el personaje de Noas, el chico apodado “palestino”, quien nació en una provincia cubana y es considerado un ilegal en su propia tierra, porque en la isla caribeña solamente los que tengan una vivienda segura en la Habana, podrán residir ahí, el director muestra uno de los dramas más fuertes que existe en Cuba, que es la discriminación a la inmigración interna.
Con actores no profesionales y un final abierto que invita a la conciliación, Conducta ofrece una tibia crítica a la situación social en Cuba que reposa sobre una buena carga moralista, y en su exaltado tono melodramático, hay cabida para entrañables personajes, como maestras de buen corazón y hasta la historia de un tímido amor infantil.
Dirección y Guión: Ernesto Daranas.
Reparto: Alina Rodríguez (Carmela), Armando Valdés Freire (Chala), Silvia Águila (Raquel), Yuliet Cruz (Sonia), Armando Miguel Gómez (Ignacio), Amaly Junco (Yeni) y Miriel Cejas (Marta).
País: Cuba.
Año: 2014.
Duración: 108 minutos.
EL DIRECTOR:
Ernesto Daranas nació en La Habana en 1961.Estudió pedagogía y geografía en su ciudad natal antes de desempeñarse como guionista para la radio cubana. En 2004 elaboró el guión y codirigió junto a Natasha Vázquez el documental Los últimos gaiteros de la Habana, ganador del Premio de Periodismo Rey de España, uno de los más importantes del mundo hispano. En 2008 estrenó Los dioses rotos, su primer largometraje de ficción, premiado en los festivales de La Habana y Providence (Estados Unidos), Ceará (Brasil) y Gibará (Cuba). Su producción en documental Blue Cha Cha fue nominado al Latin Grammy como Mejor Video Musical de Larga Duración.
CONDUCTA SE EXHIBE EN LA CINETECA NACIONAL A PARTIR DEL 20 DE FEBRERO DE 2015.
HORARIOS:
Viernes 20 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Sábado 21 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Domingo 22 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Martes 24 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Miércoles 25 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Jueves 26 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
HORARIOS:
Viernes 20 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Sábado 21 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Domingo 22 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
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Miércoles 25 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
Jueves 26 de febrero. Sala 7 a las 19:15 y 21:30 hrs.
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