Por Julia Elena Melche.
La apariencia
de normalidad que oculta seres retorcidos y siniestros.
Michael es un oficinista de treinta y tantos, amable, tranquilo, ordenado y pulcro. Sin ser muy
sociable, es atento con sus compañeros laborales, convive con ellos y los
atiende en una fiesta navideña de su trabajo, sale a esquiar con unos amigos,
tiene una hermana a la que le da regalos
para sus sobrinos y se le ve que lleva a pasear y al zoológico a un niño
de escasos 10 años, como lo haría cualquier padre. ¿Qué puede haber de terrible
o de monstruoso en la vida de este tipo?
Con gran inteligencia y un pulso preciso, el realizador
austríaco Markus Schleinzer sigue la cotidianidad del hombre y va abriendo
puertas para dejar ver al verdadero Michael y descubrir su terrible secreto,
cuando se le ve lavando sus genitales en el baño, luego de salir del cuarto
donde deja encerrado al niño.
“A
finales de 2008 no podías leer un periódico ni ver la televisión sin encontrar
alguna nota referente al abuso infantil. Estaba por todas partes. Tuvimos el
caso bastante sonado en Austria de Natascha Kampusch, quien fue secuestrada a
los 10 años de edad por Wolfgang Priklopil, quien la mantuvo escondida durante
más de 8 años, y luego el de Josef Fritzl, conocido en la nota roja como
“El monstruo de Austria” quien encerró y violó a su hija en un sótano durante
24 años y tuvo 7 hijos con ella. También ha habido casos infames en América,
así que el fenómeno estaba presente en todo el mundo. Lo que más me molestaba,
al menos en Austria y Europa, era que el tema se manejaba de manera
sensacionalista por la prensa. No había otro puto de vista”, comenta el realizador.
“Fue
cuando me senté y pensé en una visión diferente del problema. ¿Cómo hacer una
película sin caer en el escándalo ni tratando de ganar dinero rápido
aprovechándose del asunto?”, afirma el director de Michael. Crónica de una obsesión, su ópera prima y la historia de un hombre solitario y exitoso de 35
años de edad; en realidad un pederasta que mantenía encerrado en el sótano de
su casa y bajo llave al pequeño Wolfgang (David Rauchenberger),del que abusaba
sexualmente. La trama relata los últimos 5 meses del cautiverio.
Crónica en frío, pero con sobriedad y
discreción de un tema delicado.
En
la cinta de Schleinzer es evidente la enorme influencia de los cineastas Ulrich
Seidl (Días perros) y Michael Haneke (La pianista, Juegos divertidos,
La cinta blanca) con quienes trabajó como director de casting. Al igual
que estos, rechaza los convencionalismos para construir atmósferas sombrías,
turbadoras y hasta irritantes, donde la violencia está siempre presente, pero sin
mostrarla para volverla un espectáculo, sino de manera sugerida, en una
progresión dramática in crescendo, lo
que convierte su filme más seco y brutal y
provoca en el espectador sensaciones incómodas.
El
tono es sobrio e inquietante. En el seguimiento del devenir diario de Michael
se respira un aire cargado de tensión, no obstante lo simple que puedan ser sus
rutinas, desde hacer el aseo del cuarto junto con el niño o comer con él, hasta
armar un rompecabezas. A esto, contribuye la inmejorable interpretación de
Michael Fuith, quien se mete en la piel de un enfermo pervertido y repugnante, quien
igual canta villancicos navideños frente al árbol junto a Wolfgang y le da un
regalo, que le exhibe su pene con un cuchillo en mano durante una cena y le
hace una pregunta que escuchó en una película, sin duda una de las escenas mas
perturbadoras.
Retrato de los monstruos cotidianos,
pero que pasan desapercibidos.
Si
bien, el filme no busca juicios morales, hace una profunda radiografía de los
lados oscuros de seres con existencias sórdidas. Incómodo aunque realista, se
trata del retrato de una sociedad moderna y del primer mundo que alberga y
esconde psicópatas que pasan desapercibidos, de rostros joviales, buenos
modales, trabajadores, bien vestidos y tranquilos, como cualquier vecino.
Michael,
retrato de una obsesión
fue una de las grandes sorpresas en el pasado Foro de la Cineteca Nacional,
mereció el premio al Mejor Filme en el Festival de Viena 2011, fue nominada a
la Palma de Oro en el mismo año en el Festival de Cannes y su protagonista
Michael Fuith, fue reconocido como Mejor Actor en el Festival de Cine de
Dublín.
Dirección: Markus Schleinzer.
Reparto: Michael Fuith David Rauchenberger, Christine Kain, Victor Tremmel, Gisella Salcher y Ursula Strauss.
País: Austria.
Año: 2011.
Género: Drama.
Duración: 95 minutos.
Clasificación: Adolescentes y adultos.
Fecha de estreno en México: 10 de agosto de 2012.
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