sábado, 4 de mayo de 2013

COSMOPOLIS (COSMOPOLIS)



Por Fabián Quezada León

Es un día común en una New York que se agita convulsa palpitando en medio de la super tecnología, la economía y desde luego el nihilismo que adereza todo esto como una omnipresente música de acompañamiento en el desarrollo de toda gran metrópoli.  Para Eric Packer, (Pattinson) un heredero multimillonario que a sus 28 años ya ha sido prácticamente engullido por el sistema, hay una tarea a realizar … irse a cortar el cabello al otro lado de la ciudad a bordo de su lujosa limo, no obstante las advertencias de su guardia de seguridad. 
A lo largo de las horas y del tráfico, de las personas que confluyen en su camino, Eric enfrentará mucho más que haber sido poco previsor con sus inversiones contra el yuan y tratará de desentrañar que rayos hace él en este mundo.

Oh no, esta no es “otra película” para las fans de Pattinson. Cosmopolis se mueve lenta y complicada como el tráfico que se genera con la vista del presidente, los caminos desaparecerán  y todo será desviaciones y encuentros  fortuitos. Quizá sin sentido, quizá dislocados, quizá intrascendentes, o no.
Cronenberg nos aplica una nueva dosis de autos y las sin fin de ramificaciones de lo que puede suceder dentro y fuera de ellos, en esta relación del hombre y sus máquinas, que representan al mismo tiempo una relación de amor odio y en este caso son el mejor ejemplo de lo que la sociedad es, ante el despliegue de poder otorgado por una limo. 
Una limo que a la vez  se concibe como una especie de “nave nodriza” un capullo, cuyo habitante navega en medio del desastre hacia su propia auto destrucción.
Eric va transitando en medio de la jungla y el mundo transcurre a su alrededor de una manera caótica, pero él está inmerso en su propio mundo, en mundo donde todos los caprichos son colmados, sin importar el monto ni su naturaleza,  sexo, poder, asesinato, miseria todo. 
Mientras en pantallitas se deslizan los mercados y se pierden cientos de millones con cada latido.
Sin embargo para Eric, más allá de poderse sentir vivo al tocar estos caprichos, o siquiera gozarlos o sufrirlos,  hay demasiadas angustias y banalidades que no lo dejan, ni por asomo, en paz Su mera existencia parece circular solo en torno de todo lo que sea fugaz y técnicamente blindado.
Y así en larguísimas reflexiones  Eric y sus interlocutores elaboran sofisticadas conversaciones sobre la economía, la tecnología, y el diario vivir en un mundo cien por cien artificial; donde nada, absolutamente nada, vale la pena.
Eric solo hace altos para saciar sus apetitos; desde múltiples comidas, o sexo,  hasta un desaforado ataque de buscar a alguien que lo ha amenazado.
De esta manera, y en medio de esa jungla alborotada  e inconforme,  Eric se topa con su corredora de arte, con su médico,  con su esposa, con su asesora financiera y con su consejera espiritual, con su encargado de seguridad, con su chofer… con el mismo peluquero que cortaba el cabello a su padre y hasta con un ex trabajador que tiene una tarea pendiente con Eric.

Todo esto en medio de una locura que sucede afuera, y mientras la limo es victimizada y el mundo se colapsa, entre una visita presidencial y el entierro de un cantante, Eric continua incólume y sin saber dónde acabará, (en muchos sentidos)  desenrollando su complicado discurso en el que de repente ya nos enredó aún con toda nuestra resistencia. (¿e incomprensión?)

Si definitivamente lo tuyo no es la economía, ni te identificas con la pasión que siente alguien por analizar el nihilismo, la bolsa de valores y las formas predominantes de hegemonía, no vas a desear nada más que  Eric llegue a la peluquería  y con suerte regrese rápidamente a su casa.

La película es temáticamente densa, los discursos  y disertaciones, redundantes, complicados  y poco alentadores, las actuaciones no requieren demasiado porque los personajes entran y salen de la misma manera en que Eric les da un “aventón” sin que lleguen realmente a cavar dentro del ánimo del público.
Después de este viaje en medio del desastre del tráfico y de la vida del protagónico, lo único que queda claro es que no importan los millones que se tengan, cuando la existencia propia es tan desastrosa, lo mismo da perderlo todo en las finanzas o en la vida, puesto que todo carece de valor real. Tal vez solo nos quede clara una cosa es difícil tener algo cuando se ha perdido por principio la propia existencia.  
 
Director: David Cronenberg
Reparto: Robert Pattinson, Juliette Binoche, Samantha Morton, Sarah Gadon, Mathieu Amalric.
País: Canada | Francia | Portugal | Italia
Año: 2012
Género: Drama
Duración: 1 hr. 48 min.
Clasificación: Mayores de 18.Lenguaje y situaciones adultas, Breves desnudos, Escenas sexuales
Fecha de estreno en México: 3 de Mayo

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