Por Julia Elena Melche.
Mario Cornejo es un cincuentón que trabaja en la morgue de un hospital militar en Santiago de Chile y es el encargado de hacer los reportes de las autopsias. Es el 11 de septiembre de 1973 y al lugar llegan decenas de cadáveres por el Golpe de Estado, pero el hombre parece muy poco interesado por el contexto histórico que está viviendo. Su preocupación es estar al pendiente de su guapa vecina Nancy (Antonia Zegers) una bailarina de cabaret de quien está enamorado. Luego de que el ejército irrumpe en la casa de Nancy, debido a que su familia está en contra de los militares, la mujer desaparece y la vida de Mario se cimbra al perder a su amada. Desesperado, comienza a buscarla en medio de una ciudad sitiada y desolada.
El realizador chileno Pablo Larrain construye otra intensa crónica en torno al pasado sangriento de su país. Si en su anterior filme, Tony Manero, capturó el clima del temor ciudadano y las persecuciones políticas durante la dictadura de Pinochet, ahora se adentra en el Golpe de Estado y su gestación mediante la historia de un personaje solitario, con carencias afectivas, pero totalmente apolítico y carente de ideologías. Mario observa el derrocamiento de Salvador Allende y el asenso al poder de Pinochet sin asombrarse ni perturbarse. Es un hombre que no se involucra con los hechos que ve desde lejos. Es un tipo que trabaja con la muerte y que verá como un muerto más al mismo Allende en la sala de autopsias.
Sobresalen particularmente las poderosas imágenes en una perfecta ambientación de época y la inmejorable actuación de Alfredo Castro como Mario, quien dio vida a Tony Manero. La historia está inspirada en la vida real de Cornejo, cuyo amor desesperado en una suerte de alegoría de un país a punto de estallar. La morosidad de la narración y la ausencia de palabras en muchos momentos, otorgan al filme una enorme fuerza que permite el análisis y la reflexión de los acontecimientos históricos de un país en la absoluta violencia, incertidumbre y opresión, como de los personales de un hombre también desgarrado y herido.
Junto con Tony Manero, Post Mortem es otro ejemplo de lo mejor del cine chileno reciente que revisa de manera gélida y sofocante los momentos oscuros de su historia para revivir las viejas cicatrices que aún no terminan de cerrar.
Dirección: Pablo Larrain.
Reparto: Alfredo Castro, Marcelo Alonso, Antonia Zegers, Amparo Noguera y Jaime Vadell.
País: Chile.
Año: 2010.
Género: Drama.
Duración: 98 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 29 de abril de 2011.
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