viernes, 18 de julio de 2014

PÁNICO 5 BRAVO



Por Fabián Quezada León



Es una noche cualquiera, hasta si se quiere un tanto aburrida, donde cuatro paramédicos hacen su trabajo de rutina en la frontera de Arizona y México. Cuando interceptan una alerta de Bravo 5 (código para designar herida de bala) se dan cuenta que: Uno, viene desde el lado Mexicano, dos: causalmente pueden ver al herido desde su puesto; está a unos metros cruzando la frontera. 
Después de una breve discusión deciden ayudarlo y traspasar algunas “reglas” como no infiltrarse a territorio mexicano… Al rescatarlo y llevarlo de regreso a tierra norteamericana, un auto los embiste causando serios daños a los paramédicos y a la unidad.  
Quedan atrapados sin poder pedir ayuda y comienzan varias horas de terror absoluto al ser acosados desde el exterior por capos de la mafia que reclaman al herido y sobre todo… lo que lleva  en el cuerpo.



Kuno Becker se sienta por primera vez en la dirección de una cinta y logra un trabajo de mucho empeño pero que no conseguir salir perfectamente a salvo en todos los sentidos. 
Es indiscutible el logro y la tensión que implica en todos los sentidos filmar en un espacio limitado (el 95% de la cinta se desarrolla dentro de la ambulancia en cuestión) y poder mantener la atención durante la cinta es un reto que se consigue llevar a cabo. 
Con cuatro personajes principales, más el herido que recogen y el capo, se reparten para soportar la acción.

En un momento, pareciera que Grey’s Anatomy se había topado con The Bridge. Tenemos  buenas tomas en slow motion del momento del accidente, (como lo vimos en un capítulo de Grey’s Anatomy) y de repente también nos hace cierto eco en situaciones que “The Bridge” hubiera tratado muy gustosamente. 
Pero Pánico 5 Bravo pronto se separa de este concepto, para por un buen tiempo, llevar el tema de una manera creíble.

Ya que los tenemos atrapados dentro de la ambulancia se comienzan a sumar las cargas de tensión, tanto psicológica como dramática; comenzamos a descubrir  pequeños y un poco “turbios secretitos” de los paramédicos y de su poco deseado huésped, plus también escuchamos algo de la acción que sucede fuera del vehículo.

Becker en la dirección logra manejar la situación hasta bien pasada la mitad de la película, pero después se sube en un deslizador gore que a pasos agigantados se transforma en un festín de violencia desmedida y en un cierto punto, ya innecesaria.

En este afán de denuncia a la violencia, (uno de los “generadores” que de forma personal importan a Becker y que lo condujo a este guión),  lleva a los personajes a sitios extremos y los disloca, torciendo sus reacciones hasta más allá del punto de quiebre y al paso de esto, por desgracia, vamos prediciendo el desenlace de una manera muy fácil; pues es evidente que no se terminará en una resolución de final feliz.

Lo malo es que la trama se acaba simplemente, sin solución y cayendo en la profundidad de lo que se supone se quiere denunciar, aderezándole con un terminante y profundo desconsuelo ante la irresoluble hondura de la violencia y el narco.

Sin embargo, alrededor de la violencia, existen momentos en los que la que no vemos, sino que sólo escuchamos es infinitamente más contundente que la que se nos receta en imagen (y esto ya es un decir) por lo que en la revisión de la consistencia del trabajo, resulta más discordante que en lugar de haber mantenido la aterradora sobriedad de los sonidos exteriores dentro de la actuación en la ambulancia, se exaltaran en gritos y reacciones descontroladas, llevándonos al final a un holocausto desenfrenado que le resta calidad a la película, ya que resulta demasiado gráfico y común.



Director: Kuno Becker        

Reparto: Raúl Méndez, John Henry Richardson, Aurora Papile, Dan Rovzar, Shalim Ortiz, Sofia Sisniega, Kuno Becker

País: México

Año: 2013.

Género: Drama/Acción

Duración: 84 minutos 

Clasificación: Mayores de 15

Fecha de estreno en México: 17 de Julio

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