Renee
Zellweger regresa después de unos años y unos kilos abajo, a ser Bridget.
Evidentemente
el tiempo ha pasado y Bridget ha evolucionado, eso está bien. Ahora la vida la
alcanza con una tarea, la de la maternidad. Bridget cuya madre vive pidiéndole
que “saque a su útero del paro” enfrenta algunos cambios radicales en su vida,
una desaparición y posible muerte y la bonita noticia que debido a “esas
circunstancias de la vida en las que la hormona gana” no está muy segura de
quién es el padre de su hijo: Si Mr. Darcy (Firth) o un siempre dispuesto al
relevo nuevo galán, Jack, interpretado por Dempsey
El
retomar una saga que ha tomado tanto tiempo en desarrollarse como esta sin duda
implica toda una serie de riesgos y la película los corre y no en todos los
renglones sale invicta.
Desde que la primera parte del “Diario de Bridget Jones” salió a la pantalla en 2001, como dice el slogan de una marca de cigarros: “ha recorrido un largo camino” y es interesante repensar como las mujeres han transitado ese camino desde los finales de los 90’s (1996) en los que la novela original se escribió.
Ahora
que celebra su 20 aniversario y que tenemos tres cintas de la saga y hasta un
musical, la irrupción de este tema de la maternidad en la vida profesional de
una heroína que comenzó siendo independiente: soltera, profesionista, fumaba,
tomaba y era voluptuosa en medio de un mundo de anoréxicas y no le importaba,
termina siendo conducida al carril de maternidad/matrimonio/delgadez y todos
los etcéteras que eso traiga en el futuro. Un giro que ni la misma Bridget
imaginó en los 90’s…
La
película lucha como puede contra el pasado para ajustarse a un presente y los
esfuerzos no terminan por sonar sinceros. Los chistes sobre la torpeza de
Bridget que a sus veinte resultaban simpáticos, se antojan muy extraños para
una mujer hecha y derecha en sus cuarentas.
Bridget
evidentemente evolucionó profesionalmente y eso hubiera conllevado una cierta
“asertividad” que a duras penas compagina con las situaciones en las que se ve
inmersa y su desenlace viene a poner una piedra más en el muro de “mientras más
parece que cambian las cosas, más permanecen siendo en el fondo, las mismas”
La
novela, generada por una columna
periodística de los 90’s, enarbolaba a una heroína soltera, profesionista, que
buscaba el amor pero que más que “adaptarse al amor” adaptaba al amor a su
vida, era básicamente libre y desprejuiciada, es más, se daba las libertades
para tener dos hombres tras ella.
Era una
forma muy gráfica de mostrar cómo funcionaba el asunto de las citas románticas
y el amor /sexo noventero, en una cosmopolita Londres. Ese tema específico visto por el ojo femenino
y hecho para él fue un éxito, y para ello también tenemos el ejemplo de “Sex
and the City” del otro lado del océano. Heroínas citadinas, contemporáneas y
sexualmente activas, con vidas multitask y “sin ataduras”.
Bridget
era un “alter ego” mundano y ese trazo, esa figura llenó los espacios afectivos
de muchas mujeres que se identificaron con ella, era “la chica de al lado”, era
ellas mismas siendo gente de todos los días, con sus triunfos y sus fracasos y
rebanada de pastel para llevar.
Al
estrenarse la segunda película en 2004, las cosas se dibujaron de una manera
diferente; podríamos decir que Bridget había comenzado una evolución y aún
estaba en proceso de “búsqueda” y mal que bien, los fans la recibieron con
mayor o menor cariño.
Pero,
el tiempo pasó y he aquí que Bridget llegó al cuarto piso… sola de nuevo, con
pastel cumpleañero en mano y escuchando de fondo “All by Myself”… pero vamos, es una experta productora
televisiva y súbitamente da el giro para botar “All by myself” y poner “Jump
Around”. La mujer declara que se acabó la era de la depresión y ahora es tiempo
de moverse adelante, o al menos eso esperábamos.
Contrapuntear
a la nueva Bridget con sus amistades del pasado, que han ido cayendo en el lado
“supuestamente aborrecido pero esperado” de la vida (matrimonio e hijos) la
coloca en el nuevo escenario de los “chavo-rucos” y la codea con compañeros,
nuevos amigos “menores” y con preceptos acerca de las relaciones mucho más
“amplios” que los que ella misma (que no era una santa precisamente) manejaba.
Por
ello, cuando en una “escapada festivalera” realizada por consejos de su amiga
Miranda (Solemani) quien es “más joven”, Bridget conoce a Jack (quien tampoco
es un jovencito y cuya presencia en ese sitio, siendo un multimillonario dueño
de un sitio de citas en línea es un misterio sin resolver), los coloca a ambos
como peces fuera del agua que inevitablemente van a acabar teniendo sexo.
La
cuestión hubiera terminado ahí, como “#unanochedecopasunanocheloca” en la que
acaban muchas parejas, pero dado que la película se llama “El bebé de Bridget
Jones” es más que evidente que va a
haber consecuencias.
Obvio
la presencia de Mr. Darcy rondando no
hace más que suponer que Bridget terminará también en la cama con él “por los
viejos tiempos”. No hay sorpresa alguna. Lo que sigue es una ruta preconocida
por todos los espectadores, el proceso del embarazo, las disputas entre los
tres, el largo proceso de parto… aunque
de antemano sabemos que si va a haber final feliz, debe ser solamente
uno y las predicciones son evidentes.
Si bien
es cierto que los gags pueden
resultar graciosos para cierto público, en general nunca acaban de cuajar con
esta “nueva” Bridget y la cuestión es que no se reflejan en la “vieja Bridget”
porque Renee ha cambiado lo suficiente como para no ser la misma de hace veinte
años y por si quedara alguna duda, la propia cinta hace un “collage” con varios
momentos de las dos películas pasadas… era absolutamente necesario?...
Lo que
es un hecho es la certeza de que esta inesperada situación no solo sorprende a Bridget;
sino que termina por ser un parto difícil de un bebé, que por principio de
cuentas no estaba “planeado”.
Reparto: Renee Zellweger, Colin Firth, Patrick
Dempsey, Jim Broadbent, Gemma Jones, Emma Thompson
País:
Estados Unidos
Año:
2016
Género:
Comedia romántica
Duración:
122 min
Clasificación:
Mayores de 15 desnudos, referencias sexuales y lenguaje obsceno
Fecha
de estreno en México: 16 de Septiembre
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