El islandés Rúnar Rúnarsson vuelve a la Muestra
Internacional de Cine con su segunda película, galardonada con la Concha de Oro
en el Festival de Cine de San Sebastián.
Se trata de un duro drama islandés sobre la
falta de comunicación, la violencia y las relaciones entre padres e hijos.
Islandia,
un país que en invierno tiene noches interminables y en verano apenas se ve
ponerse al sol, con imponentes ríos y un clima que no ayuda a la comunicación. Su
colectividad tan avanzada, también es proclive al aislamiento social, a las
depresiones y el alcoholismo. Es el lado oscuro de sociedad nórdica.
El
director Rúnar Rúnarsson basa en estas problemáticas la trama de su segundo
largometraje, Despegando a la vida (Þrestir,
2015). Se
trata de un relato iniciático acerca de Ari, un adolescente islandés cuya madre
se marcha con su novio a África, lo que obliga al muchacho a abandonar su
ciudad Reikiavik,
para ir a vivir a un pequeño pueblo costero con su padre con quien no tiene
contacto desde hace seis años. Desubicado, carente de referentes, su llegada al
nuevo entorno coincide con el descubrimiento del primer amor, sus primeros
contactos sexuales y los primeros escarceos con el alcohol y las drogas.
Ganadora
de la Concha de Oro durante el 63 Festival Internacional de Cine de San
Sebastián y del Premio del Jurado a la Mejor
Película y Premio al Mejor Guión en la Muestra Internacional de Cine de São
Paulo, Despegando
a la vida es una puesta en escena apoyada en
silencios y miradas que transporta a un momento de aislamiento personal y
desconcierto en el que nuevas emociones empiezan a tiranizar la existencia de
cualquier adolescente.
Actual
abanderado de la exigua industria cinematográfica islandesa, Rúnar Rúnarsson
cuenta esta historia de manera pausada, otorgando gran importancia al paisaje,
sobre todo a las majestuosas montañas islandesas que parecen simbolizar una
fuerza superior, el destino que fuerza al protagonista a seguir por el trágico
camino que le deparan la soledad y la incomprensión.
Con
ayuda de la banda sonora, la hipnótica música compuesta por ex tecladista de
Sigur Ros, Kjartan Sveinsson, el director logra crear una atmósfera opresora a
pesar de haber filmado en gran parte los impresionantes exteriores islandeses.
La
razón de construir este ambiente asfixiante, de acuerdo con el cineasta, fue su
intención de retratar la realidad de su país. “En esa zona de Islandia, a unos
doscientos kilómetros de Groenlandia, la falta de luz en invierno hace que la
gente beba más de la cuenta, y en verano, por la falta de oscuridad, también.
En Islandia, uno de cada cuatro hombres y una de cada seis mujeres van a
Alcohólicos Anónimos y todo lo que se cuenta en este duro drama es la pura
realidad; de hecho está basada en experiencias propias” explicó el realizador
al diario El País en el marco del
Festival de San Sebastián.
Rúnarsson,
debutó con Volcano nominada al Oscar 2011 como Mejor Película de Habla no
Inglesa y a la Cámara de Oro en la Quincena de Realizadores de Cannes en 2011,
una historia sobre el amor, la soledad y vejez con todo el estilo
clásico escandinavo. También obtuvo una nominación al
Óscar por The last farm (Síðasti bærinn, 2014). Despegando
a la vida es una nueva versión de un corto
previo que Rúnarsson rodó en 2008, Two Birds (Smáfuglar), con el que compitió en la sección de cortometrajes de
Cannes y fue premiado en numerosos festivales.
En
Two
Birds, una historia sobre los
primeros sentimientos adolescentes que conlleva el primer amor, el protagonista
es interpretado por el actor islandés Atli Oskar Fjalarsson. Ahora, ya
convertido en un joven adulto, Fjalarsson es el protagonista de Despegando
a la vida, cuyo título
original significa Gorriones.
El
crítico de cine Guy Lodge escribió para la revista Variety sobre la cinta, “Una sensibilidad silenciosa está a la
orden del día en esta mesurada y conmovedora mini bildungsroman, en la que vemos a Rúnarsson transferir la exactitud
observacional y el majestuoso sentido del espacio que distinguió su contundente
debut del 2011 con Volcano”. Y añade
que “cuando la película se aleja inquietantemente de la normalidad, en vez de
explorar las distorsiones perjudiciales y las perversiones del deseo tendidas
debajo de la apacible superficie de una pequeña comunidad, se vuelve más
penetrante emocionalmente”.
EL DIRECTOR. |
Dirección y guión: Rúnar Rúnarsson.
Con:
Atli Óskar Fjalarsson (Ari), Ingvar Eggert Sigurðsson (Gunnar), Kristbjörg
Kjeld (abuela), Rade Serbedzija (Tomislav), Rakel Björk Björnsdóttir (Lára),
Valgeir Skagfjörð (Bassi), Elín Árnadóttir (María), Pálmi Gestsson (Diddi).
País: Islandia-Dinamarca-Croacia.
Año: 2015.
Género: Drama.
Duración: 99 minutos.
DESPEGANDO
A LA VIDA (PRESTIR) SE EXHIBE EN EL MARCO DE LA 60 MUESTRA INTERNACIONAL DE
CINE DEL 28 DE MARZO AL 2 DE ABRIL EN CINETECA NACIONAL Y
DEL 3 AL 6 DE ABRIL EN CINÉPOLIS.
PARA
MAYOR INFORMACIÓN, CONSULTAR:
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