Del
19 al 26 de julio, Glauber Rocha llega a las
pantallas de la Cineteca Nacional.
El
ciclo exhibe los trabajos más representativos de una de las figuras más
destacadas del cine brasileño de la década de los 60.
Máximo
representante del Cinema Novo, corriente que fomentaba la libertad e
independencia del cine brasileño y buscaba reflejar las raíces más profundas
del pueblo, Glauber Rocha se erigió como una de las voces más críticas de su
entorno social y político.
En
sus inicios, la tinta y el papel fueron los vehículos a través de los cuales
Rocha diseccionaba el cine brasileño, con críticas para periódicos y revistas locales,
así como para importantes publicaciones internacionales. Del impreso emigró al
celuloide, donde tuvo una corta pero consistente carrera con un total de 17
películas impregnadas de surrealismo, teatralidad, misticismo y estridencia
poética que abordan la situación política y cultural de Brasil a través de la
metáfora y la revisión histórica.
En
julio, la Cineteca Nacional, con el apoyo del Centro Cultural Brasil México,
presenta un ciclo dedicado a la obra de este destacado cineasta brasileño con
la exhibición de sus filmes más representativos.
En
la inauguración se proyectará Anabazys (Brasil, 2007), documental de Paloma
Rocha y Joel Pizzini que toma como pretexto la restauración del filme La edad de la tierra (también de Rocha), para retratar la vida y obra de
Glauber Rocha. Esta función contará con la presencia de Paloma Rocha,
primogénita del cineasta y tendrá lugar el próximo viernes 19 de julio a las 19:30 horas en la Sala
7, Alejandro Galindo.
A
este filme le siguen Barravento (Brasil, 1962), primer largometraje de
Rocha, reflexión acerca de la enajenación y el dominio religioso con la que
obtuvo el premio a la mejor ópera prima en el festival checoslovaco de Karlovy
Vary; Dios y el
diablo en la tierra del sol (Brasil,
1964), donde hace su aparición uno de sus personajes más famosos, Antônio das
Mortes, quien defiende los intereses de la clase acomodada y tiene la misión de
perseguir a los oprimidos; y Tierra en trance (Brasil,
1967), en la que Rocha se sirve de la discontinuidad temporal para abordar
cuestiones políticas y sociales; cabe señalar que esta cinta fue prohibida en
Brasil y sólo pudo verse tras recibir en 1967 el premio FIPRESCI en Cannes.
El
recorrido por lo más destacado de la filmografía de Glauber Rocha continúa con El dragón de la
maldad contra el santo guerrero también conocida como Antonio das Mortes (Brasil-Francia-RDA, 1969), secuela de Dios y el diablo… con la que el realizador brasileño se alzó con el
galardón al mejor director en Cannes en 1969 de la mano de su mítico personaje,
a través del cual vuelve a reflejar la situación política y cultural de Brasil;
y Claro
(Italia, 1975), mezcla de ópera, documental, ensayo y ficción un manifiesto de
Rocha en contra de la sociedad capitalista y los contrastes que en ella
habitan.
Finalmente,
la programación culmina con otro documental de otro de sus hijos, Eryk Rocha,
quien en Rocha
que vuela (Brasil-Cuba, 2002),
construye un homenaje a su padre y establece una especie de
diálogo-enfrentamiento con una generación que soñó con hacer del cine el primer
movimiento artístico de unificación cultural y política de América Latina.
El
cine de Glauber Rocha es un cine libre, independiente, de autor, alejado de las
convenciones y los paradigmas, al servicio de las causas políticas y sociales,
que apela a la reflexión y a la crítica. A través de este ciclo la Cineteca y
el Centro Cultural Brasil México celebran la trayectoria de este cineasta y
ofrecen una ventana a la cultura e historia de un país tan diverso como es
Brasil.
GLAUBER
ROCHA.
La
figura de Glauber Rocha es inabarcable para el panorama cultural de Brasil. Poseedor
de una visión propia del arte y específicamente del cine como motor de
expresión en el terreno de la identidad política y cultural de Latinoamérica,
Rocha fue la efigie moral del Cinema Novo, una corriente cinematográfica que al
lado de la Tropicalía –movimiento artístico contracultural enfocado a la
música, el teatro y la poesía– buscaba reflejar las raíces más profundas del
pueblo brasileño y enfrentar así las contradicciones históricas que lo llevan a
la desigualdad.
Nació
en Vitória da Conquista, una pequeña localidad ubicada al sur del estado de
Bahía, pero a los nueve años se trasladó con su familia a San Salvador, la
capital, de donde durante los años 60 emergerían algunas de las figuras clave
de la revolución cultural de Brasil. Glauber se volvió asiduo de los cineclubes
de Bahía; ahí conoció la obra de los clásicos soviéticos, la vanguardia
francesa y el neorrealismo italiano, corrientes que influenciarían el estilo de
sus primeras películas.
A los 16 años, trabajando como periodista independiente
para varios periódicos y revistas locales, se inició en la crítica
cinematográfica, y en 1959, incursionó en la realización con un primer
cortometraje, Pátio,
un ejercicio experimental de 12 minutos de duración en el que algunas de sus
inquietudes formales ya se encontraban plasmadas.
Al
mismo tiempo radical y mística, la visión política, elemento fundamental de la obra de Glauber
Rocha –en total 17 películas–, se encuentra presente desde Barravento, su primer largometraje,
con el que ganó el premio a mejor opera prima en el festival checoslovaco de
Karlovy Vary y se extiende hasta La edad del sol, la última cinta que dirigió
antes de morir de manera prematura. Impregnada de surrealismo, teatralidad,
misticismo y estridencia poética, su obra tiene su punto culminante en los
filmes Dios y el
diablo en la tierra del sol, Tierra en trance
y Antonio das Mortes (que en
1969 le valió el premio a Mejor Director en el Festival de Cannes), películas
que abordan la situación política y cultural de Brasil a través de la metáfora
y la revisión histórica ficcionada.
El
trabajo teórico de Rocha, junto con su obra cinematográfica un solo manifiesto
sobre el arte y su relación con la lucha política, encuentra en el texto “Estétyka del hambre”, publicado en 1965,
su dimensión más representativa. En oposición a la estética fácilmente
digerible del cine norteamericano y sus imitaciones, en el ensayo, el director
clama por el surgimiento de una estética local movida por las carencias y la
necesidad de sobreponerse a ellas a través de la subversión y el
autoconocimiento.
PROGRAMACIÓN:
Barravento. Brasil,
1962, 78 min.
Personas
que tras la abolición de la esclavitud continuaron oprimidas, dominadas por la
enajenación y el dominio religioso. Un día una fuerza externa viene a su
encuentro y se opone al estado de alienación. Al fin, la revolución se levanta
en contra del patrón y de la Iemanjá, divinidad femenina que reina los mares,
ambos responsables de la miseria del pueblo. El primer largometraje de Glauber
Rocha relata los conflictos sociales e ideológicos de un grupo de pescadores en
el estado brasileño de Bahía por liberarse de las instituciones políticas y
religiosas que lo someten. Cineteca: viernes 19.
Dios y el diablo en la tierra del sol. Brasil, 1964, 125 min.
En
el Sertão, zona desértica al noroeste de Brasil, el vaquero Manuel, quien vive
una vida miserable junto a Rosa, su mujer, mata al patrón que lo explota y acto
seguido escapa. En la huida él y Rosa terminan siendo seguidores del
"santo" líder mesiánico Sebastião, un frenético líder religioso con
ideas moralistas. Entonces, el cacique Antônio das Mortes, miembro de una clase
dominante que defiende sus intereses ante la rebelión del pueblo, es
encomendado para asesinar a Sebastião y todos sus seguidores. Cineteca: sábado 20.
Tierra en trance. Brasil,
1967, 111 min.
En
el país imaginario de El Dorado, Paulo Martins, periodista lleno de ideales, se
ve atrapado en las maquinaciones de un demagogo fascista y un falso reformista.
El principal atractivo de este filme-manifiesto de los postulados del Cinema
Novo reside en el poder de sus imágenes, una edición que apela a la
discontinuidad temporal y una explosiva mezcla de política, poesía, música y
diálogos cargados de furia. Prohibida en Brasil, la película pudo ser vista
después de ganar el premio FIPRESCI en el Festival de Cannes en 1967. Cineteca: domingo 21.
Antonio das Mortes / El dragón de la maldad contra el santo guerrero.
Brasil-Francia-RDA,
1969, 100 min.
Secuela
de Dios y el
diablo en la tierra del sol que tiene
lugar 29 años después de que Antonio das Mortes asesinara a Corisco, el último
de los cangaçeiros. A Jardim das Piranhas llega un grupo de beatos dirigido por
el capitán Coirana, un idealista que quiere hacer resurgir el cangaço, y así
resucitar el espíritu de sus antepasados. El policía del pueblo busca a Antonio
das Mortes para eliminar a los bandidos. Con esta cinta, Glauber Rocha recibió
el premio a mejor director en el Festival de Cannes de 1969. Cineteca: martes 23.
Claro. Italia,
1975, 110 min.
El
título alude al empeño confesado de Glauber por tratar de ser claro en las
contradicciones de la sociedad capitalista de nuestro tiempo. La elección de
Roma como escenario de la acción fue deliberada: se trata, según el director,
del centro histórico-mitológico del capitalismo y, al mismo tiempo, de una
ciudad del tercer mundo implantada en Europa, una especie de gran Bahía en
cuyos habitantes Glauber cree descubrir también rasgos de tropicalismo. Sin un
argumento narrativo, Claro mezcla ópera, documental, ensayo y ficción. Cineteca: miércoles 24.
Rocha que vuela. Brasil-Cuba,
2002, 94 min.
Homenaje
documental dedicado al director Glauber Rocha, realizado por su hijo Eryk. A
través de la figura de su padre, el cineasta mantiene una espacie de
diálogo-enfrentamiento con una generación que soñó con hacer del cine el primer
movimiento artístico de unificación cultural y política de América Latina. El
exilio en Cuba en 1971 y 1972 de la máxima figura del Cinema Novo brasileño,
coincide con un momento de gran euforia y discusión en torno al papel de las
artes en la revolución social y la política de los países del tercer mundo. Cineteca: jueves 25.
Anabazys. Brasil,
2007, 142 min.
Documental
que acompañó el proceso de restauración de La edad de la tierra (1980) de
Glauber Rocha en 2007. Anabazys examina las raíces de los prejuicios forjados
históricamente contra esta película, mientras se sumerge en el ADN creativo del
cineasta brasileño. Imágenes inéditas provenientes de más de sesenta horas de
material de archivo revelan el método de dirección, montaje y producción que
caracterizaban sus motivaciones estéticas y su implacable lucha por la libertad
en Brasil.
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