Por Julia Elena Melche.
Leonardo DiCaprio se ha convertido en el nuevo actor
fetiche del realizador Martin Scorsese. Luego de trabajar juntos en Pandillas
de Nueva York, El aviador, Infiltrados y La isla siniestra,
regresan para narrar el auge y caída del polémico corredor de bolsa neoyorquino
Jordan Belfort, quien sacudió el mundo bursátil de los años noventa, a partir
de la novela autobiográfica del propio Belfort.
Desde Wall Street (Stone 87), La
hoguera de las vanidades (De Palma, 90), Pi, fe en el caos
(Aronofsky, 98), Éxito a cualquier precio (Mamet, ) El informador (Jounger ,
00), hasta Margin call (Chandor, 11) y Wall Street, el dinero nunca
duerme (Stone, 10), entre otras muchas, el tema de los estafadores
financieros, el poder corrosivo del dinero y
la bolsa y sus crisis, han apasionado a grandes cineastas
estadunidenses, inspirados en personajes reales, como es el caso de Scorsese,
cuya filmografía gira en buena parte en torno a personajes torturados, con
culpas y fuera de la ley que buscan
redención.
Con un inmejorable e intenso
DiCaprio que trae a la mente al fraudulento y habilidoso jovencito que consiguió
millones de dólares haciéndose pasar por piloto de una empresa aérea, por
médico y por abogado en Atrápame si puedes (Spielberg, 02), El lobo de Wall Street
es la excelente crónica de un
brillante y astuto traficante de acciones que llega a Wall Street a los 22
años, monta su propia empresa en un taller de autos abandonado para estafar a
inversionistas ingenuos, llegando a
ganar hasta 22 millones de dólares en 3 horas.
Convertido en una
celebridad, gastaba 26 mil en una cena y casi un millón con prostitutas. Dueño
de ostentosas mansiones y autos, vacacionaba a bordo de su lujoso yate en el
mar Mediterráneo con un hidroavión y helicóptero a bordo. Tenía tanto dinero
que no sabía qué hacer con él. Sin duda aprendió muy bien la lección de su
guía sin escrúpulos Hanna (Matthew
McConaughey), quien lo introdujo al mundo de Wall Street; “El juego consiste en
pasar el dinero de tu cliente a tu bolsillo”.
Scorsese elabora un apasionante
filme sobre la ilusión y realización del “Sueño americano”, pero también de su
desmoronamiento cuando la ambición y codicia sin límites son sus principales
ingredientes hasta llegar a una imparable espiral de drogas, alcohol y sexo que
al final cobrará su factura.
Jordan Belfor es engreído,
arrogante y fanfarrón, pero gracias a su atractiva personalidad que desborda
carisma, seducción y un elocuente espíritu emprendedor, consigue todo lo que
quiere y roba y manipula a todo mundo.
No solo es un gánster financiero, sino un monstruo de apetito
desenfrenado por las drogas, el lujo y las mujeres hermosas, a las que ve solamente
como objetos de placer que pueden ser desechados y reemplazados.
En sus 3 horas de duración, El lobo de Wall Street
presenta muchos momentos humorísticos; el protagonista derrocha
inteligencia, chispa y un sentido del humor despiadado. Pero en esencia es el
drama de un tipo que poco a poco camina hacia su perdición; su estilo de vida desenfrenado lo arrastró a su inminente caída.
Con un ritmo trepidante y espléndidas actuaciones, la cinta es sin duda una
muestra más de la gran capacidad narrativa y para dirigir actores del
realizador de Casino y Buenos muchachos.
Dirección: Martin Scorsese.
Guion: Terence Winter, basado en la novela autobiográfica
de Jordan Belfort.
Reparto: Leonardo
DiCaprio, Jonah Hill, Matthew McConaughey, Kyle Chandler, Jean Dujardin, Margot
Robbie y Jon Favreau.
País: Estados Unidos.
Año: 2013.
Género: drama biográfico.
Duración: 180 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 10 de enero de 2014.
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