Después
de que el tema del crudo realismo social en Inglaterra se esmerara en mostrar la
cara más lejana de Kensington, y que alcanzara su exponente más claro con Ken
Loach en el cine, varios directores siguieron su marca, entre ellos están
nombres como Arnold, Asante, Gharavi Crusading y ahora Barnard nos lleva
directo y sin escalas a este sensible punto que expone de manera dolorosa el
desamparo en el que existen miles de personas en una de las capitales mas
cosmopolitas del planeta. Como si no hubiera pasado el tiempo y en una
dimensión paralela estas clases sociales marginadas y marginales se hubieran
multiplicado llevando sus penosas condiciones de vida al extremo.
Para
ello Barnard se vale de una referencia decimonónica: Nada más y nada menos que
el Gigante Egoísta de Wilde
Arbor
(Chapman) y Swifty (Thomas) son dos adolescentes de Bradford. Magníficamente
retratados por sus jóvenes actores. Ambos representan los extremos de un mismo
continuo salpicado por la pobreza, el desamparo, el hambre y la corrupción que
son solamente incrementadas por la violencia en que el medio ambiente se desarrolla.
Arbor
es un buscapleitos con demasiadas ambiciones e innumerables requerimientos; hijo
de una madre sola, con un hermano mayor con problemas de adicción y con él
mismo sufriendo de TOC.
Swifty
es un buen tipo, demasiado pobre, miembro de una familia muy numerosa y
demasiado tranquilo como para defenderse de los múltiples actos de bullying, de
los cuales Arbor lo rescata. Hasta que esto causa que Arbor sea expulsado definitivamente
de la escuela y Swifty sea cesado un tiempo.
Esta
situación solamente exacerba las ansias de Arbor por hacerse de dinero fácil y
propicia su entrada en el oscuro mundo del tráfico de basura metálica. Arbor está convencido que eso lo hará ganar
suficiente dinero. Lo que no prevé es hasta dónde lo va a llevar su ambición.
Es
evidente que hacer la adaptación de un cuento decimonónico con una visión muy romántica de la vida a la realidad
actual carente de todo en la que se desarrolla la historia, supone la aplicación de
una estructura de figuras literarias que ayudarán a hacer las similitudes
reales o sugeridas, para entregar una obra devastadora en la que los
cuestionamientos están a la orden del día.
Barnard
lleva el mítico jardín a convertirse en un sucio y corrupto basurero de metal y
a estos niños que vagan de la violencia a la inocencia, en las únicas víctimas de
una sociedad opresiva y podrida. Viven violentamente, ambiciosamente y
reaccionan agresivos ante el golpe cotidiano de la realidad: al mismo tiempo odian
y quieren amar.Pero ade ambas cosas son excluidos.
Y
ante una perspectiva de vida tan asfixiante, los escapes son necesarios y casi
perdonados; la droga o las carreras clandestinas de caballos de tiro, donde una
multitud enfebrecida persigue a los carruajes gritando y delirando a bordo de camionetas, azuzando a los
corceles como una jauría humana.
Tratando
de establecer puentes con la historia original, aunque lejanas en tiempo y forma,
las raíces se entrelazan bajo la superficie. El egoísmo de una sociedad
conformada por gigantes en el sentido de que son superiores en poder físico o
económico, donde las reglas se imponen y es evidente que los chicos solamente
son arrastrados con ellas en un tormento que los va destrozando, llenándolos de
heridas, de sufrimiento y de incomprensión; cercándoles cada vez más ya no
digamos un futuro lejano, si no "el momento que siga" a base de negarles la
mínima opción.
Tras el
éxito de su documental The Arbor (2010), Clio Barnard vuelve a la pantalla
grande con su primer largometraje de ficción, El gigante egoísta (2013), filme merecedor del premio Label Europa Cinemas en el Festival de
Cine de Cannes 2013
El gigante egoísta fue una de las
películas finalistas seleccionadas por el parlamento europeo para los Premios
LUX 2013, lo que le hizo acreedora a un financiamiento para subtitular la cinta
a las 23 lenguas oficiales de la comunidad europea y su adaptación para
invidentes y el doblaje especial para personas sordas.
LA DIRECTORA
Santa Bárbara, Estados Unidos, 1965
Aunque
nació en Estados Unidos, ha vivido prácticamente toda su vida en el Reino Unido.
Su trabajo como artista la ha llevado a exponer en importantes galerías de todo
el mundo como el Museo Nacional Británico de Arte Moderno (Tate Britain) y el
Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). The
Arbor, su opera prima, sobre la
vida de la dramaturga británica Andrea Dunbar, fue reconocida en un gran número
de festivales internacionales, entre ellos el Festival de Londres y el Festival
Punto de Vista de Navarra, España. El
gigante egoísta es su primer largometraje de ficción.
Filmografía
2002 Random
Acts of Intimacy (cortomatraje para la
televisión)
2003 Flood
(cortometraje)
2010 The
Arbor (documental)
2013 El gigante egoísta
Reparto: Conner Chapman (Arbor), Shaun Thomas
(Swifty), Ralph Ineson (Johnny Jones), Sean Gilder (Kitten), Ian Burfield (Mick
Brazil).
País:
Reino Unido
Año:
2013
Género:
Drama
Duración:
91 min.
Clasificación:
Mayores de 15, Violencia.
Fecha
de estreno en México: 56 Muestra Internacional de Cine
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