Por Julia Elena Melche.
Luego de una excelente acogida en el Festival Internacional
de Cine de Berlín 2013 y ser la ganadora como Mejor Película Mexicana en los
festivales de cine de Morelia y Guadalajara, llega a las pantallas de la
Cineteca Nacional la cinta Workers,
primer largometraje de ficción del joven cineasta mexicano de origen
salvadoreño José Luis Valle, luego de su magnífico documental El
milagro del Papa (09), donde exploró las posibilidades de la fe en un
poblado de Zacatecas. En Workers,
el realizador narra dos historias en paralelo para ofrecer un retrato sutil,
pero profundamente irónico, de los universos de dos trabajadores en la ciudad
fronteriza de Tijuana.
Por una parte, Rafael, un hombre maduro nacido en El
Salvador, se prepara para su jubilación luego de 30 años de trabajar como
empleado de limpieza en una fábrica trasnacional de focos. Sin embargo, la
pensión le es negada porque no existe una constancia de la fecha de su ingreso
y por su condición de ser un migrante indocumentado. Por otra, Lidia (Susana
Salazar) lleva tres décadas trabajando como sirvienta para una acaudalada
anciana, postrada en una silla de ruedas. Cuando la patrona fallece, deja su cuantiosa
fortuna a su amada perra galgo llamada Princesa y hasta que esta muera, la herencia
pasará a sus empleados. La condición es que deberán cuidarla y atenderla y que
su muerte sea estrictamente por causas naturales.
Con bastante acierto y realismo, el director creó el
personaje de Rafael para reflejar los conflictos de un trabajador sin
documentos que vive una situación laboral de gran fragilidad e inseguridad ya
que puede ser expulsado del país en cualquier momento, inspirándose en un amigo
de sus padres, un salvadoreño inmigrante e ilegal que vive una situación frente
a una trasnacional que lo rebasa. Y lo hace con mano firme, a través del actor tijuanense
Jesús Padilla, quien sabe meterse en la piel de un tipo que parece estar de
paso en la ciudad y de no pertenecer a ninguna parte. De pocas palabras, solitario,
inexpresivo, obediente y perfeccionista en su trabajo, Rafael sigue limpiando con esmero los pasillos
de la fábrica mientras inicia una revancha silenciosa contra la empresa que le
negó su retiro.
En estas historias de rebeldías ante las voluntades e
injusticias de patrones intransigentes, la de Lidia es la más divertida, llegando
a niveles de comedia negra, cuando se resiste a los caprichos de su
desaparecida patrona y decide matar a la heredera de cuatro patas, aunque le
pese hacerlo porque durante años la ha atendido y le tiene cariño. En la
descripción de los apegos de la gente hacia sus mascotas es donde el realizador
deja caer el mayor peso del humor sarcástico, colocando la situación a niveles absurdos
y extravagantes. Como una verdadera Princesa, la adorada perrita come en finos
tazones una buena cantidad de carne de primera calidad que le prepara Lidia
diariamente. Tiene su propia recámara y una estatua en medio del elegante
jardín de la mansión. Es llevada a pasear con chofer en el Mercedes Benz de su
ama, evitando pasar por los barrios feos de la ciudad para que no se sienta mal,
hasta llegar a la playa para que vea el atardecer.
Con un ritmo adecuado; parsimonioso para observar las rutinas y el drama de
Rafael y algo más dinámico en la cotidianidad de Lidia y sus compañeros de
trabajo, la cinta transcurre con tomas fijas y muchos planos abiertos, mostrando
un excelente manejo del encuadre y de la estética; comienza y termina con el
sonido de las olas del mar y un muro de metal en la playa, encargado de dividir
la parte mexicana y la estadunidense, a manera de metáfora de los destinos
separados de Rafael y Lidia, quienes en el pasado fueron pareja.
Sin mensajes sociales ni lecciones morales, Workers se limita a observar las vivencias
difíciles de sus protagonistas. “Quise desdramatizar la historia y no
presentarla como una denuncia, sino llevarla al terreno del absurdo cotidiano
con un rayo de esperanza para reflejar la injusticia desde situaciones
disparatadas. El asunto de la comedia no lo busqué de una forma deliberada, más
bien los conflictos laborales que se presentan se vuelven hilarantes, casi de
broma”, comenta el talentoso y prometedor cineasta.
Una cinta excelente, con una historia bien armada y frescas
actuaciones que no deben perderse.
Dirección y guión: José Luis Valle.
Reparto: Jesús Padilla (Rafael), Susana Salazar (Lidia),
Bárbara Perrin Rivema (Elisa), Sergio Limon (Severino), Vera Talaia (patrona),
Adolfo Madera (Emilio) y Giancarlo Ruiz (gerente)
País: Alemania-México.
Año: 2013.
Género: Comedia dramática.
Duración: 120 minutos.
Workers se exhibe en la Cineteca
Nacional con el cortometraje mexicano del realizador Nicolás Rojas Sánchez, Música
para después de dormir. Con duración de 10 minutos, narra la historia de
Fidencio, un viejo violinista que emprende la búsqueda de los integrantes de su
antigua orquesta para poder recibir a su hijo, mostrándonos que cuando la vida
parece enmudecer, la música nos reencuentra.
PARA INFORMACIÓN DE HORARIOS Y SALAS, CONSULTAR: www.cinetecanacional.net
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