sábado, 6 de febrero de 2016

LOS 8 MÁS ODIADOS (THE HATEFUL EIGHT): VENGANZAS QUE SE DISFRUTAN.

Por Julia Elena Melche.

Quentin Tarantino regresa a la pantalla grande con un western en el que muestra su capacidad para seguir sorprendiendo, mediante sus acostumbradas historias en torno al honor, la lealtad, la traición y la venganza. Si Bastardos sin gloria fue una mezcla se spaghetti western y cine bélico sobre una revancha  enloquecida contra los nazis en la Francia ocupada de la Segunda Guerra Mundial, y Django sin cadenas era un ajuste de cuentas  contra la esclavitud y el racismo, justo antes de estallar la Guerra de Secesión y construido con todas las convenciones y variantes del western, su nuevo trabajo se sitúa en los años siguientes a esa guerra, en las invernales llanuras nevadas de Wyoming, por donde aparece a toda velocidad una diligencia que transporta al cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su prisionera Daisy Domergood (Jennifer Jason Leigh), quienes se dirigen al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a la mujer a la justicia.

En Los 8 más odiados, están presentes sus personajes punzantes, amorales y nihilistas, que se instalan en el estereotipo; ya sean bandidos, sanguinarios, pistoleros, cazarrecompensas, verdugos y hasta una sicópata malvada, quienes disparan diálogos y monólogos  que rayan en la verborrea, a veces irrelevante, otras pretenciosa, otras inteligente y profunda, para ir del gag a lo incisivo y que en su conjunto bañan de comicidad al relato.

Si bien, en su inicio el filme remite a La diligencia, el clásico de John Ford y en la mejor tradición de género, con los pasajeros en un carruaje al que se van sumando el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un ex-soldado negro de la Unión  y ahora convertido en un cazarrecompensas, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado del sur que se hace llamar el nuevo Sheriff de Red Rock. Luego, la acción transcurrirá en el espacio cerrado de una cabaña, a donde llegan los personajes para protegerse de una tormenta que se aproxima, encontrándose con cuatro desconocidos; Bob (Demian Bichir), un mexicano que se encarga del lugar, Oswaldo Mobray (Tim Roth), un verdugo que viaja a Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen), y el general confederado Sandy Smithers (Bruce Dern).

En Los 8 más odiados, se encuentran las constantes fílmicas de Tarantino: la narración dividida en capítulos, convenientes flashbacks, un humor desarmante, derramamientos de sangre y altas dosis de violencia, dejando ver sus influencias cinematográficas y homenajes y referencias a películas y directores favoritos,  entre estas a Río Bravo de Howard Hawk, a  Carrie, el filme de horror de Brian De Palma y una de sus doce cintas predilectas, pero principalmente al spaghetti western El bueno, el malo y el feo y de Sergio Leone, caracterizado por una estética sucia y a la vez que estilizada y por unos personajes carentes de moral, rudos, duros y de personalidad turbia y engañosa, peculiaridades que son evidentes en la cinta.

Como salidos de alguna novela de Agatha Christie, los personajes no son lo que aparentan. Todos desconfían de todos y se mueven entre sospechas, desconfianzas, aparentes lealtades y traiciones en un espacio teatral donde la venganza se convierte en un espectáculo de locura sangrienta, capturado por la diligente cámara del ganador del Óscar por JFK, El aviador y La invención de Hugo Cabret , Robert Richardson, y al ritmo de la banda sonora de Ennio Morricone (La misión, Los intocables, Cinema Paradiso, Misión a Marte), quien desde El bueno, el malo y el feo, no había musicalizado un western.

A la exaltación de la violencia extrema, se unen las observaciones sexuales y políticas, los provocadores comentarios racistas y sobre todo su sentido misógino. Daisy, de maldad silenciosa e interpretada por una Jennifer Jason Leigh que va creciendo y se adueña de la pantalla, es blanco de maltratos, golpes y humillaciones brutales, en un despliegue de sadismo masculino del que parece disfrutar. Así, el odio hacia la mujer resulta tanto o más perturbador que el discurso racista,   ambos, alimentados por la xenofobia y los prejuicios y discriminación de género,  no solo en la América profunda del siglo 19 del relato, sino  en las sociedades modernas, más allá de las fronteras.

Con casi tres horas de duración y nominada  en la próxima entrega de los premios Óscar a Mejor Banda Sonora Original, Mejor Fotografía, y a Mejor Actriz de Reparto  (Jennifer Jason Leigh ) Los 8 más odiados, fluye con buen ritmo y mantiene  una tensión en aumento, con personajes extravagantes, interpretados por un excelente reparto, como los habituales de Tarantino, Samuel L. Jackson, Michael Madsen, James Parks y Tim Roth.

Dirección y guión: Quentin Tarantino.
Reparto: Samuel L. Jackson ( el Mayor Marquis Warren, El Cazarrecompensas), Kurt Russell  (John  Ruth, El Verdugo), Jennifer Jason Leigh (Daisy Domergood, La Prisionera), Walton Goggins  (Chris Mannix, El Sheriff), Demian Bichir (Bob, El Mexicano), Tim Roth (Oswaldo Mobray), Michael Madsen (Joe Gage, El Vaquero) y Bruce Dern  (el general Sandy Smithers, El Confederado).
País: Estados Unidos.
Año: 2015
Género: Western.
Duración: 167 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 5 de febrero de 2016.

LOS 8 MÁS ODIADOS (THE HATEFUL EIGHT) SE EXHIBE EN CINÉPOLIS.

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