Por Julia Elena Melche.
El infierno de ser albino en África. Cuando el cineasta Noaz
Deshe viajó a Dar es Salaam, la ciudad más poblada de Tanzania, para dar un
curso, descubrió la caza de albinos en África oriental y decidió hacer una
película, una crónica real sobre los llamados “sombras blancas” o “fantasmas”,
que son asesinados y vendidos a altos precios a hechiceros para realizar
conjuros y pociones, ya que a las partes de sus pálidos cuerpos, órganos e
incluso su sangre, se les que atribuyen poderes curativos y mágicos, como dar
suerte o atraer la riqueza y el amor. Las cabezas, piernas y corazones llegan a
valer miles y miles de dólares y son usados como talismanes. Una paradoja, pues
los albinos africanos son considerados una maldición de los dioses, seres de
mala suerte y presagios de infortunios.
Si bien, en Burundi, Uganda, Kenia y Zimbabue son excluidos
y repudiados por la sociedad y en muchísimos casos por sus familias, son
obligados a mendigar por falta de oportunidades, nadie se atreve a tocarlos por
miedo a contagiarse y las mujeres con albinismo han sido violadas dada la
creencia de que tener relaciones sexuales con un albino puede curar el Sida, es
en Tanzania donde la situación es especialmente preocupante pues su población
se estima en unas 170 mil personas y el número va en aumento ya que tienden a
casarse entre sí, lo que aumenta la probabilidad del albinismo como herencia.
En un tono semidocumental, Sombra blanca sigue la vida y experiencias del adolescente albino Alias
(el joven actor debutante Hamis Bazili), quien vive en una modesta comunidad
rural en Tanzania. Luego de presenciar el brutal asesinato y descuartizamiento
de su padre por un hechicero y sus cómplices que pretenden vender el cuerpo, su
madre decide protegerlo y lo envía a la ciudad con su tío Kosmos, un camionero
lleno de deudas, quien lo aconseja para la vida (“Come sin abusar, abre una
cuenta de banco, ahorra, usa condón, no pesques el SIDA”) y lo pone a vender lentes de sol y DVD en la calle.
Pronto será rechazado por otros chicos que lo persiguen con el grito “piel de
cerdo”.
Alias desarrolla su instinto de supervivencia para resistir
en un entorno tan hostil, temiendo siempre por su vida. Los peligros por su
condición genética lo acechan constantemente y para no ser atrapado cubrirá de
lodo su cuerpo, confundiéndose con la oscuridad de la noche. Al ir a la ciudad
dejó a su pequeño amigo, también albino Salum (Salum Abdallah), con quien
compartía sus deseos de volar, pero encontrará un cariño entrañable en la púber
Antoinette (Glory Mbaywayu). No obstante, sentirá el abandono y el aislamiento
al tener que esconderse con otros albinos que se refugian en una casa para no
ser capturados.
El albinismo en África, un problema social urgente, ha merecido
poca atención en el terreno cinematográfico, con ecos en Rebelde, nominada al
Óscar como Mejor Película de Habla no Inglesa en 2012, y abordado de manera
directa en el cortometraje En mis genes (2008), escrito,
dirigido y producido por la directora
keniana Lupita Nyongo, la ganadora del premio Óscar como Mejor Actriz de Reparto
por 12
años de esclavitud y en el estupendo documental de Reino Unido A la
sombra del sol (2012). De hecho, el cineasta encontró una mayor
motivación para llevar a cabo su filme, luego de ver un documental de la BBC con
cámara oculta, en el que se filmaba el tráfico de cuerpos albinos mutilados, realizado
por la directora ejecutiva de la ONG canadiense Under The Same Sun, Vicky Ntetema, por el cual fue perseguida por
el gobierno de Tanzania.
De ahí la importancia de este magnífico y audaz trabajo de
denuncia social, de un director comprometido quien hace su debut en el
largometraje y se encarga también del guión, música, fotografía y edición, apoyado
en la producción ejecutiva por el actor Ryan Gosling, involucrado con numerosas
causas africanas, y apoyado por actores desconocidos que sufrieron y padecieron
algún tipo de historia similar a la del protagonista.
Noaz Deshe mueve la cámara de manera brusca y vertiginosa
para capturar escenas nocturnas de alta violencia, apenas iluminadas, y en
planos fragmentados que van de la toma picada a la contrapicada, creando climas
de tensión muy atrapantes y exponiendo sin sutilezas la barbarie de que es
capaz un ser humano hacia otro, totalmente indefenso y los crímenes perpetrados
por la superstición.
Un retrato desgarrador e indignante del continente negro,
real y profundo. Un testimonio de la miseria, angustia y ostracismo de los
albinos que “no mueren, simplemente desaparecen”.
Sombra
blanca mereció el Premio Luigi De
Laurentiis de la Semana Internacional de la Crítica en la Muestra Internacional de Cine de Venecia,
Italia 2013, el Premio Nuevos Directores en el Festival Internacional de Cine
de San Francisco, Estados Unidos, Mención Especial del premio CineVision en el Festival
Internacional de Cine de Múnich, Alemania y el Premio a Mejor Director en el
Festival Internacional de Cine de Durbán, Sudáfrica en 2014.
Dirección: Noaz Deshe.
Guión: Noaz Deshe y James Masson.
Con: Hamisi Bazili (Alias), James Gayo (Kosmos), Glory
Mbaywayu (Antoinette) y Salum Abdallah (Salum).
País: Tanzania-Alemania-Italia.
Año: 2013.
Género: Drama.
Duración: 117 minutos.
EL DIRECTOR.
Noaz Deshe nació en Berlín, Alemania. Artista audiovisual y
cineasta radicado entre Berlín y Los Ángeles, es también compositor del
soundtrack para el filme iraní Frontier Blues (2009), opera prima
de Babak Jalali. Es autor de la novela gráfica In Case We Never Meet, la que está
pendiente de publicación. Como realizador dirigió en el 2001 el cortometraje Boysgirls
y el largo Search Agent Zerox, ambos documentales. Sombra blanca es su debut en el cine de ficción, estrenada
mundialmente en la muestra de Venecia.
SOMBRA
BLANCA (WHITE SHADOW) SE EXHIBE EN EL
MARCO DE LA 58 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL LUNES 6 AL SÁBADO 11 DE ABRIL
DE 2015 EN CINETECA NACIONAL Y DEL MARTES 14 AL SÁBADO 18 DE ABRIL EN
CINÉPOLIS.
PARA MAYOR
INFORMACIÓN, CONSULTAR:
www.cinetecanacional.net/micrositios/muestra58/
www.cinepolis.com.mx
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