Por Julia Elena Melche.
Quentin Tarantino regresa a la pantalla grande con un
western en el que muestra su capacidad para seguir sorprendiendo, mediante sus acostumbradas
historias en torno al honor, la lealtad, la traición y la venganza. Si Bastardos
sin gloria fue una mezcla se spaghetti western y cine bélico sobre una
revancha enloquecida contra los nazis en
la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, y Django sin cadenas era un
ajuste de cuentas contra la esclavitud y
el racismo, justo antes de estallar la Guerra de Secesión y construido con
todas las convenciones y variantes del western, su nuevo trabajo se sitúa en
los años siguientes a esa guerra, en las invernales llanuras nevadas de Wyoming,
por donde aparece a toda velocidad una diligencia que transporta al
cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su prisionera Daisy Domergood
(Jennifer Jason Leigh), quienes se dirigen al pueblo de Red Rock, donde Ruth
entregará a la mujer a la justicia.
En Los 8 más odiados, están presentes sus
personajes punzantes, amorales y nihilistas, que se instalan en el estereotipo;
ya sean bandidos, sanguinarios, pistoleros, cazarrecompensas, verdugos y hasta
una sicópata malvada, quienes disparan diálogos y monólogos que rayan en la verborrea, a veces
irrelevante, otras pretenciosa, otras inteligente y profunda, para ir del gag a
lo incisivo y que en su conjunto bañan de comicidad al relato.
Si bien, en su inicio el filme remite a La diligencia, el clásico
de John Ford y en la mejor tradición de género, con los pasajeros en un carruaje
al que se van sumando el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un
ex-soldado negro de la Unión y ahora convertido
en un cazarrecompensas, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado del sur
que se hace llamar el nuevo Sheriff de Red Rock. Luego, la acción transcurrirá
en el espacio cerrado de una cabaña, a donde llegan los personajes para protegerse
de una tormenta que se aproxima, encontrándose con cuatro desconocidos; Bob
(Demian Bichir), un mexicano que se encarga del lugar, Oswaldo Mobray (Tim
Roth), un verdugo que viaja a Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen), y
el general confederado Sandy Smithers (Bruce Dern).
En Los 8 más odiados, se encuentran las constantes
fílmicas de Tarantino: la narración dividida en capítulos, convenientes
flashbacks, un humor desarmante, derramamientos de sangre y altas dosis de
violencia, dejando ver sus influencias cinematográficas y homenajes y
referencias a películas y directores favoritos, entre estas a Río Bravo de Howard Hawk,
a Carrie, el filme de horror de Brian De
Palma y una de sus doce cintas predilectas, pero principalmente al spaghetti
western El bueno, el malo y el feo y de Sergio Leone, caracterizado por
una estética sucia y a la vez que estilizada y por unos personajes carentes de
moral, rudos, duros y de personalidad turbia y engañosa, peculiaridades que son
evidentes en la cinta.
Como salidos de alguna novela de Agatha Christie, los
personajes no son lo que aparentan. Todos desconfían de todos y se mueven entre
sospechas, desconfianzas, aparentes lealtades y traiciones en un espacio
teatral donde la venganza se convierte en un espectáculo de locura sangrienta,
capturado por la diligente cámara del ganador del Óscar por JFK,
El aviador y La invención de Hugo Cabret , Robert
Richardson, y al ritmo de la banda sonora de Ennio Morricone (La
misión, Los intocables, Cinema Paradiso, Misión a Marte), quien desde El
bueno, el malo y el feo, no había musicalizado un western.
A la exaltación de la violencia extrema, se unen las
observaciones sexuales y políticas, los provocadores comentarios racistas y
sobre todo su sentido misógino. Daisy, de maldad silenciosa e interpretada por
una Jennifer Jason Leigh que va creciendo y se adueña de la pantalla, es blanco
de maltratos, golpes y humillaciones brutales, en un despliegue de sadismo masculino
del que parece disfrutar. Así, el odio hacia la mujer resulta tanto o más perturbador
que el discurso racista, ambos, alimentados por la xenofobia y los
prejuicios y discriminación de género,
no solo en la América profunda del siglo 19 del relato, sino en las sociedades modernas, más allá de las
fronteras.
Con casi tres horas de duración y nominada en la próxima entrega de los premios Óscar a
Mejor Banda Sonora Original, Mejor Fotografía, y a Mejor Actriz de Reparto (Jennifer Jason Leigh ) Los 8 más odiados, fluye
con buen ritmo y mantiene una tensión en
aumento, con personajes extravagantes, interpretados por un excelente reparto, como
los habituales de Tarantino, Samuel L. Jackson, Michael Madsen, James Parks y
Tim Roth.
Dirección y guión: Quentin Tarantino.
Reparto: Samuel L. Jackson ( el Mayor Marquis Warren, El
Cazarrecompensas), Kurt Russell (John Ruth, El Verdugo), Jennifer Jason Leigh (Daisy
Domergood, La Prisionera), Walton Goggins (Chris Mannix, El Sheriff), Demian Bichir (Bob,
El Mexicano), Tim Roth (Oswaldo Mobray), Michael Madsen (Joe Gage, El Vaquero)
y Bruce Dern (el general Sandy Smithers,
El Confederado).
País: Estados Unidos.
Año: 2015
Género: Western.
Duración: 167 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 5 de febrero de 2016.
LOS 8 MÁS ODIADOS (THE HATEFUL EIGHT) SE EXHIBE EN
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