jueves, 24 de julio de 2014

EL VIOLINISTA DEL DIABLO: PARA EL LUCIMIENTO DEL ACTOR.

Por Julia Elena Melche.

Niccolò Paganini mostró un gran virtuosismo desde pequeño. Nacido en Génova, Italia, en 1782, fue considerado entre los más grandes músicos de su tiempo y reconocido como uno de los mejores violinistas que hayan existido. Con oído absoluto y entonación perfecta, fue un hombre  espectáculo y cambió la forma tradicional de tocar un instrumento. Innovador y revolucionario, era un diestro en el escenario e improvisaba en cada una de sus presentaciones. El violín en sus manos se convertía en una orquesta que cobraba vida propia.

Al componer sus piezas introducía técnicas de interpretación muy personales y armonías que nadie sospechaba que existieran, desarrollando todo un arte en el dominio del violín. Podía interpretar obras de gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas de violín. Por su singular personalidad y su manera tan diferente de interpretar la música, corrió la leyenda de que había pactado con el diablo, entregándole su alma a cambio de  adquirir esa maravillosa técnica con el violín.

De vida desordenada y aventurera, ganó mucho dinero con sus numerosos conciertos en las grandes capitales europeas, pero con la misma facilidad que llegaba a sus manos, lo gastaba en el juego. Su afición por las apuesta llego a  convertirse en una ludopatía, al grado de apostar su preciado violín cuando se quedaba sin dinero. Alto, delgado, de una larga melena que agitaba al tocar y descuidado para vestir, tenía una fuerte personalidad, bohemia y romántica, aunque desaliñada, que atraía e impactaba a las mujeres, al grado de tirarse a sus pies.

La película que escribe y dirige el cineasta Bernard Rose, El violinista del diablo, muestra estos aspectos del legendario violinista y compositor italiano, quien alcanzó la fama como un virtuoso a principios del siglo XIX. Luego de una breve semblanza sobre su infancia, con un padre sumamente estricto e intimidante, y sus primeras presentaciones, en las que el público se burlaba y ni lo escuchaba, el filme se centra en el ascenso de su carrera, hasta llegar a la cima, cuando había seducido a toda Europa, con excepción de Londres, cuyo público renuente y  tendrá que conquistar cuando es contratado para una presentación especial en la capital británica por el ambicioso empresario señor Watson (Christian McKay), quien encuentra en la fama del músico el medio para salir de su bancarrota.

Sin duda, la cinta resultará un deleite para los amantes de la música clásica, en particular de la vanguardista de Paganini y del propio personaje. Sin embargo, al llevar a la pantalla biografías de grandes personajes de la historia mundial, se corre el riesgo de no profundizar en sus personalidades atormentadas ni en retratar con acierto los momentos más importantes de sus vidas. En la cinta, la descripción vivencial del protagonista es bastante general y superficial y se inclina más por el lucimiento del intérprete, David Garrett, que por explorar en el interior de un Paganini excéntrico, caprichoso, bebedor, con una infancia llena de vicisitudes y agobiado por una terrible enfermedad.

La elección del mundialmente famoso violinista y modelo alemán de 33 años, David Garrett, quien combina el rock, el pop y lo clásico, fue quizás el primer tropiezo en la cinta. Si bien, las similitudes entre actor y personaje son varias, como que ambos mostraron su talento por la música desde niños, que tienen gran éxito con las mujeres, un gusto por brillar en el escenario de manera efectista, por sacudir sus melenas al ritmo de sus notas y que sus interpretaciones son de una agilidad impresionante, incluso en la discografía de Garret se encuentran los “Caprichos de Paganini” y la música del filme ha estado a su cargo, todo esto no es suficiente para conseguir un retrato convincente del músico italiano.

Lo que se observa en pantalla es el gran dominio del violín de un desatado Garrett, quien termina por interpretarse a sí mismo. Sin duda, el personaje de Paganini le cayó como anillo al dedo, al que el germano termina por eclipsar. Su capacidad actoral se queda a medio camino, cayendo el mayor peso dramático en personajes secundarios, como en el misterioso Urbano, interpretado por el camaleónico actor británico Jared Harris de Yo disparé a Andy Warhol de Mary Harron y Felicidad de Todd Solondz, un tipo sin escrúpulos que decide explotar el talento de Paganini y desea convertirlo en una estrella mundial, bajo el disfraz de ser su esclavo y servidor fiel, pero que termina convirtiéndose en su representante y administrador que lo manipula a su antojo, a pesar del carácter rebelde de Paganini.

Con varios filmes de suspenso, como Candyman, y otros biopic como Anna Karenina y Beethoven, amor inmortal, el director Bernard Rose consigue una aproximación débil de un apasionado Paganini; un filme frío con personajes secundarios innecesarios, que no encuentra un equilibrio justo.

Dirección y guion: Bernand Rose.
Reparto: Jared Harris, David Garrett y Joely Richardson.
País: Alemania-Italia.
Año: 2013.
Género: Drama biográfico.
Duración: 122 minutos.
Clasificación: Mayores de 15 años.B15 Duración: 122 min

Fecha de estreno en México: 24 de julio de 2014.

El Violinista del Diablo  (The Devil’s Violinist) se exhibe en Cinépolis.
Para información de horarios y salas, consultar: www.cinepolis.com.mx 

No hay comentarios: