domingo, 21 de abril de 2013

OLIMPO BAJO FUEGO (OLYMPUS HAS FALLEN)


Por Fabián Quezada León

La Casa Blanca ha sido capturada por un comando terrorista, el presidente está secuestrado en un búnker inexpugnable  junto con los más altos cargos de su gobierno. Ante tal contingencia poco o casi nada se puede hacer… a menos que se cuente con un ex miembro del servicio secreto como Mike Banning (Butler) que se ha infiltrado en la residencia y deambula tratando de salvar el día, en medio de la mayor lluvia de balas que ha habido en mucho tiempo en la pantalla.
Desde un trágico accidente en el que se desencadenan una serie de situaciones, Mike Banning debe “apartarse” por un tiempo del servicio personal del presidente pero empujado materialmente por los sucesos, debe colarse en la Casa Blanca y tratar de salvar, no solo al presidente y a su equipo, sino al país…. y de paso al resto del mundo; porque los terroristas no se andan con medias  tintas y  menos si vienen de cierta parte del mundo que ha sido antagónica del Tío Sam por  algunos años.

Cuando se logra llenar  una cinta de grandes nombres como Butler, Freeman, Eckhart, Bassett, Leo, Judd, y demás, hay una cierta seguridad de que la trama no será mala.
En esta ocasión, la promesa de Olimpo bajo fuego se ve cumplida: se promete acción, explosiones, disparos, acciones heroicas, destrucción, y el extraño desazón que provoca que tal vez la ficción pudiera ser realidad, según las leyes del clima bélico que se respira entre Estados Unidos y Corea.

La  realidad es que Estados Unidos (según los recientes atentados en Boston lo recuerdan) es una tierra que dejó de ser “inalcanzable” y en la que el enemigo puede internarse y causar esa psicosis de inseguridad que realmente resulta efervescente entre la población.
El enemigo está en casa, eso es lo más terrible. El campo de batalla ya no quedó en una lejana tierra, no, es en territorio Estadounidense. (Da miedo, ¿no es así?)

En la película, en lo que el jefe de las fuerza armadas está secuestrado por los terroristas, un grupo de funcionarios encabezados por el vocero de la presidencia (Freeman) tratan de re tomar el control de la casa Blanca pero, evidentemente fracasan en todos su intentos. Su única salida (aunque renuentemente) es que dejen a Mike hacer su trabajo y se valgan de su conocimiento interno de la Casa Blanca para poder efectuar sus movimientos de la mejor manera e intentar el rescate.

Antoine Fuqua (Training Day, Shooter ) toma un atractivo ensamble de actores de primera línea y los dirige en una interminable secuencia de acción y destrucción.

Aunque la premisa del ataque al territorio norteamericano ya se ha tratado en el cine antes, no deja de ser siempre válido el causar ese desazón entre el público para hacerles pensar qué sucedería en el mundo real  si esas posibles condiciones de emergencia nacional, se llevaran a cabo. ¿Cuánto tiempo se le daría a la autoridad que subsistiera para resolver el problema de manera armada? ¿Cuáles serían las cifras  de mortandad de la población?  y lo más importante. ¿Quién ganaría de todo eso en realidad.?
 Lo más  inquietante es que la seguridad  en estos tiempos ha sido violentada, la realidad se ha atragantado con la ficción y aún el mismo Olimpo es susceptible de caer destrozado.  El delgado límite entre lo “imposible” y el “boletín de última hora” es solamente una fracción de segundo.
Las cintas de acción se basan primordialmente en llevar al espectador en la montaña rusa que signifique el desempeño del héroe en la trama y al respecto de esto hay diversos tipos de héroe como lo señalo Gerard Butler en su conferencia de prensa en México; el héroe renuente, el héroe que sabe que hacer y el héroe que ya es héroe y que prácticamente trabaja como tal.
Por lo tanto entrar al universo de las cintas de acción es pegarse al camino del héroe y transitar en medio de los peligros, explosiones, amenazas, heridas y demás que el personaje tenga que enfrentar, y la efectividad, mucho más allá de la trama (que digamos que sigue un formulario) se cimenta en qué grado de adrenalina y suspenso logró arrancar a los espectadores.
El público sabe que el héroe no muere por ejemplo, que soporta heridas, golpes, caídas y que debe demostrar cada segundo sus habilidades para disparar, escalar, pelear y demás la ganancia de la cinta es crear sensaciones de acción, tensión y violencia, a eso va uno a ver una cinta de acción.
Entonces, Olimpo bajo fuego, funciona porque activa los resortes necesarios: el héroe cumple con su misión,  aunque es un hombre sensible es rudo, despiadado en el cumplimiento de su deber con un sentimiento de orgullo por defender su causa (como todo un Marine) así que aunque la cinta sea una larga carnicería la acción vale la pena, por primera vez desde la tragedia del WTC se pone el dedo en la llaga al realizar ataques frontales a símbolos del poderío yanqui mientras Butler patea traseros con la enfebrecida furia de un hincha escocés fuera de control.
¿”Duro de matar” para los 2010’s, un “24” en dos horas? puede ser. ¿Una remembranza a Siege, (1998) o Air Force One (1997)? tal vez. Lo que sí, es que cumple con lo que promete, acción, ferocidad en el ataque y un héroe capaz de sacar el solo al mundo adelante. Solo esperemos que Corea vea la peli antes de declarar la guerra.

Director: Antoine Fuqua
Reparto : Gerard Butler, Aaron Eckhart, Morgan Freeman, Angela Bassett, Melissa Leon,  Ashley Judd, Dylan McDermott, Radha Mitchell, Robert Forster, Cole Hauser
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género: Acción/Aventura, Suspenso/Thriller
Duración: 2 hr. 0 min.
Clasificación: Mayores de 13; Violencia

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