Por Fabián Quezada León
Una
obra exquisitamente detallada que ahonda profundamente en la sensibilidad
oriental mientras recuenta la vida de uno de los grandes maestros de Kung Fu Ip
Man (Leung). La película no obstante centrarse fuertemente en toda la filosofía
y práctica de las artes marciales, no es una cinta solo de esa imagen de cinta
de Kung Fu y patadas voladoras; de hecho eso no es lo más importante de la
obra sino el que de una manera minuciosa y poderosamente artística va
develando en imágenes la vida de este hombre, sucedida en los años 30 en el Foshan.
Desde
ahí va mezclando hechos históricos y ficticios con la vida de los personajes;
como la guerra e invasión japonesa a China y el uso y desuso de las técnicas ancestrales de combate.
Pero
sobre todo esto El Gran Maestro es una historia de amor.
Un amor a la
tradición, al honor y a una misteriosa y bella mujer que el destino le pone
enfrente a Ip Man como una digna y atrayente contrincante.
Ip
no es solo una leyenda a nivel de las escuelas del Kung Fu o por haber sido el
maestro de Bruce Lee, sino que a lo
largo de la cinta vamos comprendiendo su personalidad porque la explica mediante la aplicación de la fislosofía marcial hasta llegar finalmente
a la reunión en su técnica de defensa de los estilos xingyi con el bagua
XingYi se caracteriza por su agresividad y
sus movimientos lineales, mientras que el Bagua posee movimientos en círculos y usa los giros para aparentemente no tener una dirección predeterminada, previendo
el movimiento del enemigo. Esta técnica es muy propia para hacer frente a varios
oponentes al mismo tiempo en un combate como podremos ver en la película.
Al comenzar su relato Ip
principia haciendo una especie de "trazado" de lo que será el mapa de la cinta y
de esa manera, al ir accediendo a los diferentes capítulos, vamos al mismo tiempo
involucrándonos con la historia y con la filosofía alrededor de las artes
marciales.
La película transcurre nombrando cada episodio de una manera
distintiva y adornándolo por medio de una fotografía preciosista y excelsa, armada
en una edición de una minuciosidad propia de una filigrana, que dará como
resultado una obra de arte de una belleza deslumbrante.
Ip
recuerda, en capítulos su vida en lo que él comienza denominando como "una primavera", en la
que todo es pacífico y florece sin amenazas, hasta irse desplazando a un
abrupto brinco que va directamente de la primavera al invierno, al acontecerle una serie de eventos.
Como cuando es reclutado
para enfrentarse a un reputado maestro de una región norteña y que por causas de su próximo retiro ha designado
ya a su sucesor: su discípulo Ma San.
El Sur, la región en la que vive Ip decide contar también con un digno campeón y lo llaman para darle la encomienda.
Al ser elegido Ip como representante del Sur, comienza su relación con Gong Er
(Zhang) quien en una sofisticada escena de lucha y demostración casi dancística de las artes marciales,
le reta y muestra las "64 manos", que es todo un compendio de los movimientos de
las escuelas del Wing Chun.
Wong
Kar Wai, el director, lleva el virtuosismo de la lirica de de la acción y la
fotografía a su máximo desempeño; al desgranarnos los movimientos en medio de
la lluvia, la nieve o un sofisticado
burdel.
Mientras, nos relata esta apasionada danza de filosofía, defensa y
honor y le rinde un fervoroso homenaje a sus protagónicos, retratándolos casi
de una manera etérea, sin que, aun en medio del fragor de la batalla, pierdan
jamás la compostura ni se despeinen, a la par que ejecutan los más complicados
pasos de coreografía de batallas que se pueda uno imaginar.
La música es otro elemento que envuelve la acción, con un score potente, emotivo, evocador: fruto de Shigeru Umebayashi que puntea con una fuerza latente las diferentes atmósferas, combinándoles en cada capítulo con un variado mosaico de piezas, tanto de música de ópera China o del folk tradicional oriental con un memorable Stabat Mater de Stefano Lentini como telón de fondo del enfrentamiento de Ip con Er.
En cuanto a la dirección, ¿qué podemos decir? más que el aclamado Wong Kar Wai, relata esta épica de honor y lucha de una manera tan increíblemente sensible y detallada que hace olvidarse que la cinta es sobre artes marciales y deja que el espectador se sumerja en esta riquísima corriente de sensaciones ligadas al honor , al equilibrio y al uso poderoso de las imágenes sobre las palabras, confiriéndole a su obra un enorme poder de arte visual Enriquecido por fantásticos escenarios y por la presencia de grandes estrellas del cine oriental.
En lugar de saturar el espacio de complicados combates que suceden a velocidad de la luz, Wong Kar Wai nos entrega imágenes que magnifican en casi "cámara congelada" las hermosas y letales coreografías; proveyéndolas de una riqueza inagotable en cada cuadro, mientras adoctrina en conceptos tan sencillos como valiosos: la verticalidad y horizontalidad de la lucha, y los principios de ser, saber y hacer y encima de ello, el impasible equilibrio que la disciplina brinda al espíritu. Eso lo enfatiza con extremos close ups donde pies, manos y expresiones, relatan toda una historia al encontrarle significado al lenguaje propio de las artes marciales: espada, puño, doble espada, lanza, y todas las combinaciones que puedan dar las 64 palmas.
Del
mismo modo Wong hace el amor al retratar a sus protagónicos, realzando la
exquisita belleza de Zhang, además de deleitarnos con cuadros fotográficos de grupos
como los de la escuela de Ip, el burdel o la barbería de “la navaja” sin mencionar las
secuencias del tren o las danzas en la nieve.
Vista
desde cualquier ángulo, El Gran Maestro es una verdadera joya de una exquisitez
elegante, sensible, regia y profundamente emocionante, que no debes perderte.
Director: Wong Kar-Wai
Reparto: Tony Leung Zhang Ziyi, Chang Chen, Zhao Benshan.
País: China
Año: 2013
Género: Drama, Biográfica, Artes Marciales
Duración: 2 hr. 10 min.
Clasificación: Mayores de 13
Fecha de estreno en México: 10 de
Enero
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