sábado, 18 de enero de 2014

ESCÁNDALO AMERICANO (AMERICAN HUSTLE)

Por Fabián Quezada León

Basado en algo que “sucedió más o menos así” que en realidad es una versión libre de una operación que aconteció en la era del fin de Nixon;   David O. Russell dirige a Bale, Cooper, Adams y Lawrence de una manera en la que todos están nominados al Oscar.
La trama se basa en una inesperada alianza de turbias raíces, que relaciona a tres sinvergüenzas en la labor para atrapar incautos en “negocios de no muy buena proveniencia” y poner al descubierto por otro lado a servidores públicos deshonestos. Todo ello complicado por la inescrupulosa acción que “sin querer queriendo” hace una inestable esposa.
Mientras, como telón de fondo tenemos la era del fin de Nixon, el despilfarro glamoroso de los 70’s y la fulgurante conjunción de traiciones, celos, ambición y atracciones que se dan con toda la intensidad.
Situada en la década de los setenta, con todo ese glam extraño, los personajes discurren enredados en su ambición y su constante necesidad de engañar y salirse con la suya, sin importar lo que tengan que hacer y sin medir los peligros que esto conlleva.
En una época en la que el mundo comenzaba con azoro a saber de los tremendos escándalos políticos de una manera “global”
Richie Di Maso (Cooper) un agente del FBI por circunstancias del destino se alía con Irving Rosenfeld (Bale) y Sydney Prosser (Irving) una pareja de estafadores y rápidamente comienzan a moverse en una telaraña que implica ambición y extrañas alianzas que se realizan en una desaforada necesidad de “denunciar la corrupción del sistema” hasta alcanzar a las “grandes ligas”. El juego es extraño pero apenas se estaba implementando no había wikileaks entonces…
De esta manera de un modo más “artesanal” había que servirse  de los talentos de negociador natural de Irving y la seducción de  "Lady Edith Greensly," (o sea Sydney con un fingido acento británico lo que le daba cierta “credibilidad de nobleza”.) El juego está dispuesto: Son embaucadores denunciando y estafando al mismo tiempo a los corruptos en un juego de cinismo y peligro.
New Jersey cae rendida ante sus innumerables trucos y mantienen su objetivo para llegar hasta el círculo de poder de un aspirante político: Carmine Polito (Renner) al que enredan en su ambivalente juego.
Pero en esa ecuación que podría haber sido algo así como “La tormenta perfecta de los estafadores” existe un factor que atentará contra ellos: la esposa extremadamente “red neck” de Rosenfeld: Rosalyn (Lawrence) una pretenciosa y corriente ama de casa que entre los celos y la ambición puede ser más destructiva que todos ellos juntos.
La atmósfera de la película es intoxicante,  mezclando todos y cada uno de los sabores fuertes de esa década, cuando aún el asombro publico era factible, cuando la decepción ante la realidad de la corrupción estaba recién desempacada en la moral Estadounidense y cuando al mismo tiempo la demandante sociedad se movía en búsqueda de nuevos patrones, aún no había explotado el VIH, se experimentaba con las drogas,  el sexo era un artículo al alcance de todos al ir dejando atrás la época hippie y la sociedad se adentraba sorprendida y jolgoriosa en lo que sería la disparatadamente exagerada y volátil década de los 80’s, la gente bailaba disco, usaba amplios escotes y los hombres comenzaban a sentirse metrosexuales, se hablaba de autoayuda y de modernizaciones tecnológicas puestas en la repisa de la cocina que hacían la comida con microondas.  El sueño americano ya había pasado de ser “rico” a ser “rico, famoso y grande” plus moderno…
Y en ese campo de batalla sobrevivía el más “preparado” para ajustarse a esos nuevos patrones.
Russell integra a estos personajes, los hace empaparse de todo esto y lo más importante es que su encantadora manera de enredar las cosas termina enredando al espectador.
Bale, quien se ha convertido en un verdadero transformista desde hace varios años, nos entrega una actuación excelente: gordo, calvo, cínico y tremendamente  hábil con las palabras. Irving es un personaje lleno de contrastes, plenamente impreso en ese contexto de intersección histórica entre lo que suponemos su pasado; que lo situaría como un hijo de la post guerra y esta nueva formación social que florecería con los yuppies ochenteros pocos años después. Tiene ese aire de hombre hecho por sí mismo y posee su pequeño negocio de cadena de tintorerías; algo que sonaría “normal”. Por todo esto, de alguna manera podemos comprender como es su situación familiar y su relación con Rosalyn, (sin que le haya torcido el cuello más de tres veces a su mujercita)  y al mismo tiempo su atracción por Sydney. Es un hombre con un pie en el mar y un pie en la playa.
Por su parte, Adams que ya nos ha sorprendido satisfactoriamente en sus recientes cintas, nos entrega una interpretación de este prototipo femenino setentero estilo “ready to wear” tan promovido por los medios de la época, las revistas femeninas y la liberación: no es un ama de casa, no es una simple amante, es una trabajadora, una igual. Puede enredar y estafar al mismo nivel y se va a valer de todo lo que su cabeza le diga para salirse con la suya.
Se inventa a si misma, se convence de ello, aunque el pasado salga a relucir cuando hay una rotura en esa construcción, entonces el pasado y los sentimientos se filtran como una humedad… pero de una manera práctica y esterilizada esa humedad puede ser eliminada de nuevo.
Cuando “los asuntos de negocios” de Irving y la falsa aristócrata inglesa se enredan con Richie, que los estaba investigando, una vez caídas las máscaras son reclutados en este ambivalente juego  moral para atrapar a peces más gordos trabajando ahora para sus antiguos perseguidores, el mismísimo FBI.
Cooper en su papel de Richie transita profundamente en el prototipo más clásico de lo que todos vimos  en las series policiacas de la década setentera, es un policía fashionista que no duda en hacerse permanente, mostrar el pelo en pecho o en dejarse arrastrar por la moda polyester y hasta bailar en una discoteca… mientras que maneja la estafa con una mano y la “dudosa moralidad” con la otra con un carisma cínico que embauca a todos.
Los diálogos y las situaciones son tratados con una filosa precisión llevando a cortes que nos muestran mucho más que la flamboyante actitud de los personajes, nos dan una vista a sus entrañas, a su compleja situación y a la inestabilidad en la que se desplazan; a sus desilusiones y a su ambición, a su frustración y también, de alguna manera, a su inocencia cuando se enfrentan a escenarios mucho más grandes que sus planes, donde como en un castillo de naipes, todo puede venirse abajo a la menor provocación o la mínima indiscreción.

Director: David O. Russell
Reparto: Christian Bale, Bradley Cooper, Amy Adams, Jeremy Renner, Jennifer Lawrence.
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género: Drama
Duración: 2 hr. 18 min.
Clasificación: Mayores de 15
Fecha de estreno en México: 17 de enero

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