viernes, 23 de julio de 2010

DISCOVERY CHANNEL: CAZADORES DE NAZIS



Discovery Channel estrenó CAZADORES DE NAZIS, una serie dividida en 13 episodios que cuenta la historia del extraordinario y tenaz equipo que rastreó sin descanso y consiguió atrapar a algunos de los hombres y mujeres más buscados sobre la faz de la Tierra. En ocasiones lo hicieron impulsados por los motivos más nobles, pero en otras, ellos mismos recurrieron a métodos que, cuando fueron revelados, horrorizaron a sus propios seguidores. Todos los episodios de esta apasionante serie se trensmiten por Discovery Channel los jueves a las 23:00 hrs.
El asesino de Malmedy
Estreno: 22 de julio a las 23:00 hrs
Un día de enero de 1945, Joachim Peiper y su tristemente célebre escuadrón de maleantes enfundados en uniformes de las SS condujeron al 285º batallón de artillería terrestre del ejército de los Estados Unidos a un sembradío cerca de Malmedy y ejecutaron a todos sus integrantes. Asimismo, se le atribuyeron a Peiper otras masacres de soldados estadounidenses. Ante esto, un grupo de élite conformado por miembros de la SHAEF (siglas en inglés de la Fuerza Expedicionaria del Supremo Cuartel General Aliado) fue designado para cazar a Peiper. De entrada, quedaron horrorizados por la brutalidad del crimen, mismo que había provocado la indignación de la opinión pública mundial, al ser el mayor asesinato colectivo de soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial.

La persecución llevó a los efectivos de la SHAEF a reunir todo tipo de evidencia y los sumergió en la complejísima tarea de trabajar en medio del caos provocado por el fin del conflicto. La mayoría de los responsables materiales ya se encontraba bajo custodia de las fuerzas aliadas, pero se debatía sobre el autor intelectual del crimen. Finalmente, se estableció que Peiper, conocido por sembrar el terror entre sus enemigos dentro y fuera del campo de batalla, había ordenado a sus hombres no tomar prisioneros.

Desgraciadamente, los nazis implicados fueron llevados ante la justicia de una forma muy poco aseada. Se acusó a los investigadores de torturar físicamente a los detenidos con el fin de extraerles confesiones falsas, y a pesar de que se les declaró a todos ellos culpables, fue tal el disgusto del público estadounidense ante tales “métodos” judiciales que ninguno de los criminales de guerra fue sentenciado a muerte; en lugar de ello se les encarceló.

Peiper cumplió su sentencia y fue liberado en 1956. Posteriormente trabajó en las fábricas Porsche y en una distribuidora de automóviles Volkswagen. A todo esto, Peiper guardó un gran resentimiento en contra del gobierno alemán por la forma en que fue tratado. Creía firmemente que nunca debió haber pisado la cárcel, por lo que, en represalia, fijó su residencia en Francia y se dedicó a traducir libros sobre la guerra del inglés al alemán. Incluso empezó a escribir uno sobre los hechos de Malmedy. En abril de 1976, el diario comunista francés Humanité reveló la presencia de Peiper en la nación gala, junto con su domicilio particular. Finalmente, en julio de ese mismo año, la casa del criminal de guerra se incendió —con él dentro—, casi con certeza en un fuego provocado por antiguos miembros de la Resistencia.

El comandante de Treblinka
Estreno: 29 de julio a las 23:00 hrs
Franz Stangl era el comandante de los campos de concentración nazis de Treblinka y Sobibor en Polonia. Fue responsable directo del exterminio de alrededor de 900 mil hombres, mujeres y niños. Al final de la guerra, escapó a Italia gracias a una vía organizada por autoridades del Vaticano, y posteriormente desapareció.

Por su parte, Simon Wiesenthal era un sobreviviente del Holocausto. Nacido en Ucrania en 1908, fue deportado junto con su familia en 1939 y encarcelado en un campo de trabajos forzados. En mayo de 1945 fue liberado por las tropas aliadas del campo de exterminio de Mauthausen. Con 1.80 de estatura, pesaba sólo 44 kilos. Al recobrar la salud, juró localizar y llevar ante la justicia a algunos de los monstruos que lo habían conducido a él y tantos otros inocentes al infierno.

En 1947, Wiesenthal abrió su Centro de Documentación Judía en Linz, Austria, y poco después se trasladó a Viena. Esta organización independiente recopiló innumerables documentos relacionados con el paradero de criminales de guerra nazis, pero tal esfuerzo requería una carga de trabajo descomunal y asistencia económica constante, por lo que, cuando falleció su benefactor principal —un ciudadano suizo judío—, se vió obligado a cerrar el Centro en 1954.

Mientras, en 1945, Stangl había conseguido pasar inadvertido para sus perseguidores estadounidenses, y asumiendo una identidad falsa, sólo había sido encarcelado brevemente en Austria por su participación en el programa nazi de eutanasia. Al salir de prisión, huyó a Italia, donde funcionarios del Vaticano le proporcionaron un salvoconducto a Siria mediante la utilización de un pasaporte de la Cruz Roja. En compañía de su esposa e hijos, Stangl vivió tres años en Siria, para después trasladarse a Brasil en 1951. Allí, trabajó en una planta armadora de la Volkswagen en São Paulo, sin siquiera molestarse en cambiar su nombre verdadero.

Para fines de los años cincuenta, al declinar el interés estadounidense y soviético en su cacería particular de nazis, Wiesenthal estaba de capa caída. Todo esto cambiaría con la captura del criminal de guerra Adolf Eichmann en 1960, cuando Wiesenthal afirmó haber participado en la operación proporcionando información clave. En realidad, Eichmann habría sido atrapado por el Mossad sin su ayuda, pero a los servicios secretos israelíes les convenía dejar que Wiesenthal tomara el crédito y atrajera sobre él las miradas. Como resultado de tal publicidad, los recursos económicos ya no dejaron de fluir hacia el Centro Wiesenthal, lo que le permitió reanudar su búsqueda.

Lo primero que hizo Wiesenthal con el dinero recién llegado fue rastrear a Stangl. Se contactó con un antiguo oficial de la Gestapo, quien le pidió 25 mil dólares a cambio de información sobre el comandante nazi. De mala gana, Wiesenthal acordó darle siete mil dólares, cantidad que equivalía a un centavo por cada una de las personas asesinadas en Treblinka. “Tenía tres posibilidades”, escribió Wiesenthal. “Sacar a patadas a este sujeto, estrangularlo o cerrar un trato con él. Escogí la tercera opción, ya que consideré que la captura de un genocida justificaba tal pago”.

Finalmente, la perseverancia de Wiesenthal tuvo sus frutos, ya que en 1967 consiguió localizar a Stangl en Brasil. Fue extraditado a la República Federal de Alemania y enjuiciado por la muerte de 900 mil personas. Stangl admitió haber cometido dichos crímenes, pero alegó que simplemente cumplía con lo que le había sido ordenado. Declarado culpable en 1970, Stangl fue sentenciado a cadena perpetua en la prisión de Düsseldorf, donde murió víctima de un ataque cardíaco en 1971.

Otros de los triunfos de alto nivel de Wiesenthal fueron la captura de Karl Silberbauer, el oficial de la Gestapo que arrestó a Ana Frank, y de Hermine Braunsteiner-Ryan, supervisora de un campo de exterminio a quien encontró viviendo tranquilamente en el barrio neoyorquino de Queens. Esta despiadada mujer ordenó personalmente la ejecución de miles de mujeres y niños en el campo de concentración de Majdanek. Finalmente, la cacería de nazis de Simon Wiesenthal terminó con su fallecimiento en 2005.

No hay comentarios: