El director norteamericano Matt Reeves consigue en su
reciente filme, una digna secuela de El origen del planeta de los simios (Wyatt, 2011), que además de brillar con luz propia, es sin duda un reactivador
inmejorable de la saga de los simios y tiene todas las cualidades para
convertirse en una pieza fundamental de la ciencia-ficción moderna y de un
clásico del género.
Para quienes no hayan visto la antecesora, la cinta resume
durante los créditos lo acontecido hace 10 años, cuando en un laboratorio de
San Francisco varios científicos experimentaban en chimpancés una cura para el
Alzheimer, y como consecuencia se genera
un virus contagioso y letal que empieza a afectar a los humanos, conocido como “gripe
de simios”, el cual se expandió por todo el mundo, muriendo así mucha gente.
Los simios desorientados se liberan de sus captores humanos y logran cruzar el
puente Golden Gate, huyendo hacia el legendario parque nacional Muir Woods, guiados
por el entonces joven y benevolente chimpancé César, el líder del grupo.
Ahora, César vive en el bosque con su familia y con una comunidad
creciente de simios genéticamente evolucionados, capaces de hablar y de montar
a caballo, hasta que un buen día un humano aparece, rompiendo la paz de su
apacible refugio. El hombre es uno de los miembros de una pequeña expedición encabezada
por Malcolm, quien desea poner en marcha una presa hidráulica situada en el
territorio ocupado por los simios, para generar la energía que necesita para
sobrevivir en las ruinas del centro de San Francisco junto con una gran colonia
humana. No obstante que Malcolm logra llegar a un acuerdo con César para lograr
su objetivo, el pacto de no agresión entre ambas partes se rompe, desencadenándose
una inminente guerra entre los dos grupos.
La novela distópica del francés Pierre Boulle, publicada en
1963, “El planeta de los simios”,
tiene una nueva lectura cinematográfica con base en un guión sólido y vigoroso que
ensambla con precisión todas las líneas narrativas, a cargo de Mark Bomback y
de los escritores de la antecesora, Rick Jaffa y Amanda Silver, quienes parten
de un notable trabajo anterior para concebir ahora una solvente fantasía
post-apocalíptica a través de una evolución argumentativa, que tiene el
enrarecimiento ambiental de Mad Max (Miller, 1979) y la
descomunal acción en las secuencias de batalla del mejor western y del cine
épico.
Luego de un deslumbrante y abrumador arranque que hipnotiza,
con César en primer plano, capitaneando a un nutrido grupo de simios que trepan
por los árboles y se comunican entre sí mediante gestos, señas y nerviosos sonidos
guturales, la cinta va creciendo en acción, violencia, drama, efectos
especiales, momentos de tensión, reflexiones filosóficas, dilemas morales y
cargas emocionales, todos, perfectamente mezclados para conseguir un magnífico equilibrio
narrativo, donde el ritmo es el adecuado.
Dada la magnitud de la cinta y de su rodaje en escenarios
exteriores, los innovadores efectos especiales, a cargo de la magia de la
compañía neozelandesa Weta Digital, fundada en 1993 por Peter Jackson, ahora se
perfeccionaron para capturar con más precisión todos los detalles de los
movimientos e interpretaciones de los actores, mediante cámaras 3D inalámbricas,
marcadores de seguimiento, cámaras personales y trajes de captura de
interpretación, con los que los histriones pueden moverse con facilidad, pelear
y realizar cualquier actividad física como simios. Todo esto contribuye al
realismo de los primates, cuyos actores fueron entrenados para interpretarlos
de manera convincente y poder reflejar un rico abanico de emociones y
sentimientos.
Es precisamente en la profundidad psicológica e idiosincrasia
de los personajes bien definidos, donde reposa uno de los grandes atractivos
del filme. Cesar, el heroico e inteligente simio, se ha convertido en padre,
gran camarada y en un gobernante prudente, maduro, pacífico y fuerte, que solo
desea el bienestar de la colonia, aunque su condescendencia con los humanos, le
acarree conflictos con otros simios que desconfían del Hombre y lo lleve a un
violento enfrentamiento con la población humana para decidir cuál será la
especie dominante en la Tierra. Maurice, el orangután circense obligado a
divertir a sus captores, ahora es un sabio anciano y leal consejero de César.
Mientras Koba, el chimpancé con cicatrices en su rostro porque pasó buena parte
de su juventud en laboratorios, sometido a terribles experimentos en nombre de
la ciencia, ahora es un guerrero con canas que guarda un enorme rencor y odio
hacia los humanos y solo desea aniquilarlos. Su actitud bélica y revanchista es
producto de un dolor provocado que no es fácil de olvidar.
Si bien predecible en algunos momentos, se trata de una
fascinante e impecable puesta en escena, gracias a la progresión dramática in
crescendo de los personajes, a su estética naturalista que retrata ambientes
devastados, a una partitura musical que remarca el drama o la acción, a un
frenético montaje y una diestra cámara, al eficaz pulso narrativo del
realizador, admirador y fanático de la saga de los simios, y a la presencia monumental
del ya mítico actor británico Andy Serkis, quien interpretó a Gollum en las
trilogías de El Señor de los Anillos y El hobbit, y al descomunal gorila de
King
Kong (05), repitiéndose como César y robándose la película.
Sin duda, El Planeta de los Simios: Confrontación
es una propuesta fílmica emocional y explosiva, tan interesante y afortunada como
la anterior entrega, pero con un mayor poder visual para que funcione como una
pieza de relojería.
Dirección:
Matt Reeves.
Reparto:
Andy Serkis (César), Jason Clarke (Malcolm), Kodi Smit-McPhee (Alexander), Gary
Oldman (Dreyfus), Keri Russell (Ellie),
Toby Kebbell (Koba), Kirk Acevedo (Carver), Judy Greer (Cornelia).
Género: Ciencia-ficción y acción y aventura.
Duración: 130 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 24 de julio de 2014.
El Planeta de los Simios: Confrontación (Dawn of the Planet of the Apes se exhibe en Cinépolis, con un pre-estreno este jueves 17 y el domingo 20 de julio
Para información de horarios y salas, consultar: www.cinepolis.com.mx
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