lunes, 3 de octubre de 2016

UN TRAIDOR ENTRE NOSOTROS (OUR KIND OF TRAITOR)



Por Fabián Quezada León

Perry Makepace (Mc Gregor) es un profesor de literatura inglés que con su esposa, Gail Perkins (Harris) una abogada, están de vacaciones en Marruecos en un viaje de “reconciliación” cuando “por accidente” conocen a Dima (Skarsgård) un hombre algo rudo pero simpático, que resulta ser uno de los mejores “lavadores de dinero” para nada más y nada menos que la mafia rusa.


En poco tiempo Dima se las arregla para pedir ayuda a Perry para “abandonar Rusia” a cambio, claro está, de proporcionar una “lista negra” de los principales clientes a nivel internacional que “blanquean su dinero” y que pretenden hacer nada más y nada menos un negocio multimillonario insertando un banco en el corazón de Londres. Sin saber en lo que se está metiendo, Perry se compromete cada vez más hasta encontrarse en el centro de una turbia negociación entre Dima y la agencia de inteligencia inglesa. 


Dirigido por Susanna White, con un guión de Hossein Amini, adaptando la novela de John le Carré (La Casa Rusia, El infiltrado, El Jardinero Fiel, El sastre de Panamá, Tinker Tailor Soldier Spy, Night manager) nos topamos con la trama básica de intriga internacional que tanto maneja el autor, eligiendo esta vez a un común y corriente profesor universitario que se ve involucrado con este elemento vital para la mafia rusa que quiere “abandonar las filas”, llevando a su familia consigo.

El planteamiento de la trama sutilmente va generando, en pasos que parecieran completamente inocentes, que los personajes vayan quedando atrapados en medio de movimientos que difícilmente hubieran imaginado si las circunstancias hubieran sido un poco más obvias.



De esa manera lo que Dima comienza como una simple invitación a “tomar un trago” prosigue con un “ven a una fiestecita”…  y acaba con una petición de llevar un USB con “una oferta que no podrán rechazar” al MI6.


El manejo de las reacciones de Perry, en esa mezcla de inocencia/humanidad/caballerosidad y en el otro lado, el cada vez más fuerte deseo de salir de una vida que evidentemente considera un tanto gris  e internarse “en el lado salvaje”, están muy bien llevadas por McGregor acercándose a Dima como quién se acerca a un animal salvaje, puede ser mortal pero es atrayente o tal vez es atrayente porque es mortal.



En cualquier caso, la petición de Dima es demasiada tentación como para no ver más de dos veces de que se trata, y por lo que vemos desde la primera escena entre Perry y Gail, a su relación le falta “algo de chispa” pues ese viaje a Marruecos es un intento de reconciliación tras de un affaire de Perry.

La vuelta de tuerca que nos plantea el argumento de Le Carre es la apreciación que desde los lejanos días de la guerra fría, se ha transmutado un poco la imagen de las agencias internacionales, las identidades nacionales, las figuras de los dirigentes de corporaciones bancarias y políticas, e indudablemente un cierto germen de corrupción y compra venta de influencias y cabezas ha permeado en mayor o menor grado a los círculos del poder y de esta manera, los antiguos enemigos se sientan codo a codo a engordar los bolsillos con gran regocijo, directamente en el surtidor de dinero, sin importar muy específicamente de dónde provenga; que al fin de cuentas para ello se han inventado los blanqueos de capitales, y como diría Obregón: “Nadie resiste un cañonazo de 50 mil” Sí, este mundo ha cambiado mucho desde la guerra fría… 


Pero afortunadamente para Perry y Dima dentro del MI6 hay un agente: Hector Meredith(Lewis) quien por otros motivos colaterales y no la simple y llana bondad, esta  dispuesto a seguir el hilo de Dima. Si ello significa que podrá tener una revancha sobre un viejo enemigo.



De esta manera White nos va llevando, aumentando también la curiosidad del auditorio, como la de Perry y Gail, ciñendo los posibles escapes con algo tan sencillo como la solidaridad y el instinto de protección sobre una familia y tan frágil como la confianza en quien parece ser una ayuda. En cuanto comenzamos a ver que no todas las intenciones, ni las propuestas, son desinteresadas y algunas inclusive carecen de recursos.



La adaptación de Amini quien también ha trabajado en  Wings of a Dove, Drive, Snow White and the Huntsman, introduce algunas licencias literarias a la trama de Le Carre se queda corto en explicaciones y no alcanza a explotar al máximo todas las múltiples situaciones que se derivarían de la trama pero si arma, como en toda cinta de espionaje que se respete, un grupo de escenarios internacionales: Marruecos, París, Londres o los Alpes para el fashion look.



White toca de una manera especial la sensibilidad de los personajes, y se va colando profundamente en el clima de la cinta  tras de una más que perturbadora escena de un asesinato a sangre fría en medio de un campo completamente nevado, mandado a ejecutar por el siniestro príncipe (Dobrygin) a uno de sus “colaboradores”



De la misma manera, donde tal vez un director hombre hubiera aprovechado para exacerbar la acción, la violencia y las armas, White les da un sesgo diferente y aterriza mucho más en las reacciones y las implicaciones de los personajes y esto dentro del género de espías es una mirada diferente, porque tal vez para variar, las luchas más fuertes, las pérdidas más profundas no se hacen con armas, sino que se viven en la carne.



Director: Susanna White.
Reparto: Ewan McGregor, Stellan Skarsgård, Damian Lewis, Naomie Harris, Jeremy Northam, Mark Stanley, Alicia von Rittberg, Mark Gatiss, Saskia Reeves, Alec Utgoff, Pawel Szajda, Grigoriy Dobrygin.
País: Reino Unido
Año 2016
Género: Thriller, acción
Duración: 108 Min
Clasificación: Mayores de 15. Violencia, breves escenas sexuales
 

No hay comentarios: