La Casa
Blanca ha sido capturada por un comando terrorista, el presidente está
secuestrado en un búnker inexpugnable junto
con los más altos cargos de su gobierno. Ante tal contingencia poco o casi nada
se puede hacer… a menos que se cuente con un ex miembro del servicio secreto
como Mike Banning (Butler) que se ha infiltrado en la residencia y deambula
tratando de salvar el día, en medio de la mayor lluvia de balas que ha habido
en mucho tiempo en la pantalla.
Desde
un trágico accidente en el que se desencadenan una serie de situaciones, Mike
Banning debe “apartarse” por un tiempo del servicio personal del presidente
pero empujado materialmente por los sucesos, debe colarse en la Casa Blanca y
tratar de salvar, no solo al presidente y a su equipo, sino al país…. y de paso
al resto del mundo; porque los terroristas no se andan con medias tintas y menos si vienen de cierta parte del mundo que
ha sido antagónica del Tío Sam por
algunos años.
Cuando
se logra llenar una cinta de grandes
nombres como Butler, Freeman, Eckhart, Bassett, Leo, Judd, y demás, hay una
cierta seguridad de que la trama no será mala.
En esta
ocasión, la promesa de Olimpo bajo fuego
se ve cumplida: se promete acción, explosiones, disparos, acciones heroicas, destrucción,
y el extraño desazón que provoca que tal vez la ficción pudiera ser realidad,
según las leyes del clima bélico que se respira entre Estados Unidos y Corea.
La realidad es que Estados Unidos (según los
recientes atentados en Boston lo recuerdan) es una tierra que dejó de ser “inalcanzable”
y en la que el enemigo puede internarse y causar esa psicosis de inseguridad
que realmente resulta efervescente entre la población.
El
enemigo está en casa, eso es lo más terrible. El campo de batalla ya no quedó
en una lejana tierra, no, es en territorio Estadounidense. (Da miedo, ¿no es así?)
En la
película, en lo que el jefe de las fuerza armadas está secuestrado por los
terroristas, un grupo de funcionarios encabezados por el vocero de la
presidencia (Freeman) tratan de re tomar el control de la casa Blanca pero,
evidentemente fracasan en todos su intentos. Su única salida (aunque renuentemente)
es que dejen a Mike hacer su trabajo y se valgan de su conocimiento interno de
la Casa Blanca para poder efectuar sus movimientos de la mejor manera e
intentar el rescate.
Antoine
Fuqua (Training Day, Shooter ) toma
un atractivo ensamble de actores de primera línea y los dirige en una
interminable secuencia de acción y destrucción.
Aunque
la premisa del ataque al territorio norteamericano ya se ha tratado en el cine antes,
no deja de ser siempre válido el causar ese desazón entre el público para
hacerles pensar qué sucedería en el mundo real si esas posibles condiciones de emergencia
nacional, se llevaran a cabo. ¿Cuánto tiempo se le daría a la autoridad que
subsistiera para resolver el problema de manera armada? ¿Cuáles serían las cifras
de mortandad de la población? y lo más importante. ¿Quién ganaría de todo
eso en realidad.?
Lo más inquietante es que la seguridad en estos tiempos ha sido violentada, la
realidad se ha atragantado con la ficción y aún el mismo Olimpo es susceptible
de caer destrozado. El delgado límite
entre lo “imposible” y el “boletín de última hora” es solamente una fracción de
segundo.
Las
cintas de acción se basan primordialmente en llevar al espectador en la montaña
rusa que signifique el desempeño del héroe en la trama y al respecto de esto
hay diversos tipos de héroe como lo señalo Gerard Butler en su conferencia de
prensa en México; el héroe renuente, el héroe que sabe que hacer y el héroe que
ya es héroe y que prácticamente trabaja como tal.
Por lo
tanto entrar al universo de las cintas de acción es pegarse al camino del héroe
y transitar en medio de los peligros, explosiones, amenazas, heridas y demás
que el personaje tenga que enfrentar, y la efectividad, mucho más allá de la
trama (que digamos que sigue un formulario) se cimenta en qué grado de
adrenalina y suspenso logró arrancar a los espectadores.
El
público sabe que el héroe no muere por ejemplo, que soporta heridas, golpes, caídas
y que debe demostrar cada segundo sus habilidades para disparar, escalar,
pelear y demás la ganancia de la cinta es crear sensaciones de acción, tensión
y violencia, a eso va uno a ver una cinta de acción.
Entonces, Olimpo bajo fuego, funciona porque activa los resortes necesarios: el héroe cumple con su misión, aunque es un hombre sensible es rudo, despiadado en el cumplimiento de su deber con un sentimiento de orgullo por defender su causa (como todo un Marine) así que aunque la cinta sea una larga carnicería la acción vale la pena, por primera vez desde la tragedia del WTC se pone el dedo en la llaga al realizar ataques frontales a símbolos del poderío yanqui mientras Butler patea traseros con la enfebrecida furia de un hincha escocés fuera de control.
Entonces, Olimpo bajo fuego, funciona porque activa los resortes necesarios: el héroe cumple con su misión, aunque es un hombre sensible es rudo, despiadado en el cumplimiento de su deber con un sentimiento de orgullo por defender su causa (como todo un Marine) así que aunque la cinta sea una larga carnicería la acción vale la pena, por primera vez desde la tragedia del WTC se pone el dedo en la llaga al realizar ataques frontales a símbolos del poderío yanqui mientras Butler patea traseros con la enfebrecida furia de un hincha escocés fuera de control.
¿”Duro de matar” para los 2010’s, un “24” en dos horas? puede ser. ¿Una
remembranza a Siege, (1998) o Air Force One (1997)? tal vez. Lo que
sí, es que cumple con lo que promete, acción, ferocidad en el ataque y un héroe
capaz de sacar el solo al mundo adelante. Solo esperemos que Corea vea la peli
antes de declarar la guerra.
Director: Antoine Fuqua
Reparto : Gerard Butler, Aaron Eckhart, Morgan Freeman, Angela Bassett, Melissa Leon, Ashley Judd, Dylan McDermott, Radha
Mitchell, Robert Forster, Cole Hauser
País:
Estados Unidos
Año: 2013
Género:
Acción/Aventura, Suspenso/Thriller
Duración:
2 hr. 0 min.
Clasificación: Mayores de 13; Violencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario