Ambrose Eubanks (Glover) es un hombre mayor, que ha sido granjero
pero que por causas que desconocemos, pero entre las que podría estar su
afición por el alcohol, está arruinado. Su única pertenencia es un cerdo
llamado Howard. Ambrose toma una resolución y con Howard en la parte trasera de
su camioneta (un medio de transporte más que inadecuado para un cerdo) decide
tomar camino rumbo a México.
Evidentemente en medio de toda esta odisea vamos a chocar con el pasado de Ambrose que llega encarnado en su única hija: Eunice (Rudolph) quien renuentemente y por un mero accidente, va a verse arrastrada por este extraño viaje a través de Jalisco para ir juntando los pedazos de una relación paterno filial que ha sido punto menos que difícil en extremo… desde siempre.
Evidentemente en medio de toda esta odisea vamos a chocar con el pasado de Ambrose que llega encarnado en su única hija: Eunice (Rudolph) quien renuentemente y por un mero accidente, va a verse arrastrada por este extraño viaje a través de Jalisco para ir juntando los pedazos de una relación paterno filial que ha sido punto menos que difícil en extremo… desde siempre.
Diego Luna dirige y co-escribe con Augusto Mendoza, este que es su
segundo largometraje en inglés y lo presenta dentro del marco de Sundance.
Consciente de que el tema paterno filial puede devenir en un
melodrama fácil, Luna nos lleva por esta road movie con una enorme sobriedad,
lo cual se agradece.
El tema de las relaciones familiares es algo que ha rondado en sus
trabajos y que aquí encuentra una nueva exposición. Ambrose se yergue como ese
padre ausente y que por iniciativa propia ha tomado su camino en solitario a
larga distancia, Ambrose ha girado en su propio mundo, ha fabricado su propio
destino, ha llegado al fondo cometiendo sus propios errores y destruyendo
muchas cosas en el camino.
Sin embargo, Ambrose tiene un destello de redención con su última
carta, Howard su cerdo, a quién ha mantenido mucho más cercano que a su propia
hija, y que es el último en la línea de grandes campeones desarrollados
orgullosamente por el propio Ambrose y un granjero mexicano, con Howard,
Ambrose cree que puede enmendar algunos de los estragos del camino.
Por ello se embarca en un último, definitivo e inconsciente viaje,
con la indefensión que da la ignorancia y la lejana esperanza de, por una vez
en la vida, hacer las cosas debidamente. Claro que eso es sólo un pálido
propósito que tendrá un resultado colateral no planeado. El futuro sin embargo
no es ni más, ni menos brillante, el futuro será tal cual deba ser y hay un
dejo de inocencia perversa pero sin culpa en ello.
El hilo conductor de la historia es por un lado la certeza de
Ambrose de su condición, indudablemente está metido en un pozo y sus opciones
se agotan rápidamente y por el otro, el cómo a veces tratando de llegar a un
punto se llega a otro, pero la certeza de la película está en que no se
autocompadece, de manera tal que puede decirse a ciencia cierta que la historia
no desemboca en donde los finales felices (o no tan felices) van, aunque algunos, (incluidos los personajes) no
estén muy de acuerdo. Es el término de circunstancia de vida que les tocó, como
muchas veces sucede en la realidad y no es forzosamente catalogable como bueno o malo, es el que tocaba.
La relación entre Ambrose y Eunice dista mucho de ser perfecta, de
hecho en promedio se podría catalogar de “no funcional” y es que ambos han
construido sus vidas aparte y hay pocos intersticios en los que pueden aún
aferrarse, pero para ello deben dejar de lado sus férreas visiones del mundo y
del otro (justificadas o no) el reto que tienen encima del camino es dar ese
paso.
Las resonancias de este tema dejan de lado las fronteras
nacionales y se extienden a ser un problema humano; el escenario puede ser el
mismo dado en Texas, Sudamérica, Europa o Asia. El problema humano es el
importante, padres e hijos separados por barreras que han formado el
resentimiento, la incomunicación, la violencia, o simplemente el tiempo y si
bien es innegable su presencia, lo cuestionable es su fuerza.
Evidentemente Ambrose no es ni fácil, ni asertivo y tiene mucho de
egoísmo dentro como para no facilitar las cosas si su hija quiere acercarse a
él. Eunice tampoco está libre de culpa y la abrumadora sospecha de que su padre
se preocupa más por su cerdo que por ella no deja de ser una densa capa que le
apachurra el alma y que debe quitarse de encima cuando se percata de lo que le
está sucediendo al anciano.
Glover ha más que demostrado que es un actor de amplio rango,
desde su aparición en “El Color Púrpura” y aquí se entrega a Ambrose para
hacerlo tremendamente cercano; al grado que irrita su necedad como a veces nos
irrita la de los adultos mayores que tenemos en casa, en esa lucha que se
repite en muchísimas familias por “quién es el padre ahora?” cuando los padres
pasan a ser “hijos” de unos hijos muchísimo menos pacientes que lo que ellos
fueron como padres.
Ambrose lucha todo el tiempo por no necesitar de los cuidados de
nadie, aunque claramente ya ni él mismo sabe si es por necedad, por llevar la
contraria, por costumbre o por verdadera fuerza interna.
Rudolph, a quién primordialmente conocemos por su lado cómico, da
a Eunice esa dicotomía cuidada, sobria, una hija que se reprime hasta el
extremo, entre el miedo/ el amor y el resentimiento, que trata afanosamente de
crear un lazo, pero que tampoco está acostumbrada a tenerlo. Es una mujer
profundamente sola, abrigada por sospechas y palabras que no se dijeron a
tiempo y que al recuperarlas ya no suenan como deberían, las palabras no dichas
a tiempo siempre resuenan como una campana rota.
De esta manera cuando Eunice logra encontrar a su padre, se juntan
en el camino, en la maleta, en la parte trasera de la camioneta, muchos
cuestionamientos, muchas sospechas, muchas frustraciones, muchos dolores,
muchas mentiras y silencios aunque también algunos recuerdos descoloridos que
en algún momento fueron dulces y luminosos. Si se le busca con calma, en el
fondo siempre quedará alguna brasa de amor.
Aunque mientras eso sucede, únicamente hay una certeza. Son dos
extraños que deben ajustar muchas cosas y que están tremendamente necesitados
de afecto.
El poco acertado viaje por Jalisco de Ambrose lo conduce a la
granja del hijo de su antiguo socio: Payo (Yazpic) solamente para descubrir que
si accede a la oferta de Payo por comprarle a Howard, la calidad de vida del
pobre estaría bastante comprometida.
De esta manera, Ambrose decide cambiar sus planes y buscarle un
hogar digno a Howard. De nuevo el proyecto de Ambrose va a desembocar en donde
deba, no donde se esperaba.
En el trance, Luna nos va descubriendo sitios ocultos de México
vistos por los ojos de un extranjero, un hombre, que además atraviesa por otras
situaciones y nos desnuda la difícil relación de este padre y su hija que
necesitan desesperadamente re encontrarse pero que no saben cómo, hasta que el
destino vuelve a actuar y les proporciona una solución definitiva.
Director:
Diego Luna
Reparto:
Danny Glover, Maya Rudolph, José María Yazpik, Joel Murray, Angélica Aragón,
Gabriela Araujo
País:
México
Año:
2016
Género:
Drama, Road Movie
Duración:
94 Min
Clasificación:
Mayores de 13
Fecha
de estreno en México: 22 de Julio
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