Por Julia Elena Melche.
En su reciente filme, el realizador de Cinema Paradiso, escribe
y dirige una historia llena de misterio que juega al gato y al ratón, atrayendo
al espectador de forma muy efectiva en su primera parte, llevándolo al
fascinante mundo del arte a través del maduro protagonista, Virgil Olsman, un excéntrico
experto en arte y famoso agente de subastas que goza de gran prestigio en su
profesión. Lleva una vida lujosa, tiene un gran talento para detectar cualquier
pieza falsificada y como buen hombre solitario, antisocial y ermitaño, se
encierra en una habitación secreta de su espléndida mansión para disfrutar de
los numerosos retratos femeninos que colecciona de manera obsesiva.
Un día, recibe
la llamada de una extraña joven que desea vender la colección de antigüedades
que ha recibido como herencia de sus padres y le pide que acuda a su vieja
casona para realizar el inventario y ponerle precio a los objetos para
venderlos. Sin embargo, la heredera Claire Ibbetson, no se presenta porque
padece de agorafobia y se mantiene aislada del mundo. Su comunicación con
Virgil es siempre por teléfono o a través de la puerta de su recámara, lo que
provoca en el hombre una gran curiosidad por la chica, quien se va convirtiendo
en una obsesión que le fascina, al grado de esconderse en la casa para lograr
verla.
Uno de los grandes aciertos del filme es sin duda el personaje de Virgil
y el meticuloso trazo psicológico de su personalidad. Geoffrey Rush se mete en
la piel de un tipo huraño, soberbio, maniático y perfeccionista, pero que se
conmueve con las obras de arte, sobre todo, ante los retratos de féminas que ha
conseguido de manera nada ética a precios menores. Ante su incapacidad para
relacionarse con mujeres, decide amarlas de forma idealizada a través del arte.
De ahí que la enigmática joven de quien solo conoce su voz le resulta por demás atractiva.
Tornatore consigue
atrapar al público con la deliciosa banda sonora del legendario Ennio Morricone
y la dotada fotografía del italiano Fabio Zamarion que captura los suntuosos
ambientes de la deteriorada finca de Claire, cuya lente hace un detallado
recorrido por la magnífica colección privada de pinturas de Virgil en una
secuencia hipnótica. Al mismo tiempo, se incrementa el suspenso hábilmente con
un personaje oculto y seduce con un Virgil que termina por conmover al dejar
ver su faceta frágil, inocente y necesitada de afecto, paradójicamente un
conocedor de obras falsas que termina siendo engañado.
Sin embargo, cuando la
figura de Claire es revelada y desaparece el misterio, la cinta se desvanece. Desafortunadamente,
el interesante rompecabezas que el cineasta fue armando para llevarlo a giros
argumentales insospechados termina por perder fuerza, interés y profundidad
emocional. Una cinta sobre la artimaña,
la estafa y la trampa, donde nadie es lo que parece ser, aunque “Siempre hay
algo auténtico oculto en toda falsificación.” La mejor razón para verla es la
notable actuación de Geoffrey Rush, sin duda excepcional.
Dirección y
guion: Giuseppe Tornatore. Reparto:
Geoffrey Rush (Virgil), Jim Sturgess (Robert), Donald Sutherland (Billy),
Sylvia Hoeks (Claire) y Liya Kebede
(Sarah). País: Italia.
Año: 2013.
Duración: 131 minutos.
Género: Drama, romance.
Clasificación:
Mayores de 15 años.
Fecha de estreno en México: 12 de junio de 2014.
Al
mejor postor (La
migliore oferta) se exhibe en Cinépolis.
Para información de horarios y salas, consultar: www.cinepolis.com.mx
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