Por Julia Elena Melche.
La migración, la corrupción y la marginación social de
México, son asuntos que han preocupado al realizador mexicano Jorge Pérez
Solano, particularmente en la zona mixteca, temas que abordó en su primer
largometraje Espiral (2008), y que ahora dan forma a La tirisia, la crónica
de dos mujeres que viven una maternidad difícil, en el desértico municipio de
Zapotitlán Salinas en Puebla.
Con un esposo ausente que emigró a Estados Unidos en busca
de mejoras económicas desde hace tres años y madre de dos pequeños, Cheba (Adriana
Paz) espera un hijo de Silvestre (Gustavo Sánchez Parra), un tipo casado que
embarazó también a su joven hijastra Serafina (Gabriela Cartol). Ambas, son víctimas
del machismo y cargan con culpa su gravidez; Cheba ante el próximo arribo del
marido y Serafina con el rechazo constante de su madre y padrastro.
De alguna manera, La tirisia, es una especie de continuación
de Espiral,
donde dos jóvenes de la mixteca oaxaqueña emigran a la Unión Americana para sacar
adelante a sus familias, pero cuando regresan ya nada es igual. En La tirisia está presente de nuevo la emigración, observada como
un factor de desintegración de las familias, que provoca sentimientos de soledad y de abandono por
la ausencia del ser querido.
Cheba, como otras mujeres abandonadas, ha caído en la
tirisia, una enfermedad del alma o estado mental de melancolía que la tiene
muerta en vida. Ha buscado una nueva pareja que resulta ser el hombre
equivocado. Luego de dar a luz a su hijo, Silvestre la desprecia y humilla y
solo la busca para tener sexo. Cuando llega su marido Carmelo, Cheba entrega al
recién nacido a su padre biológico, mientras decide si lo conserva, con las
consecuencias que esto ocasionaría, o lo abandona para permanecer con su hombre
y mantener unida a toda su familia.
Gran observador de la evolución, problemáticas, marginación,
riqueza cultural y raíces ignoradas de la mixteca, región de donde es
originario, el cineasta habla de “esa gente olvidada de Dios, de los políticos
y de las fuerzas militares, que tendrían que protegerla”, comenta. En esa examinación, imprime
un tono de añoranza y de nostalgia, mediante atmósferas de desolación que
retratan una naturaleza árida y erosionada, donde el tiempo parece detenido entre
la maleza y cactus gigantescos y solo se escucha el sonido del viento, de los
remolinos, del paso de las aves y del escaso flujo de algún riachuelo perdido
en el inhóspito paisaje.
Publicaciones como Variety han destacado la manera en que
las imágenes contribuyen a redondear la crisis emocional de los personajes. El
encargado de capturar y reflejar esa devastación física y anímica, es el fotógrafo
César Gutiérrez Miranda, co-productor de la cinta y con magníficos trabajos
anteriores como Workers y Las búsquedas del realizador José
Luis Valle. Su cámara hace el
seguimiento de las rutinas de los pobladores, se posa en los rostros afligidos,
tirisiento, para indagar en sus miradas, expresiones y silencios elocuentes. Hace
un acertado uso de contraluces y de tomas angulosas, poniendo especial énfasis
en las panorámicas que dominan la película.
Dividida en cuatro capítulos, cada uno que corresponde al
mes en que se venera una imagen sagrada de la iglesia católica, la cinta se
aleja de la estampa pintoresca del campo mexicano, para adentrase en su grisura
cotidiana y exponer a la mujer atrapada en una sociedad patriarcal que la
limita y la conduce a la tirisia, víctima del machismo recalcitrante con hombres
que la usan como objeto sexual, le exigen su rol tradicional, la menosprecian y
la cargan de hijos. Pero también expone la desesperanza y frustración masculinas
en los deseos de volar y de salir huyendo del pueblo de Silvestre, cuando desde
su labor diaria en las salinas ve los aviones que cruzan el cielo.
En la crítica social de La tirisia hay cabida para señalar la indiferencia
de los políticos hacia el pueblo, cuando un candidato a gobernador pasa en su
camioneta sin detenerse a un evento que se organizó para promocionarlo. A la
secuencia metafórica del abandono a los pobladores de la institución religiosa,
se agregan destellos luminosos y coloridos, en el desfile por las calles de un
animoso espectáculo circense a lo Fellini.
Con personajes destacados, como el entrañable Canelita (Noé
Hernández), el amigo gay asumido y sin prejuicios de Cheba, quien es su
conciencia y la voz sabia del filme, La tirisia es
un inmejorable drama costumbrista en el entorno rural de un director talentoso y comprometido, donde no abundan los
diálogos, pero sí revelaciones que calan en lo profundo.
En 2014 La tirisia recibió el Premio Alejandro de Oro a la Mejor Película en el Festival
Internacional de Cine de Tesalónica, Grecia. El Premio Roger Ebert en el Festival
Internacional de Cine de Chicago, Estados Unidos y el Premio al Mejor Actor
(Gustavo Sánchez Parra) en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México.
Dirección y Guión: Jorge Pérez Solano.
Fotografía en Color: César Gutiérrez Miranda.
Reparto: Adriana Paz (Cheba), Gabriela Cartol (Ángeles
Miguel), Gustavo Sánchez Parra (Silvestre), Noé Hernández (Canelita), Alfredo
Herrera (Carmelo) y Mercedes Hernández (Serafina).
País: México.
Año: 2014.
Género: Drama.
Duración: 110 minutos.
EL DIRECTOR.
Jorge Pérez Solano nació en Oaxaca, México en 1964. Es
egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM
(CUEC) en el área de dirección y guión, y de la licenciatura en Ciencias de la
Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Entre 1994 y 1997
trabajó como asistente de dirección, editor y director de segunda unidad en
diversas películas mexicanas.
De 1997 al 2005, realizó programas informativos y
culturales para TV UNAM y para los canales 11, 22 y 40. En 2008 filmó Espiral,
su primer largometraje, proyecto ganador del sexto Programa de Óperas Primas
del CUEC, con el cual ha participado en diversos festivales y muestras de cine
alrededor del mundo. Actualmente se encuentra preparando su tercer proyecto de
ficción en la mixteca de la costa chica oaxaqueña, con la comunidad afrodescendiente.
LA
TIRISIA SE EXHIBE EN EL MARCO DE LA
58 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL SÁBADO 4 AL JUEVES 9 DE ABRIL DE 2015 EN
LA CINETECA NACIONAL Y DEL DOMINGO 12 AL JUEVES 16 DE ABRIL EN CINÉPOLIS.
PARA MAYOR
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