En tiempos recientes, digamos que tras el fenómeno “Harry
Potter” se ha desatado una fiebre que ha resultado en un “casi siempre”
afortunado matrimonio entre “best seller juvenil, cine y público de jóvenes
adultos”.
Tras la saga de “Crepúsculo”, se dejaron venir éxitos
literarios que llegaron al cine como sagas;
“Divergente”, “Cazadores de sombras”, “Maze Runner” y/o “singles” como “Las
ventajas de ser invisible”, o ahora “Bajo la misma estrella”.
Original de John Green, “The Fault in Our Stars”
relata la agridulce historia de amor entre dos adolescentes Hazel Grace
Lancaster (Woodley) y Augustus Waters (Elgort) quienes, aún con todo en contra,
se atreverán a vivir una emotiva historia de amor que no deja de lado las
circunstancias personales de los protagonistas, ni su expediente médico, para
desarrollar la capacidad de soñar, enamorarse, vivir aventuras y hasta visitar Ámsterdam
y la casa donde se refugió una figura heroica y de sobrevivencia por
excelencia: Anna Frank.
Gracias a una historia bien armada desde la novela, y
a una dirección afanada en conectarse con los fans, Hazel y Gus sobrepasan no solo las adversidades, sino que
usando un negro sentido del humor, definen su mundo y su profunda relación apoyados
por figuras como Laura Dern y Williem Dafoe, logrando que la película se perfile para lograr
el sueño de Gus “ser recordado por siempre”.
Si los 70’s tuvieron su momento de furor de amor juvenil + estados
terminales sin esperanza en la recordada “Historia de Amor”, el 2014 dejará
un sello distintivo con “Bajo la misma estrella”.
La razón saltará a la vista (y a los oídos) de quienes
compartan la experiencia de verla en una sala llena de Teens que se saben hasta los diálogos del libro, se emocionan,
suspiran y lloran a placer. (Sin duda que para Green debe ser toda una experiencia
asombrosa ver las reacciones de su público).
Y en ese sentido habría que remarcar un hecho
contundente: el desboque sentimental de los adolescentes; donde el drama y la exaltación
de todo lo que implique sentimientos y hormonas esté al tope, se ha aprendido a
capitalizar en la última década en la industria del cine.
Oh sí, el sufrimiento y el romance imposible (o contra
todos los presagios) engendran fervorosos seguidores que, en una especie de
catarsis, sufren y gozan con la rabia de sus años adolescentes los agridulces
frutos de estas historias de amor desventurado y flagrante.
Evidentemente a los cinco minutos de empezar a ver la
película se adivina el destino sentimental de estos muchachos, pero como lo
consiguen se da en una manera fresca e irreverente, como debe ser, al tratar jóvenes/amor/
enfermedad terminal.
La historia, si no fuera por este oscuro y torcido
sentido del humor, sería un drama lacrimógeno en mala leche y sin embargo no lo es, resulta al final de cuentas
hasta alentador y colabora, en su parte, hacia la comprensión en un sentido más
amplio en el que todos los seres humanos, sin importar su estado físico, pueden
y deben disfrutar del romance/o la vida, al máximo.
En una época en la que los estereotipos tradicionales
de los roles se han cuestionado, atacado, re estructurado y adaptado, es muy
interesante como se presentan estos nuevos protagónicos; ambos con cáncer,
ambos producto de un sistema de pensamiento acorde al nuevo siglo. Ella es
inteligente, decidida, cínica, un poco refractaria y fuerte… la nueva chica
ideal.
Él es lo que todas las lectoras esperarían encontrar
en un hombre (Si se puede que no se muera de inmediato, mejor), es sensible, carismático, sabe usar las
palabras correctas en el momento correcto, es alegre, apoyador, sabio, un tanto
sarcástico y siempre se las arregla para caer de pie (literalmente)… el chico
perfecto.
¿Cómo evitar a desear ver un romance entre ellos?
Pero además de amarse y concederse la realización de
sueños, ambos traspasan esos círculos para caminar en búsqueda de
respuestas/retos/límites, entran en las vidas de otros y contrariamente a
encontrar respuestas fáciles, se topan con un escritor huraño, y francamente
majadero. Pero al mismo tiempo, uniendo la historia de Anna Frank al visitar su
casa, logran conducirnos a la
interesante noción de que en el fondo los jóvenes de todos los tiempos siguen teniendo
los mismos sueños y las mismas esperanzas, (difícil de creer eh?) No importa lo lejanos que parezcan, ambos
conceptos al final del día confirman que mientras más cambian las cosas, más
siguen siendo en el fondo las mismas.
Claro que para los protagonistas (y para su público
juvenil) las respuestas no saltan inmediatamente a la vista
El trabajo de dirección es efectivo y aprovecha cada
elemento que la novela le da, gracias a su exquisito sentido ácido del humor,
llevando a Hazel y a Augustus en ese
juego de aproximaciones; tentándose pero rechazándose, para ir calentando el
romance hasta caer, para beneplácito de todos en la sala de cine. Recargándose para
lograr las atmósferas propicias en un por demás efectivo soundtrack. Y como si eso
fuera poco; la “quimio” entre Woodley (quien se ha colocado velozmente como la
nueva protagónica juvenil auténtica al 100%) y Elgort, quien seduce a las fans
desde el primer momento, crean “la
tormenta perfecta” (emocionalmente hablando…)
Romance imposible, sarcasmo, fatalidad, drama juvenil,
descubrimiento, respuestas ocultas, enfrentamiento ante una realidad dura y
emotividad… Sí. ¿Pero quien no necesita un poco de todo esto de vez en cuando?
Director:
Josh Boone
Reparto: Shailene Woodley, Ansel Elgort, Willem Dafoe, Nat Wolff, Laura
Dern, Sam Trammell.
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Romance, Drama
Duración: 2 hr. 6 min.
Clasificación: Mayores de 13. Temática, breves escenas
con contenido sexual.
Fecha de estreno en México: 6 de Junio
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