Por Julia Elena Melche.
Niccolò Paganini mostró un gran virtuosismo desde pequeño.
Nacido en Génova, Italia, en 1782, fue considerado entre los más grandes
músicos de su tiempo y reconocido como uno de los mejores violinistas que hayan
existido. Con oído absoluto y entonación perfecta, fue un hombre espectáculo y cambió la forma tradicional de
tocar un instrumento. Innovador y revolucionario, era un diestro en el
escenario e improvisaba en cada una de sus presentaciones. El violín en sus
manos se convertía en una orquesta que cobraba vida propia.
Al componer sus piezas introducía técnicas de interpretación
muy personales y armonías que nadie sospechaba que existieran, desarrollando
todo un arte en el dominio del violín. Podía interpretar obras de gran
dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas de violín. Por su singular
personalidad y su manera tan diferente de interpretar la música, corrió la
leyenda de que había pactado con el diablo, entregándole su alma a cambio
de adquirir esa maravillosa técnica con
el violín.
De vida desordenada y aventurera, ganó mucho dinero con sus numerosos
conciertos en las grandes capitales europeas, pero con la misma facilidad que
llegaba a sus manos, lo gastaba en el juego. Su afición por las apuesta llego
a convertirse en una ludopatía, al grado
de apostar su preciado violín cuando se quedaba sin dinero. Alto, delgado, de
una larga melena que agitaba al tocar y descuidado para vestir, tenía una
fuerte personalidad, bohemia y romántica, aunque desaliñada, que atraía e
impactaba a las mujeres, al grado de tirarse a sus pies.
La película que escribe y dirige el cineasta Bernard Rose, El violinista del diablo, muestra estos
aspectos del legendario violinista y compositor italiano, quien alcanzó la fama
como un virtuoso a principios del siglo XIX. Luego de una breve semblanza sobre
su infancia, con un padre sumamente estricto e intimidante, y sus primeras
presentaciones, en las que el público se burlaba y ni lo escuchaba, el filme se
centra en el ascenso de su carrera, hasta llegar a la cima, cuando había
seducido a toda Europa, con excepción de Londres, cuyo público renuente y tendrá que conquistar cuando es contratado
para una presentación especial en la capital británica por el ambicioso empresario
señor Watson (Christian McKay), quien encuentra en la fama del músico el medio
para salir de su bancarrota.
Sin duda, la cinta resultará un deleite para los amantes de
la música clásica, en particular de la vanguardista de Paganini y del propio
personaje. Sin embargo, al llevar a la pantalla biografías de grandes
personajes de la historia mundial, se corre el riesgo de no profundizar en sus
personalidades atormentadas ni en retratar con acierto los momentos más
importantes de sus vidas. En la cinta, la descripción vivencial del protagonista
es bastante general y superficial y se inclina más por el lucimiento del
intérprete, David Garrett, que por explorar en el interior de un Paganini
excéntrico, caprichoso, bebedor, con una infancia llena de vicisitudes y agobiado
por una terrible enfermedad.
La elección del mundialmente famoso violinista y modelo
alemán de 33 años, David Garrett, quien combina el rock, el pop y lo clásico,
fue quizás el primer tropiezo en la cinta. Si bien, las similitudes entre actor
y personaje son varias, como que ambos mostraron su talento por la música desde
niños, que tienen gran éxito con las mujeres, un gusto por brillar en el escenario
de manera efectista, por sacudir sus melenas al ritmo de sus notas y que sus
interpretaciones son de una agilidad impresionante, incluso en la discografía
de Garret se encuentran los “Caprichos de Paganini” y la música del filme ha
estado a su cargo, todo esto no es suficiente para conseguir un retrato
convincente del músico italiano.
Lo que se observa en pantalla es el gran dominio del violín
de un desatado Garrett, quien termina por interpretarse a sí mismo. Sin duda,
el personaje de Paganini le cayó como anillo al dedo, al que el germano termina
por eclipsar. Su capacidad actoral se queda a medio camino, cayendo el mayor
peso dramático en personajes secundarios, como en el misterioso Urbano,
interpretado por el camaleónico actor británico Jared Harris de Yo
disparé a Andy Warhol de Mary Harron y Felicidad de Todd Solondz,
un tipo sin escrúpulos que decide explotar el talento de Paganini y desea
convertirlo en una estrella mundial, bajo el disfraz de ser su esclavo y
servidor fiel, pero que termina convirtiéndose en su representante y
administrador que lo manipula a su antojo, a pesar del carácter rebelde de
Paganini.
Con varios filmes de suspenso, como Candyman, y otros biopic
como Anna
Karenina y Beethoven, amor inmortal, el director Bernard Rose consigue una
aproximación débil de un apasionado Paganini; un filme frío con personajes secundarios
innecesarios, que no encuentra un equilibrio justo.
Dirección y guion: Bernand Rose.
Reparto: Jared
Harris, David Garrett y Joely Richardson.
País: Alemania-Italia.
Año: 2013.
Género: Drama biográfico.
Duración: 122 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.B15 Duración: 122 min
Fecha de estreno en México: 24 de julio de 2014.
El
Violinista del Diablo (The Devil’s
Violinist) se exhibe en Cinépolis.
Para información de horarios y salas, consultar: www.cinepolis.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario