Marley (Kate Hudson), es una joven independiente y con una carrera profesional en ascenso, rodeada de amigos y con una vida social alegre y despreocupada; sin embargo su vida da un giro
inesperado cuando se entera que padece cáncer en fase terminal. En este proceso se enamora de su médico (Gael García Bernal), con quien inicia la búsqueda de los porqués de la vida y la muerte, además de que enamorarse es causa de temor para Marley, incluso un terror mayor que la propia enfermedad.
Vamos por partes. Primero nos encontramos ante una película dramática con toques de comedia, que sin embargo no logra convencer, empezando por su pareja protagónica, ya que Kate
Hudson y Gael García Bernal, no proyectan química ni logran convencer como la pareja de enamorados que viven una tragedia que amenaza su felicidad, ni mucho menos Hudson proyecta la imagen de una mujer moribunda.
En segundo lugar, el guión no profundiza en temas importantes como la ética profesional de la relación que debe existir entre el médico y el paciente, solo hace una pequeña referencia a
esta situación; tampoco ahonda en las causas de la enfermedad ni en la relación madre-hija.
Por el contrario, la cinta está repleta de clichés y sentimentalismos acordes con una triste historia de amor y quizá ese sea su mayor logro, además de los momentos graciosos que aparecen, aunque éstos caen en lo cursi; ni la intervención de Whoopi Goldberg como un ser supremo que da consejos desde el cielo, salvan una historia predecible sobre el espíritu de lucha y la importancia de ser feliz en vida.
Lo más rescatable del filme es sin duda la actuación de Kathy Bates, quien tiene las mejores partes en el guión y Lucy Punch.
inesperado cuando se entera que padece cáncer en fase terminal. En este proceso se enamora de su médico (Gael García Bernal), con quien inicia la búsqueda de los porqués de la vida y la muerte, además de que enamorarse es causa de temor para Marley, incluso un terror mayor que la propia enfermedad.
Vamos por partes. Primero nos encontramos ante una película dramática con toques de comedia, que sin embargo no logra convencer, empezando por su pareja protagónica, ya que Kate
Hudson y Gael García Bernal, no proyectan química ni logran convencer como la pareja de enamorados que viven una tragedia que amenaza su felicidad, ni mucho menos Hudson proyecta la imagen de una mujer moribunda.
En segundo lugar, el guión no profundiza en temas importantes como la ética profesional de la relación que debe existir entre el médico y el paciente, solo hace una pequeña referencia a
esta situación; tampoco ahonda en las causas de la enfermedad ni en la relación madre-hija.
Por el contrario, la cinta está repleta de clichés y sentimentalismos acordes con una triste historia de amor y quizá ese sea su mayor logro, además de los momentos graciosos que aparecen, aunque éstos caen en lo cursi; ni la intervención de Whoopi Goldberg como un ser supremo que da consejos desde el cielo, salvan una historia predecible sobre el espíritu de lucha y la importancia de ser feliz en vida.
Lo más rescatable del filme es sin duda la actuación de Kathy Bates, quien tiene las mejores partes en el guión y Lucy Punch.
Un pedacito de cielo es una película para quienes buscan una historia simple, cursi y entretenida, con un poco de humor, ligera y que tal vez logrará arrancar unas cuantas lágrimas a las personas más sensibles.
Dirección: Nicole Kassell
Reparto: Gael García Bernal, Kate Hudson, Kathy Bates, Whoopi Goldberg, Lucy Punch
País: Estados Unidos
Año: 2011
Género: Comedia/Drama/Romance
Duración: 106 minutos
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 29 de diciembre de 2011
Reparto: Gael García Bernal, Kate Hudson, Kathy Bates, Whoopi Goldberg, Lucy Punch
País: Estados Unidos
Año: 2011
Género: Comedia/Drama/Romance
Duración: 106 minutos
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 29 de diciembre de 2011
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