LOS SIETE MAGNÍFICOS (THE MAGNIFICENT SEVEN)

Por: Fabián Quezada León

Una banda de pistoleros reunida por diferentes motivos (unos por pago y otros solo por diversión)  capitaneada por Sam Chisolm (Washington) a petición de Emma (Bennett) una mujer a la que el villano recientemente ha dejado viuda, defienden un poblado de las garras de Bartholomew Bogue (Sarsgaard) un perverso explotador que los tiene aterrorizados con sus guaruras/asesinos armados mientras los explota al máximo sacando provecho de su mina.
 

Si de algo no se puede culpar a este remake de Fuqua es de su “falta de representación de las minorías étnicas” pues en el cast principal existen desde un afroamericano, mexicano, nativo americano, asiático y blancos de diversas proveniencias.

La trama principal sigue la misma línea, una banda de siete hombres “mercenarios” peleando contra la influencia malévola de un villano in extremis.

 

Claro que las adecuaciones desde “Los Siete Samuráis” (1954) se adaptan a diversos contextos, el que ahora marca la diferencia aparte de la multi culturalidad de los roles principales,  es que el villano ya no es un despiadado mexicano, como en la versión de “Los Siete Magníficos” de los 60’s; sino un ambicioso, desquiciado y acartonado explotador, fiel seguidor de la ética capitalista.

El trabajo de Fuqua usa una narrativa visual y literaria que puede aplicarse de alguna forma como un homenaje al género del western: llena de primeros planos de personajes  iluminados tipo Hollywood de los 50’s y grandes paisajes… que también, (por qué no?), parecen estampas publicitarias de cigarros de cowboys acompañados con el score musical de James Horner y que fuera completado por Simon Franglen remitiéndose a una clara inspiración de memorabilia.  Estéticamente funciona;  pero el caso es que aunque se “vea bonito”, hoy por hoy debido a la dinámica de la narrativa de la imagen a que se nos ha acostumbrado,  pueden parecer lentos.

Para los amantes del género del western, la historia es muy conocida y este nuevo acercamiento no presenta, a nivel de trama, o a nivel técnico nada innovador.

 

Aunque puede tomarse meramente como un remake que habla de ese indómito “pasado cercano” del oeste americano, con una historia de múltiples balazos que reúne “by the book” los elementos clásicos: Pueblo perdido de la mano de Dios, caza recompensas, damisela en aparente peligro, pero que en realidad es “una chica ruda”, una banda de “desarraigados” que pasarán por el pueblo, harán su misión y se reincorporarán al desierto ignoto.

El grupo de “forasteros” tienen ligeros roces entre ellos, pero se solidarizan, con el grupo y con las víctimas, existe un peligro latente sobre el poblado/caravana/fuerte, contamos con el sheriff corrupto,  y desde luego el bar, donde seguramente habrá una pelea. Etc, etc.

Pero sin embargo,  de alguna forma aún con todo esto, no logra explotar la esencia de los personajes; sobre todo es claro en la figura monocorde del antagónico, jamás alcanza a verse una justificación (sobre todo después de la primera escena dramática) para sus actos, ni la razón de su maldad. Ese detalle da como resultado un villano frágilmente construido, que suena falso y sin villano, no hay héroe.

En la versión de 1960 tenemos un reparto memorable: Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn y Robert Vaughn… que se transformaron en leyendas del género mundialmente.

Acá tenemos a: Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke y Vincent D’Onofrio. Es evidente que el western no es más un interés en las agendas de los estudios y que ninguno de ellos se consolidará como “vaquero”, son actores con buena taquilla, buenas trayectorias; pero no son iconos del western.

No queda muy al descubierto por qué Fuqua y sus guionistas Nic Pizzolatto y  Richard Wenk, decidieron adaptar la obra usando tal variedad de elementos étnicos, ni ese tono de comedia que escapa en varias ocasiones. En ese punto, más que acercarse históricamente a las raíces del western (wasp contra el resto del mundo) tropicaliza una mezcla demasiado contemporánea como para insertarla en el contexto del género tradicional.

Vamos a ver, por orden de “ensamblaje” nos encontramos con Sam Chisolm (Washington) un ex esclavo, ahora trabajando como una especie de caza recompensas y policía; Josh Faraday (Pratt), un simpático jugador de cartas y “estafador” que ha engañado con su habilidad manual a más de uno; Goodnight Robicheaux (Hawke), un ex combatiente, francotirador del ejército sureño y su fiel asistente: Billy Rocks (Lee) un asiático con técnicas de combate oriental y una afición por las armas blancas, Jack Horne (D'Onofrio), un montañés semi predicador del tamaño de un oso; Vásquez (Garcia-Rulfo), un delincuente fugitivo mexicano y un indígena americano: Red Harvest (Sensmeier) que viene con estuche de maquillaje étnico incluido.

Ante tal grupo lo menos que se espera es que los personajes se presenten y se hagan “apreciar”, que se expongan sus múltiples orígenes y “habilidades”  que tomen consistencia y se construyan… pero eso no llega a suceder, como si no se tuviera el tiempo suficiente entre las muchas oportunidades en las que se explota la violencia en el transcurso de la cinta, hasta que llegamos al esperado “enfrentamiento final” en el que, en medio de una carnicería, los siete revólveres más certeros del oeste y territorios circunvecinos, se  enfrentan casi solos con un batallón de matones a sueldo a los que no les falta, desde luego, una ametralladora.

Al final, después de las imaginables/esperadas “bajas” y la restitución de “la ley y el orden” (también by the book) tenemos un discurso de salida evocador en la voz de Emma y la puntilla: La música original del film de 1960, que aunque no se quiera jala a las inevitables comparaciones. 

Director: Antoine Fuqua
Reparto: Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Vincent D'Onofrio, Byung-hun Lee, Manuel Garcia Rulfo, Martin Sensmeier, Haley Bennett, Peter Sarsgaard, Luke Grimes, Matt Bomer
País: Estados Unidos
Año: 2016
Género: Western
Duración: 132 minutos
Clasificación: Mayores de 15
Fecha de estreno en México: 23 de Septiembre