Por Julia
Elena Melche.
Jacques-Yves
Cousteau, el legendario oceanógrafo francés, “fue alguien que pasó por querer
dominar la naturaleza, por intentar explotarla y, poco a poco, se fue dando
cuenta de la importancia de protegerla para el futuro del mundo”, comenta el
realizador galo Jérôme Salle, encargado de dirigir La Odisea, una biografía
que busca exponer de manera positiva la figura
de Cousteau, pero también de desmitificarla.
Para
conseguir este equilibrio, realizó una exhaustiva investigación en torno al
personaje, con los
documentales que realizó Cousteau y su segundo hijo Philippe, con entrevistas a
los miembros de su familia, a quienes lo siguen admirando, pero también a aquéllos
que lo han rechazado.
Pero el
principal soporte de su trabajo fueron los libros Capitaine de la Calypso, de Albert Falco (experto buzo y
capitán del buque Calypso) e Yves Paccalet, (filósofo y ecologista que participo en las expediciones),
y Mi padre, el capitán Jacques-Yves
Cousteau, de Jean-Michel Cousteau, ambientalista, explorador, productor
fílmico y el hijo mayor de Cousteau, aunque no el favorito.
La cinta
lleva al espectador por un fascinante viaje de casi tres décadas para conocer al hombre, padre, esposo
y famoso explorador submarino, en un interesante recorrido por sus pasiones,
sueños, virtudes, defectos y debilidades, desde los cuarentas cuando vivía en
un paraíso idílico a orillas del Mediterráneo con su joven esposa Simone
(Audrey Tautou de Ámelie)
y sus pequeños hijos Jean-Michel y Philippe,
hasta la trágica muerte de este último a finales de los setentas.
El bien
estructurado guión, co-escrito por el propio realizador, permite que la
historia avance con fluidez en un conjunto de momentos importantes en la vida
personal y profesional de Cousteau (Lambert
Wilson de De dioses y hombres), como su gran aportación, el Aqualung o pulmón
acuático, un dispositivo que permite respirar bajo el agua sin la necesidad de
un tubo de aire en la superficie, que inventó junto con el ingeniero Émile
Gagnan, o la compra y reparación de un dragaminas que convirtió en el barco Calypso,
en el que recorrió todos los océanos del planeta para explorarlos y documentar
la vida marina.
Si bien, La odisea retrata al carismático y apasionado marino, acreedor de
distinciones y prestigiosos galardones internacionales, autor de más cincuenta libros y setenta
documentales, entre ellos el controvertido y sobrecogedor por su extrema violencia El mundo del silencio, ganador del Oscar y de la Palma de Oro en Cannes en 1956,
también muestra al Cousteau ególatra, vuelto un hombre de negocios, interesado
por el dinero, marido infiel, padre distanciado de sus hijos, que se dejó deslumbrar
por la celebridad, perdiendo el interés por la ecología y solo buscaba el
protagonismo.
Un hombre de
contradicciones porque igual fue un apasionado de la flora y fauna marina, que un
insensible ante la fragilidad y el dolor de los animales del mar, actitudes que
provocaron tensas discusiones con su hijo Philippe
(Pierre Niney de Yves Saint Laurent), quien lo acompañó en las
expediciones, pero que decide alejarse tras su disgusto por la captura de una
pareja de leones marinos en Ciudad del Cabo.
Será hasta 1972 que padre e hijo
se reconcilien, cuando emprenden un viaje a la Antártida y el momento en que el explorador toma conciencia de sus acciones y decide orientarlas hacia la protección del medio ambiente. Al llegar a Ushuaia,
Tierra del Fuego, observan los restos de ballenas masacradas y Cousteau reflexiona
sobre ese mundo marino que ha estudiado y explorado, pero que nunca se ha
preocupado por defender.
Lugar
especial ocupa Simone, la esposa entusiasta que estuvo al lado del oceanógrafo
en las buenas y en las malas, quien lo apoyó en todos sus proyectos y aventuras y querida por toda la tripulación del Calypso al que hizo su hogar permanente y ayudó
para pagar su restauración con la venta de sus joyas familiares.
Con
interpretaciones notables, locaciones en Sudáfrica, el Mediterráneo, la Antártica,
La Odisea reúne un excelente
equipo técnico. La fotografía a cargo de Matias Boucard, imprime al filme una
apabullante grandeza visual, capturando maravillas submarinas, como mantarrayas,
tiburones, tortugas o una majestuosa ballena que Philippe observa extasiado.
Por su parte, la música
del experimentado Alexandre
Desplat, gran creador de atmósferas y ganador del Oscar 2014 a la Mejor Banda
Sonora por El gran hotel Budapest, acentúa con energía los momentos
dramáticos y puede llegar a ser sutil y dulcificada en las situaciones
desoladoras.
Filme emotivo, de
contundente mensaje ecológico que aporta en muy buena el personaje de Philippe,
cuando de niño maravillado que descubre por primera vez en compañía de su padre el fascinante mundo
marino lleno de color y fauna abundante, pasa a ser el adulto desencantado que
regresa para sumergirse en aquéllas aguas cristalinas, ahora oscuras, sin vida alguna,
devastadas por la contaminación.
Dirección:
Jérôme Salle.
Guión: Jérôme
Salle, Laurent Turner, basado en los libros Capitaine
de la Calypso, de Albert Falco e Yves Paccalet, y Mi padre, el capitán Jacques-Yves Cousteau, de Jean-Michel Cousteau.
Reparto:
Lambert Wilson, Pierre Niney, Audrey Tautou, Michael Bundred, Chloe Hirschman, Jenna Saras, Dylan Edy, Sabine Palfi, Richard
Lothian, Kevin Otto, Irina Miccoli, Wilson Carpenter, Ryan Kruger, Adam Neill, Brett Williams y Alberto Nicolo.
País:
Francia.
Año: 2016.
Duración: 123
minutos.
Género: Drama
Biográfico.
Clasificación:
Todo público.
Fecha de
estreno en México: 28 de abril de 2017.
LA ODISEA (L'ODYSSÉE) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.
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