viernes, 31 de mayo de 2013

EL GRAN GATSBY (THE GREAT GATSBY)

Por: Fabián Quezada León

Basada en la obra maestra de Fitzgerald llega esta exuberante y lujosa versión de Baz Luhrman, que dicho sea de paso, tal vez sea quien mejor pudo desplegar los inmensos excesos en que los alocados 20’s se vivieron

Es 1922 y Nick Carraway (Maguire) un joven aspirante a escritor llega a la bulliciosa ciudad de Nueva York. Nick  tiene más que sueños en su maleta y mucho más que simples  deseos para poder llegar a todo lo alto.
La vida lo lleva a caer en la cercanía del más excéntrico y seductor millonario que la ciudad viera jamás: Jay Gatsby (DiCaprio) a partir de ahí, la casualidad y la suerte llevan a Nick a descubrir que su prima Daisy (Mulligan) y Gatsby son mucho más que vecinos y antiguos “conocidos”.  Fueron novios cuyo amor no pudo concretarse. El marchó a la guerra y ella cambio de planes. Pero su amor nunca se acabó.
El impedimento ahora es que Daisy está casada con Tom Buchanan (Edgerton) un miembro de la “realeza neoyorkina” y que casualmente fue compañero de estudios de Nick.  Gatsby pide a Nick que sea su aliado para reunirse y reconquistar a Daisy. Pero Nick está entre dos mundos;  sumido entre los excesos de Tom y la seductora presencia de Jay, Nick se encuentra para su desgracia atrapado en el juego de poder cuyo trofeo es la bella Daisy.
El amor, la frustración del desencuentro, la lealtad, y el temor confluyen en este gran clásico de la literatura Norteamericana.

Luhrman comienza su relato mirando hacia el pasado, desde la clínica en la que Nick se encuentra,  víctima de una grave depresión.
Pero  esta situación no es solo el pasado del mismo co protagónico, sino el pasado del espectador.  Y al enfrentar a ambos como espejos, los reflejos son infinitos y ahí se cuelan  los ojos que recuerdan lo que la mente guarda y lo que la pluma exorciza; los dorados años que se fueron, envueltos en el exceso y el despilfarro, perfumados con la figura de un hombre misterioso e icónico Jay Gatsby… junto a él se pierden los rumores de las risas, del champagne descorchado, fluyendo infinito en las copas y el rumor de los vestidos de las flappers, cubiertas de deslumbrantes joyas.
Ese pasado que, según Jay, claro que puede repetirse… y esto se convierte en una condena y una esperanza (de nuevo remitiéndose a ese juego de espejos del pasado contra el pasado)
¿Acaso no siempre de una gran crisis surge la devastación y en seguida se recomienza de nuevo para llegar irremediablemente, si la experiencia humana sigue sin aprender, tras un periodo de exceso  a una nueva crisis?

Luhrman se ha ido puliendo en conceptualizar su obra como un abigarrado acto “barroco postmoderno”  donde no solo confluyen elementos explosivamente pop, sino que el anacronismo casi exacerbado se ha convertido en su sello, desde Romeo y Julieta (1996) y que luego con Moulin Rouge  (2001) llevó a un plano completamente nuevo.
El asunto es que el impacto visual y auditivo de Moulin Rouge prevalece tan fresco como hace doce años. Al pensar en Luhrman no se le puede desligar de Ewan McGregor y Nicole Kidman cantando su Medley sobre el elefante… y entonces, al contemplar los trailers de Gatsby disparando todo ese absoluto arrobamiento ante el lujo al detalle, uno no piensa que Luhrman no volvería a transitar por la senda de hacer cantar a sus actores. Y vas a ver la película esperando  que la música sea omnipresente como en Romeo+Julieta  o Moulin Rouge pero no.
La música ahora, si bien bastante contempo, no es protagónica, ahora el detalle excesivo, casi delirante, del ojo se pierde en todo ese extremadamente lujoso entorno que arrastra con su disparate y su desaforada ansia de acabarse el mundo a todo y todos y cuya abigarrada composición casi cubre por completo  el misterio de Gastby  y de su motivación principal: construir un universo paralelo donde todo sea tan espectacular, lujoso, deslumbrante y derrochador, como para que una mujer algún día, guiada aunque sea por la curiosidad, se acerque de nuevo,  no importa que  sea fugazmente, bastarán  solo unos instantes para recuperar el pasado y volverlo a vivir en la inconsciencia plena, en ese esfuerzo desmesurado de comerse la vida; pero al mismo tiempo mantenerla en animación suspendida, para postergar el recuerdo lo más posible.
Pero esa tarea es como tratar de mantener una pompa de jabón brillando ingrávida por siempre  
Ahora bien, por más que el espectador (y me incluyo) hubiera deseado desaforadamente poseer un soundtrack tan vívido y estremecedor como Moulin Rouge, (y de hecho se añore con ese deseo que se maneja en toda la película) lo real es que no se sabrá jamás si esto hubiera sido mejor o peor…  o si es una parte del camino como director de Luhrman.
  
La extrema dedicación al detalle sigue siendo un “selling point” de Luhrman.
La cámara, no importa dónde esté, va a captar decenas de extras perfectamente arreglados, maquillados, enjoyados; cada pared es perfecta, cada candil es resplandeciente, cada centímetro del insaciable lujo es abrumador. Y los embriagantes acordes del Charleston difuminan la efervescente carrera de la locura que vuela en los salones y se sube a los autos con una agenda llena de compromisos sociales deslumbrantes.
DiCaprio encarna un Gatsby creíble, pues él mismo es un icono, un personaje latente desde hace décadas en la cultura pop y sabe como deslumbrar, además de que Luhrman lo fotografía como las estrellas de la época de oro de Hollywood.  Mulligan no es esa etérea belleza que uno imagina como Daisy, pero es una magnifica y constante actriz. Sin duda por requisiciones del personaje debe restringirse; estar siempre hablando en ese medio tono y transitando lo más ingrávidamente que le permitan todas las joyas que usa, pero es una actriz con oficio y lo ejerce y Maguire como el observador y cómplice apoya, pero no deslumbra (justo lo que se espera de un coprotagónico de un romance) Mientras a su lado el mundo entero se desbarata en una bacanal desenfrenada.
Aunque lo más importante sobre  todo esto son los conceptos, el embriagante despilfarro, la construcción del sueño americano, el concepto del hombre hecho por sí mismo y su impenetrable misterio y subyaciendo a todo, el deseo por un amor perdido que no se defendió y por el cual se reinventa un mundo entero, sin saber si el universo completo será suficiente para embrujar y contener la desesperanza del pasado y evitar que trasmine al futuro.

Director: Baz Luhrmann
Reparto: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Isla Fisher, Joel Edgerton.
País: Australia/ Estados Unidos
Año: 2013
Género: Drama, Romance
Duración: 2 hr. 22 min
Clasificación: Mayores de 13 violencia, temática adulta, ligero contenido sexual
Estreno en México: 31 de Mayo

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