Es Mayo de 1940, la segunda Guerra está
lejos de terminar, Alemania ha conquistador gran parte del territorio francés,
las fuerzas aliadas han sido empujadas hacia el mar quedando atrapadas en las
playas de Dunkerque. 400 000 hombres acorralados sin sitio donde guarecerse,
esperando un rescate casi imposible y solo siendo apoyados por una fracción de
la fuerza aérea de Inglaterra y Francia. 400 000 soldados esperando un milagro
que inesperadamente daría el giro a la historia del mundo. Si bien como dijo
Churchill en su famoso discurso, las guerras no se ganan retirándose, Dunkerque
parece ser la excepción de esa regla pues si esa batalla la hubiera ganado
Alemania Inglaterra habría dimitido , Estados Unidos jamás se hubiera integrado
a la guerra y el mundo sería otro absolutamente al final del episodio 330,000 soldados Franceses, Belgas y
Holandeses fueron evacuados.
Christopher Nolan se ha caracterizado por la
magnificencia de sus producciones y con Dunkerque no da paso atrás. Dirige esta
gran obra con una sobriedad y una maestría que impacta.
Cuando presenta esa
playa cuajada de hombres absolutamente a merced del enemigo y sin sitio donde
ocultarse, hace patente no solo los horrores de la Guerra, que a todos alcanza
y cuya suerte final de sobrevivencia puede depender de un lugar en una fila o
los caprichos de alguien con un mando alto y al unísono la película es un
glorioso grito a la bravía del espíritu militar ante el inminente
enfrentamiento con el destino que marcaría el resultado de la guerra.
En esta enorme variedad de fuerzas de combate;
Belgas, Inglesas, Francesas y Holandesas, se refleja perfectamente el
micromundo de que en la guerra no hay distincion de nacionalidades, ni de
posiciones políticas o sociales, la muerte y el peligro son absolutamente
democráticos y actúan velozmente.
Dunkerque es una impresionante y portentosa obra de arte cinematográfico
que va estrechándose angustiosamente sobre nuestros ánimos sin mostrarnos una
salida feliz dada de la nada, es cruel y quirúrgicamente real como la guerra.
No obstante todas las etiquetas que se le puedan colgar a Nolan en
base a su producción de cine de corte “Hollywoodense”, el hecho es que mucho
más allá del presupuesto multimillonario y los grandes efectos, el despliegue
de recursos de producción, y la fama que lo precede, Nolan aterriza sólidamente
en otros campos mucho más intangibles, da dentro de todo lo espectacular, una
historia de un gran coraje humano, se mete hasta el centro de sus personajes y
en medio del bombardeo y la metralla no son más carne de cañón anónima, son
ellos, los que lucharon, los héroes desconocidos arrastrados a situaciones que
se salen de sus manos pero por encima de eso, son hombres con toda una historia
detrás, no importa si son soldados rasos o grandes generales, o civiles
decididos a dar la mano como puedan, cada uno tiene un mundo detrás y todo esto lo
logra Nolan con una sobriedad y una definición que dejan huella usando
primordialmente la poderosa e imperturbable fuerza de la imagen y ante eso no
hay más que quitarse el sombrero.
Nolan acierta en tiempo y espacio con el lanzamiento de esta cinta,
en medio de un año que se ha caracterizado por los vaivenes en la política
europea tras del Brexit, cuando ronda en torno de Europa ese sentimiento
británico de reposicionamiento (cierto o no) como independiente y fuerte, y
cuando el terrorismo ha hecho ya de las suyas en suelo inglés. Revivir la casta
del pueblo (quien es el auténtico salvador de la batalla) puede regenerar lo
que los discursos políticos y las reacciones de los ingleses ante los ataques
terroristas han dejado claro, no van a rendirse.
Al mismo tiempo la película tiende la mano a la frágil línea que
define la inestabilidad que da la guerra: la zozobra y el miedo, los mismos
dramas que se vivieron hace casi un siglo parecen reaparecer, las caras han
cambiado, los nazis se han transformado en otras fuerzas (igual o más
tenebrosas) que amenazan el mundo. Y la respuesta del ciudadano común y
corriente deberá seguir siendo la misma.
Nolan se arriesga en la estructura del guion, que él mismo
escribió y maneja un portentoso circo de tres pistas simultáneas (pero que no
necesariamente terminan al el mismo tiempo) El muelle, el mar y el aire cada uno con una
duración diferente una semana, un día y algunas horas hasta llegar a un punto
en el que se entrecruzan por unos minutos proveyendo a la narrativa de la
película de una fuerza inusual que se incrementa exponencialmente con el
crispante score de Hans Zimmer y la impecable cinematografía de Hoyte van
Hoytema así como a la perfecta edición de Lee Smith.
Todo ello condensa magistralmente todo este abrumador y
espectáculo, mientras las historias
corren en sus diversos escenarios al
ritmo de la premura y el peligro que aumentan segundo a segundo, para gritarnos
la desesperación elevada al 400,000 (tanto
y por cada uno, de los hombres que esperaban ser evacuados de la playa)
Dunkerque nos mantiene al borde esperando soluciones tratando de
mantener con vida a los protagonistas sin importar lo negro de su panorama
sabiendo que lo más desesperante es que ellos estaban casi en casa (solo
separados unas millas por el canal entre Francia e Inglaterra) pero al mismo
tiempo en la playa estaban a solo unos kilómetros del avance enemigo.
La primera gran pista donde Nolan se desarrolla “El muelle”, se
establece desde que el personaje principal : Tommy (Whitehead) logra llegar a
la playa y contempla esas interminables filas de soldados esperando ser
extraídos. Inmediatamente comprendemos que todos están en un peligro latente.
En ese
lugar no hay donde esconderse, representan un blanco fácil y al mismo tiempo es
la única puerta por la que pueden ser rescatados. La frágil línea del destino
se tiende entre la vida, la muerte, el mar y el enemigo y nos definen las tres
pistas: El muelle, el mar y el aire
Tommy se
encuentra con otros dos soldados: Gibson (Barnard) y Alex (Styles), y
rápidamente y sin mucho protocolo ni diálogo se alían en medio de la desesperación para
tratar de salir de ese lugar, lo cual obviamente va a ser no solo peligroso,
sino extremadamente difícil. Esa es la tácita regla entre ellos escapar.
La segunda pista de acción es el mar, en su yate un hombre inglés Dawson
(Rylance), su hijo adolescente, Peter (Glynn-Carney) y el mejor amigo de Peter,
George (Keoghan) dejan puerto para ir hacia Francia, están decididos a ayudar a
todos los hombres que se pueda. En su camino se topan con oficial náufrago en
estado de shock (Murphy) que se niega a regresar a la batalla. Pero ellos no
van a regresar, pase lo que pase.
La tercera
pista de la trama se hace en los cielos en los heroicos esfuerzos de los
pilotos por derribar al enemigo. Farrier
(Hardy) y Collins (Lowden) Hardy es el líder del
escuadrón que arriesga hasta la última gota de combustible para proteger desde
el aire la operación.
En cada
una de las escenas de batalla aérea Nolan da un despliegue de movimientos de
cámara incrementando al máximo el suspenso y la acción, pero lo más
significativo es que lo valioso de todo esto no es la super producción sino el
ingenio la trama y las reacciones de Hardy en la batalla.
Conjuntando todo esto, Dunkerque es un espectacular homenaje a la
imagen, al cine. Envuelto en la terrible y magnifica capa de la guerra, Nolan
deja que la imagen hable se apuntala en la economía del dialogo hablado y se vuelve
exuberante en los discursos de la imagen, en lo que las reacciones más que las
palabras nos relatan y nos estremece. Tal vez porque en medio de las bombas lo
lógico no es argumentar largos discursos, sino dejar salir la emoción, el odio,
el pánico y las respuestas dado que mientras se lucha por la vida no se elaboran
complicadas estructuras gramaticales, sino frases contundentes y se actúa.
Nolan da sin duda la mejor lección sobre cintas bélicas con una
historia que no deja lugar para escapar de ella usando la poderosa fuerza de la
imagen y todos los recursos que desde los actores y hasta el último de los
técnicos pudieron brindar, sin escenas de masacre explicitas da una estocada
profunda en el ánimo de la concepción de la guerra la muerte y la supervivencia
con todas las culpas y logros que ello conlleva
Cuando las tropas fueron evacuadas y Churchill dio su memorable
discurso a la nación (y al mundo) en donde resumía su política y el espíritu inglés
de la guerra diciendo “Lucharemos en las playas, en la tierra, en el campo y en las
calles y nunca nos rendiremos” Se había tirado la suerte de la guerra. Pasarían
algunos años más, pero el espíritu que se puso a prueba en muchas más veces, nunca
dudó de la victoria.
Director Christopher
Nolan
Reparto: Fionn Whitehead, Aneurin Barnard, Barry Keoghan, Damien
Bonnard, Harry Styles, James Bloor, Lee Armstrong, Mark
Rylance, Tom Glynn-Carney, Tom Hardy, Jack
Lowden, James D'Arcy, Kenneth Branagh,
Cillian Murphy.
País: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos
País: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Países Bajos
Año: 2017
Género: Guerra, Acción, Drama, Histórico, Thriller,
Duración: 106 min
Clasificación: mayores de 13
Fecha de estreno en México: 28 Julio 2017
DUNKERQUE se exhibe en Cinepolis
Para mayor información sobre horarios y salas consulta
www.cinepolis.com
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