Por Julia Elena Melche.
En las playas de Kenia se conoce como “sugar mammas”, a
las mujeres maduras europeas que vacacionan en
buscan de jóvenes africanos para tener relaciones sexuales con ellos a
buen precio. Ellas buscan amor y consiguen satisfacer sus deseos primarios y
ellos se prostituyen para ganarse la vida.
El tema del turismo sexual de las mujeres entradas en años y de los
hombres jóvenes, tuvo una mirada muy acertada
en la cinta francesa Bienvenidas al paraíso de Laurent
Cantet, donde el Haití de los años setenta era el refugio preferido de dos mujeres
adineradas primermundistas que buscaban los servicios sexuales de los jóvenes
de la zona.
Ahora, el realizador nacido en Viena Ulrich Seidl,
explora en el asunto en Paraíso: amor,
mediante la historia de Teresa, una austriaca de 50 años que llega a las playas
de Kenia, junto con otras dos amigas contemporáneas. Ahí, va de un muchacho a
otro para comprender que en esas maravillosas playas el amor es un negocio.
En ese mercado sexual, Teresa es un objeto de deseo, pero
no por su atractivo físico; es obesa y su piel está marchita. Su encanto radica
en su poder económico que le permite convertir en mercancía desechable a
cualquier nativo. Su color de piel es otro privilegio sobre la piel oscura de sus
efebos, cuya belleza primitiva encuentra fascinante. “Tienes que oler la piel
de los negros. Huelen como a coco, podría olerlos y morderlos por siempre”, le
comenta una de sus amigas. No obstante, esa aparente admiración disfraza fuertes sentimientos racistas.
En su búsqueda del amor, Teresa pide al esbelto Munga que
la toque con sentimiento y vea su corazón a través de sus ojos. Él obedece porque “el que paga, manda”. El
joven le pide dinero porque tiene problemas
y ella accede a dárselo, aunque pronto se da cuenta que ha sido víctima de una estafa. Luego,
encuentra otro joven y le demanda lo mismo. Pero Teresa quiere creer, aunque solo le digan mentiras.
Sus romances son productos que se compran y se venden.
Ulrich Seidl, uno de los cineastas más destacados del
cine europeo actual y con una carrera de dos décadas en el cine documental, quien
se define a sí mismo como un “pornógrafo social”, se ha dedicado a retratar la
soledad, las necesidades afectivas, los prejuicios, las obsesiones y las
miserias morales de la sociedad austríaca, mediante un realismo en frío, casi
documental, que muchas veces, consigue molestar al espectador. Su película Días
perros fue un ácido y perturbador mosaico de personajes en un suburbio
vienés que ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia de
2001.
Paraíso: Amor es la primera parte de una controvertida
y punzante trilogía, a la que sigue Paraíso: fe, donde una fanática
misionera cristiana, hermana de la turista sexual Teresa, busca la flagelación
para purificar su alma. En Paraíso: Esperanza, Melanie de 13
años e hija de Teresa, se encuentra en un campamento de dietas, donde un grupo
de adolescentes con sobrepeso como ella,
son sometidos a un estricto entrenamiento físico y a un asesoramiento
nutricional en lucha contra la obesidad.
Se trata sin duda de una cinta cruel y desgarradora sobre
el turismo sexual femenino, al que su realizador observa sin concesiones ni lecciones morales. Una
película que recibió el Premio del Cine Europeo 2012 y se presentó en la Sección Oficial de
Largometrajes en el Festival de Cannes 2012,
donde provocó polémica y perturbación entre el público.
Reparto: Margarethe Tiesel (Teresa), Peter Kazungu
(Munga), Inge Maux (amiga de Teresa), Dunja Sowinetz (turista), Gabriel Mwarua
(Gabriel) y Carlos Mkutano (Salama).
País: Austria-Alemania-Francia.
Año: 2012.
Género: Drama.
Duración: 120 minutos.
Clasificación: Adultos.
Fecha de estreno en México: 28 de febrero de 2014.
PARAÍSO:
AMOR SE EXHIBE EN CINETECA NACIONAL Y EN CINÉPOLIS PERISUR, PLAZA CARSO, Y DIANA.
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