Por Julia Elena Melche.
Luego de tres años de haber solicitado su divorcio, Viviane
Amsalem comparece ante el Tribunal Rabínico para conseguir lo que ella
considera un derecho, que sin embargo, solo le es otorgado al varón. Las
estrictas leyes religiosas de Israel establecen que únicamente el esposo puede
conceder el divorcio y Elisha Amsalem se niega, argumentado que no hay razones
válidas, pues no ha sido infiel ni ha ejercido violencia física hacia Viviane.
Casada desde hace veinte años, pero separada del marido
desde hace algún tiempo, Viviane desea terminar oficialmente con un matrimonio
en el que no es feliz y solo anhela tener en sus manos el guett, documento que
certifica la disolución legal del vínculo y que la pareja es libre para volver
a casarse de acuerdo a la ley judía, y que da el nombre al título original del
filme, una profunda observación crítica a la anquilosada sociedad patriarcal
israelí de nuestros días, bajo la influencia de la intolerancia religiosa, no
obstante su gran población laica y sectores religiosos modernos y moderados.
Los encargados de este vigoroso drama femenino, son los
hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz, quienes anteriormente filmaron juntos dos
cintas sobre el dominio masculino y la emancipación de la mujer en Israel, y que
con su reciente entrega cierran una suerte de trilogía en la que Ronit ha
llevado el papel protagónico, junto con el actor francés de origen armenio
Simon Abkarian, como el esposo.
Recordada en la película israelí La visita de la banda (2007),
Ronit Elkabetz, consigue un destacado trabajo como cineasta y actriz. De manera
acertada, elige como escenario el estrecho y cerrado espacio de un frío juzgado,
por el que desfilan familiares, amigos y vecinos, los testigos que defienden o
condenan a Viviane ante los tres rabinos, quienes animan a la mujer a regresar
al hogar conyugal y se muestran tolerantes con el marido. En este marco
austero, casi teatral, se respira una atmósfera asfixiante, donde los silencios,
gestos y miradas son tan importantes como las palabras.
Acompañada por su abogado Carmel (Menashe Noy) y vestida de
manera discreta, casi siempre de negro, la mujer resiste en una silenciosa
angustia ante la calma gélida del cónyuge. Pero su lucha será larga y dura. Elisha
sigue negándose en cada audiencia. Su tozudez e intransigencia prolongará el
proceso por años, apoyado por preceptos religiosos que ponen a prueba la
paciencia de Viviane.
No obstante su postura de denuncia, la cinta se aleja de maniqueísmos
al presentar un marido como producto de una sociedad patriarcal, machista y
misógina. Elisha defiende las leyes con las que creció y lo formaron. Si bien,
es el villano arrogante que se siente seguro porque sabe que tiene la última
palabra, nunca un monstruo, sino un hombre que se siente humillado por un
posible divorcio y busca persuadir a la mujer para que vuelva a casa, aunque no
tenga ni voz ni voto, sino porque es su deber.
La estructura narrativa del relato es uno de sus puntos
destacados. Mediante austeras tomas fijas y el uso expresivo del campo-contracampo
en primeros planos, los realizadores capturan el sentir de los protagonistas;
la pasividad de Elisha, las miradas de desprecio y de rabia contenida de la
mujer al marido, la defensa acalorada de Carmel, la severidad de los jueces.
Los encuadres en subjetivo, a manera de punto de vista de un
personaje, permiten al espectador involucrarse con más fuerza en el conflicto y
momentos de enorme tensión dramática se registran en el desesperado abrupto de
coraje e impotencia de Viviane frente al tribunal que ha aniquilado su
fortaleza física y emocional. Mención especial merece el manejo del tiempo con hábiles
elipsis hasta llegar al final de una lucha sofocante, en la que el control masculino impone una libertad a medias.
Una de las cintas imprescindibles de la Muestra.
Dirección y Guión: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz.
Reparto: Ronit Elkabetz (Viviane Amsalem), Simon Abkarian
(Elisha Amsalem), Sasson Gabai (Shimon Amsalem), Menashe Noy (Carmel
Ben-Tovim), Rami Danon (rabino Danino), Roberto Pollack (rabino Abrahan) y Eli
Gornstein (rabino Salomón).
País: Israel-Alemania-Francia.
Año: 2014.
Género: Drama.
Duración: 115 minutos.
LOS DIRECTORES.
Ronit Elkabetz nació en Beerseba, Israel en 1964 en el seno
de una familia de origen marroqui. Se inició en la farándula como modelo y
debutó como actriz en 1990 en Hameyu'ad (T.I. The Intended),
coproducción entre Israel y Francia, países donde ha desarrollado su exitosa
carrera. En 1995 escribió su primer guión, Tzaleket (T.I. Scar), ganadora de
cuatro premios de la Academia de Cine Israelí. En el 2004 escribió y debutó
como directora con Ve'Lakhta Lehe Isha (T.I. To Take a Wife), parcialmente
autobiográfica y codirigida con su hermano Shlomi. Con su segunda cinta como
realizadora, Shiva (T.I. 7 Days), obtuvo el premio Wolgin a mejor película
en el festival de Jerusalén, y en mayo del 2010 recibió el premio Cultura
Francesa en el Festival de Cannes, galardón otorgado a los realizadores de
marcado compromiso social en su obra. El juicio de Viviane Amsalem es su tercera cinta en codirección con su hermano, y
con ésta culmina una trilogía dedicada a mostrar la situación en desventaja de
la mujer en el contexto social y religioso del Israel actual.
Shlomi Elkabetz nació en Beerseba, Israel. Debutó como
realizador al lado de su hermana Ronit con Ve'Lakhta Lehe Isha, opera prima
ganadora del Premio de la Audiencia en la Semana de la Crítica del festival de
Venecia en 2004. Codirigen Shiva en el 2008, y en el 2011
Shlomi dirige su primera película en solitario, Edut (T.I. Testimony),
estrenada en el festival de Venecia. El juicio de Viviane Amsalem fue estrenada
en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes 2014 y exhibida en
más de una veintena de festivales internacionales.
EL
JUICIO DE VIVIANE AMSALEM (GETT) SE
EXHIBE EN EL MARCO DE LA 58 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DEL LUNES 6 AL SÁBADO
11 DE ABRIL DE 2015 EN CINETECA NACIONAL Y DEL LUNES 13 AL VIERNES 17 DE ABRIL
EN CINÉPOLIS.
PARA MAYOR INFORMACIÓN
www.cinepolis.com.mx
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