martes, 1 de febrero de 2011

MORIR EN DIRECTO: LAS TRIBULACIONES DE UNA ACTRIZ.


Por Perla Schwartz.

Una actriz en un escenario vacío, tan sólo habitado por unos baúles apilados se dispone a brindar su última representación. Ésta es la ocasión ideal para que haga un repaso, hilvanando fragmentos de su vida profesional, de lo que para ella ha significado el quehacer teatral y está consciente que su principal misión ha sido seducir al espectador.

Tal es la premisa central del monólogo Morir en director de la autoría del dramaturgo y promotor español Guillermo Heras, que cuenta con una espléndida interpretación de Zaide Silvia Gutiérrez.

La actriz para el despliegue de sus dotes histriónicas, únicamente se apoya en algunos objetos de utilería, en ningún momento necesita recurrir al multimedia para reforzar la maestría de su arte y entrega, en un texto que le exige mucho.

Ella se desdobla en toda una galería de personajes, tanto de dramaturgos connotados, como ella misma que contiene un sinnúmero de emociones asiladas en su interior. Al mismo tiempo, hace un repaso de varios teóricos del teatro y sus importantes postulados, entre ellos Stanislavski, Meyerhold, Eugenio Barba o Bertold Brecht.

Hace hincapié en que el trabajo interior de un intérprete es fundamental: “Las palabras hay que convertirlas en sangre fluida que corra por nuestras venas.” Dice en determinado momento.

Para ella es vital, el lograr verbalizar el sonido, que la apoye en el proceso de construir el sentido de las palabras, capaz de abatir la pereza de los públicos o la abulia de los críticos. Se trata de una actriz montada en el tobogán de la posmodernidad.

Guillermo Heras en Morir en directo propone un texto sabio y analítico de lo que implica una puesta en escena, y el compromiso que deben de tener quienes intervienen en la misma, para que ésta logre ser redonda y tiene en Zaide Silvia a una intérprete camaleónica, capaz de cambiar de tono con una gran facilidad. Es un trabajo de dos cómplices que aman el teatro.

Hay momentos sumamente dramáticos, cuando la actriz decide suicidarse y por esa ficción y artificio que encierra el teatro, nunca sabremos si lo hace o no.

Morir en directo es un monólogo que sensibiliza y está dirigido a los eatrofilos de corazón, a todos aquellos que aman la magia de la escena, y es así como también están hilados fragmentos de Casandra, Electra o Ifigenia, todos ellos interpretados con pasión y talento por Zaide Silvia.

Este montaje tiene temporada, los lunes a las 20 horas en el Teatro El Granero Xavier Rojas hasta el próximo 11 de abril.

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