viernes, 20 de febrero de 2015

CINETECA NACIONAL EXHIBE “IDA”, NOMINADA AL ÓSCAR COMO MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.

Cuando el propio pasado está lleno de horribles secretos y mentiras, se trastoca la existencia y se ponen a prueba los propios principios y la fe. Es lo que le sucede a la protagonista del más reciente filme del polaco Pawel Pawlikowski, quien debe enfrentarse a la verdad sobre su nacimiento y su familia antes de tomar sus votos y convertirse en monja.

La historia de Ida se remonta a 1962, momento en el que Anna (Agata Trzebuchowska ), una novicia de 18 años, se prepara para convertirse en monja. Antes de eso, la madre superiora le revela que le sobrevive una pariente, su tía Wanda (Agata Kulesza), y le pide que la conozca a ella y al mundo exterior antes de tomar los votos. Wanda, antigua juez del estado comunista polaco, le descubre a Anna que su verdadero nombre es Ida y es judía de nacimiento; además, su familia vivió un trágico destino y juntas inician un viaje en busca de las raíces de la joven, poniendo a prueba su fe y su fuerza.

Mediante un planteamiento de “road movie”, Pawlikowski acompaña a las dos mujeres a través de la geografía y la historia de una República Popular de Polonia devastada y empobrecida, controlada férreamente por el Partido Obrero Unificado Polaco bajo la tutela de la U.R.S.S. La decadencia del entorno será el reflejo de la degeneración personal de los sueños e ilusiones de aquellos que vivieron el durante y después de la guerra, una imagen que la joven Ida contempla casi ajena.

Durante el viaje, Ida y Wanda -dos caracteres totalmente opuestos-, tendrán la oportunidad ya no sólo de escarbar en la historia de su familia, sino en la suya propia, desenterrando engaños y secretos de un pasado que conducirá a las protagonistas a una suerte de expiación catártica.

“Quería hacer una película en Polonia sobre un período que me interesaba mucho, una época con la que me siento muy unido, mi niñez. Así que suponía el regreso a mi país natal y a una etapa muy concreta de mi vida. También estaba interesado en cuestiones religiosas, en qué significaba ser religioso en Polonia, si tenías que ser polaco para ser católico, o si tenías que ser católico para ser polaco, o descubrir si había algo más trascendental que eso. Quería hacer una película sobre una vida complicada, una vida que tiene muchas vidas dentro de ella. Hablo del personaje de Wanda, una mujer muy cálida y muy vivaz que también puede ser un monstruo. Pero también el de Ida, quien siente más fuerte su fe, independientemente de la nacionalidad o del linaje, por lo que su crisis de identidad no la destruye. Quería hacer una película universal partiendo de un tiempo y un lugar muy concretos y planteando cuestiones como la identidad, la fe o las paradojas de la vida”, comenta el realizador Pawlikowski.

Se trata de un filme pausado, con escasos pero no insuficientes diálogos y tomas que no duran más de un minuto. En Ida, el gran logro del cineasta es una apuesta estética contundente -evocadora de Dreyer y de Bresson- de planos fijos y una composición que juega con el desequilibrio de los aires, enmarcados en un formato hoy en día tan poco habitual como el 4/3. 

Además, el director ha recurrido a un blanco y negro poco contrastado donde imperan los tonos medios, tan austeros como los paisajes rurales y urbanos, cargados de neblina y nieve, que en tomas muy abiertas capturan la Polonia de los años 60. A esto, hay que agregar intensos primeros planos que exploran los grandes y profundos ojos negros y la belleza de la protagonista, cuya sobria interpretación es coherente con el planteamiento desdramatizado de Pawlikowski.

Con más de 30 galardones en diversos festivales internacionales de cine, Ida ha sido calificada como una obra maestra por el periódico The New Yorker, y como una de las "mejores películas europeas de los últimos tiempos", por el The New York Times. Algo que el cineasta atribuye tanto a la forma como al contenido, reconociendo que se trata de la conjunción de muchas cosas diferentes que no se pueden desligar unas de otras, como los temas judíos-polacos, el Holocausto, la fe católica e incluso la personalidad y comportamiento desordenados de la coprotagonista, la tía Wanda.

Se trata sin duda de una obra profundamente bella, pero también terriblemente fría, y una fuerte candidata en la próxima entrega de los premios Óscar, nominada en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa.

Dirección: Paweł Pawlikowski.
Guión: Paweł Pawlikowski y Rebecca Lenkiewicz.
Reparto: Agata Trzebuchowska (Anna / Ida), Agata Kulesza (Wanda), Dawid Ogrodnik (Lis), Jerzy Trela (Szymon), Adam Szyszkowski (Feliks) y Halina Skoczyńska (madre superiora).
País: Polonia-Dinamarca.
Año: 2013.
Género: Drama.
Duración: 82 minutos.

EL DIRECTOR:

Paweł Pawlikowski nació en Varsovia en 1957 y abandonó su natal Polonia comunista a los 14 años. Radicó en Alemania y luego se estableció en el Reino Unido. Se inició como documentalista y su documental más exitoso documental es Serbian Epics, realizado en la cúspide de la guerra de Bosnia. En el cine de ficción se inició en 1998 con The Stringer, historia de un soñador camarógrafo ruso en busca vender sus imágenes a alguna agencia de prensa occidental. Ida representa el regreso del cineasta a su natal Polonia y uno de los mejores trabajos de su filmografía, prácticamente desconocida en nuestro país.

IDA SE EXHIBE EN CINETECA NACIONAL A PARTIR DEL 20 DE FEBRERO DE 2015.

HORARIOS:
Viernes 20 de febrero. Sala 3 a las 18:00, 20:00 y 22:00 hrs.
Sábado 21 de febrero. Sala 3 a las 16:30, 18:30 y 21:00 hrs.
Domingo 22 de febrero. Sala 3 a las 16:30, 18:30 y 20:30 hrs.
Lunes 23 de febrero. Sala 3 a las 17:15, 19:15 y 21:15 hrs.
Martes 24 de febrero. Sala 3 a las 16:00, 18:00 y 20:30 hrs.
Miércoles 25 de febrero. Sala 3 a las 16:00, 18:00 y 20:30 hrs.
Jueves 26 de febrero. Sala 3 a las 16:00, 18:00 y 20:30 hrs


PARA MAYOR INFORMACIÓN, CONSULTAR: www.cinetecanacional.net

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