En su nueva cinta, el canadiense Xavier Dolan adapta la
obra homónima de Jean-Luc Lagarce para narrar el caos familiar que provoca un
escritor moribundo que vuelve a casa.
Jean-Luc Lagarce,
dramaturgo de Héricourt, Francia, tenía 38 años cuando sucumbió ante el virus
del SIDA. Cinco años antes, en 1990, había escrito Juste la fin du monde, una obra de teatro en donde el protagonista,
que padece una enfermedad sin nombre, sabe que va a morir y decide anunciárselo
a la familia que abandonó años atrás.
El argumento de esta
pieza fue adaptado al cine por el polémico cineasta Xavier Dolan en su primera
producción fuera de Canadá: No es
más que el fin del mundo (Juste la fin du monde, 2016).
El alter ego de Lagarce está encarnado por
Gaspard Ulliel, actor que recientemente ganó posición con su trabajo
protagónico en Saint Laurent (Bertrand Bonello, 2014). El actor francés se
pone en la piel de Louis-Jean Knipper, un escritor enfermo que regresa a la
casa de su madre después de 12 años de ausencia para anunciar su muerte
inminente, sólo para ser recibido con egoísmo y hostilidad.
“Quien haya vivido
abuso y violencia y haya regresado a casa después de un tiempo, y a quien le
sea difícil lidiar con familiares complicados, puede entender, incluso en
mínimas proporciones, la falta de comunicación y los malentendidos que tienen
lugar bajo ese techo”, comentó Dolan en la alfombra roja del Festival de Cine
de Londres para The Upcoming.
La familia está
integrada por algunos de los actores franceses más reconocidos de la industria
contemporánea. Vincent Cassel interpreta al hermano mayor del protagonista, quien
lo agrede constantemente; Marion Cotillard es su nuera, una mujer sumisa y
retraída que es la primera en darse cuenta que el escritor está en mal estado;
y Léa Seydoux está en el papel de su hermana menor, su única cómplice a pesar
del fuerte resentimiento que siente hacia él.
La presencia de Dolan
en el Festival de Cine de Cannes es cada vez más impactante entre la crítica.
Cuando el director de tan sólo 27 años de edad recibía el Grand Prix en la
ceremonia del 2016, la sala de prensa reaccionó con abucheos. En México, sus películas
Tom
en el granero (Tom at the Farm,
2013) y Mommy (2014) fueron cálidamente recibidas en su paso por la
Muestra Internacional de Cine.
Del otro lado de esta controversia,
periodistas como Peter Bradshaw y Peter Debruge salieron en defensa de No es más que el fin del mundo, con argumentos que justifican el exceso de violencia
verbal de los personajes y los claustrofóbicos primeros planos que predominan
en la cinta como elementos necesarios para transmitir el estado anímico de un
hombre que es oprimido por un ambiente venenoso.
“Aquí, en el género
cinematográfico más desagradable (la reunión de familia disfuncional), Dolan ha
encontrado una manera de exasperar y fatigar a su audiencia, pero también ha
logrado una catarsis completamente inesperada al final de una agonizante hora y
media. De pie sobre la tumba de los sueños, él sabe por qué el ave enjaulada
canta”, escribió Debruge en su crítica para Variety.
2016. Gran Premio del Jurado y
Premio del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes, Francia. Premio Art
Cinema en el Festival de Cine de Hamburgo, Alemania. Proyección de estreno en
el Festival Internacional de Cine de Toronto, Canadá.
EL DIRECTOR. |
Dirección, Edición
y Guión: Xavier Dolan, basado en la obra teatral homónima de Jean-Luc Lagarce.
Reparto: Gaspard
Ulliel (Louis), Nathalie Baye (Martine, la madre), Vincent Cassel (Antoine),
Marion Cotillard (Catherine), Léa Seydoux (Suzanne).
País: Canadá-Francia.
Año: 2016.
Género: Drama.
Duración: 95
minutos.
NO ES MÁS QUE EL FIN DEL MUNDO (JUSTE LA FIN DU MONDE) SE EXHIBE
EN EL MARCO DE LA 61 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL MIERCOLES 23 AL LUNES 28
EN CINETECA NACIONAL Y DEL MIÉRCOLES 30 DE NOVIEMBRE AL SÁBADO 3 DE DICIEMBRE
EN CINÉPOLIS.
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