Por Julia Elena Melche.
Es innegable que El discurso del rey se perfila como la gran favorita en la próxima entrega de los Óscares, con 12 nominaciones. ¿Los antecedentes? Colin Firth recibió el Globo de Oro como Mejor Actor y mereció el premio del Círculo de Críticos de Nueva York y de los Críticos de Londres, el realizador fue premiado por el Sindicato de Directores de América (DGA) y la cinta recibió el Goya como Mejor Película Europea, ganó en el Festival de Toronto y fue la triunfadora en los recientes Premios BAFTA del cine británico, obteniendo 7 trofeos.
Mejor conocido como realizador de películas y mini series para la televisión, por las que ha sido premiado, el director, guionista y productor inglés de 39 años Tom Hooper, se inspira en un episodio verdadero de la historia del rey Jorge VI para narrar una emotiva y divertida crónica de superación personal mediante la sólida interpretación de Colin Firth, quien se mete de lleno en la piel del monarca del Reino Unido Jorge VI, con graves problemas de tartamudez. La cinta inicia en 1925, cuando es aún el Duke de York y su padre Jorge V le pide que pronuncie el discurso de clausura de la Exposición del Imperio Británico en Wembley, Londres. Frente al micrófono de la radio, se queda paralizado y sólo puede pronunciar la frase inicial. Luego de morir su padre en 1936 y la abdicación al trono de su hermano menor, el príncipe Eduardo VIII, se convierte en el Rey de Inglaterra.
Hooper combina con acierto drama y comedia, partiendo de un guión del septuagenario dramaturgo y libretista inglés David Seidler, radicado en Hollywood desde hace 40 años y co escritor de Tucker, el hombre y su sueño de Francis Ford Coppola y de las cintas animadas El rey y yo y La espada mágica. Seider desarrolló un tartamudeo cuando viajó a Estados Unidos, siendo un adolescente, quizás como consecuencia del trauma emocional que padeció durante la Segunda Guerra Mundial, en la que sus abuelos paternos fueron asesinados. Cuando escribía el guión de El discurso del rey, descubrió que un tío suyo también padeció tartamudez y fue enviado por su abuelo a terapias con el logopeda australiano Lionel Logue, el mismo terapeuta de trastornos del habla que aparece en la cinta.
En el filme, Isabel, la futura reina madre, (Helena Bonham Carter) se pone en contacto con Logue para que ayude a su consorte con su problema de tartamudez. Así, Logue inicia un tratamiento nada ortodoxo con el entonces aún príncipe para corregir su disfunción. A pesar de su resistencia al tratamiento y su carácter irascible, el futuro rey accederá, descubriendo sus viejos miedos y los factores asociados a su trastorno, hasta recuperar su autoestima.
El director consigue actuaciones oscareables, demostrando una enorme habilidad en la dirección de actores. Los precisos diálogos están impregnados de ironía y la cinta va cobrando cada vez más fuerza, a medida que la relación de los protagonistas se va tornando en una amistad hasta convertirse en un vínculo inquebrantable. En esa relación reposa lo mejor del filme. Ambos son diametralmente opuestos, uno noble, impaciente, introvertido, inseguro y agresivo, el otro plebeyo, antisolemne y excéntrico. Tanto Colin Firth como Geoffrey Rush dan muestra de su talento al mantenerse siempre en el equilibrio dramático que requiere la anécdota. Tanto uno como el otro llenan la pantalla en un duelo de actuaciones; Colin Firth en su papel, representa la flemática y el orgullo británicos y las formas y costumbres de la clase aristócrata. Geoffrey Rush como Logue, es el tipo común que consigue despejar los miedos y traumas del monarca; sin duda su interpretación es una de las mejores de su carrera.
Hooper manufactura personajes entrañables, bien definidos y mejor delineados que caminan entre complicidades, ayuda y solidaridades. Poco a poco la presencia y ayuda de Logue se convierten en esenciales para el rey. Su inseguridad va cediendo hasta superar las limitaciones verbales que padece y recuperar la confianza en sí mismo. De retraído y acomplejado pasará a ser el líder fuerte que necesita su pueblo para enfrentar a los enemigos Hitler y Stalin y dirigir a la nación en la inminente Segunda Guerra Mundial. El discurso radiado que pronunció para comunicar que Inglaterra entraba en guerra con Alemania es fascinante y donde recae lo mejor de la cinta. Con una dicción casi perfecta, Jorge VI consigue dar fuerza a las palabras que antes se le negaban.
A la magnífica presencia de una Helena Bonham Carter contenida y precisa, se unen actores de la talla de Guy Pearce como el rey Eduardo VIII y Timothy Spall como Winston Churchill, quienes se mueven en un producto de ambientación inmejorable y factura impecable, en donde destaca la magnífica música de Brahms y Mozart a cargo del francés Alexandre Desplat, conocido por las bandas sonoras de La reina, El curioso caso de Benjamin Button, La joven con el arete de Perla y Harry Potter y las reliquias de la muerte, entre otras.
Acogida con especial calidez en el reciente Festival de Berlín, El discurso del rey representa sin duda un magnífico trabajo de su director, en una evidente madurez cinematográfica. No te la pierdas!!!
Dirección: Tom Hooper.
Reparto: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter, Guy Pearce, Timothy Spall y Derek Jacobi.
País: Inglaterra.
Año: 2010.
Género. Drama histórico.
Duración: 118 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 18 de febrero de 2011.
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