sábado, 25 de mayo de 2013

LA JAULA DE ORO: CINTA MEXICANA PREMIADA EN CANNES.

La cinta mexicana La jaula de oro, dirigida por Diego Quemada-Diez obtuvo el Premio Gillo Pontecorvo en la edición 66 del Festival de Cannes.

Este premio, paralelo al certamen cinematográfico francés, es otorgado por el Instituto Internacional para el Cine y el Audiovisual de los Países Latinos en conjunto con la Asociación Gillo Pontecorvo.


La distinción se otorga a una personalidad de la cultura, de la industria y a una institución que ha contribuido a desarrollar, mejorar y afianzar el cine en su interés cultural e industrial. Este galardón lleva el nombre de uno de los realizadores más importantes de la cinematografía italiana y creador de películas emblemáticas como La batalla de Argel o Queimada.

La ópera prima de Diego Quemada-Diez aspira también a la Cámara de Oro en la competencia oficial de Cannes y las distinciones que se entregan en la sección de Una cierta mirada. La cinta producida por Animal de Luz Films y Machete Producciones es una recreación de la migración de Centroamérica hacia Estados Unidos,

La película invita a una reflexión sobre esta problemática social y humana, a través del viaje que emprenden unos adolescentes que dejan sus lugares de origen (Guatemala y México) para buscar un mejor futuro y alcanzar el llamado “sueño americano”. A lo largo de su travesía los personajes conocen el valor de la amistad.

El Premio Gillo Pontecorvo destaca el trabajo de “una joven promesa del cine hispanoamericano” y reconoce "el empeño social, el vigor narrativo y la frescura cinematográfica" de La jaula de oro.

El premio Gillo Pontercovo en el 66º Festival de Cannes ha sido atribuido a La jaula de oro por las siguientes motivaciones:

La pasión, la vivacidad, la inteligencia política y la integridad con la cual Gillo Pontercovo ha trabajado para el gran sueño del cine y no le ha hecho jamás olvidar la condiciones esenciales para el desarrollo y el progreso de toda el arte: la transmisión del saber y de la experiencia a las generaciones más jóvenes. Gillo siempre ha trabajado para poner a disposición su experiencia y todos los instrumentos necesarios para estimular y apoyar a los cineastas del futuro, sobre todo aquellos que portan la cultura latina.

Es por esta razón que, en el recuerdo de Gillo, el premio que lleva su nombre ha sido hoy atribuido a una joven promesa del cine hispanoamericano y a su ópera prima que, en un camino claramente trazado por Gillo, para contar con el empeño social, vigor narrativo y frescura cinematográfica, la historia atemporal de un grupo de jóvenes migrantes. Gillo decía que "el cine debe estar escrito muy cerca del hombre, dentro del hombre y debe de hablar del hombre, sino no habla de nada": la historia necesaria de La Jaula de oro y el irresistible candor de los cuatro actores no profesionales que la interpretan, están hoy a la altura de este reclamo.






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