Una
joya del cine inglés que nos hace entrar a la vida de “gente como uno” y profundizar en las diversas situaciones en
las que van transcurriendo a lo largo de todo un año de sus vidas.
Tom (Broadbent)
y Gerri (Sheen) son una pareja de adultos mayores, que aún están muy activos (ambos
tienen un empleo y lo realizan muy bien) y que a la vez contemplan la vida con
esa serenidad que solo la edad va dando. Alrededor de ellos están sus amigos de
toda la vida y su hijo Joe (Maltman), un
abogado que ya anda en los medianos treintas. Mary, (Manville), amiga y compañera de trabajo de Gerry es una
mujer que no se resigna ni a la soledad, ni a su edad y que intenta por todas
formas ponerle una careta a su verdadera situación y Ken (Wight), amigo de Tom, que
es simpático... pero desaliñado y con el
que Gerry querría que Mary terminara saliendo, lejos está Gerry de saber lo que Mary desea y por ello se sorprende muchísimo cuando
descubre quién es el “objeto del afecto” de su amiga.
La vida
normal de las personas que ya pasaron los sesenta años es todo un universo que pocas
veces se toca como tema único en el cine y cuando se hace puede uno contemplar obras
verdaderamente interesantes.
Mike Leigh, que ya nos ha dado obras como Vera
Drake regresó en el 2010 con esta cinta que se filtra hasta ahora en la cartelera
de nuestro país, antecedida por los magníficos comentarios que ha suscitado desde que inaugurara
Cannes en 2010.
La trama nos enlaza en
la vida de este grupo de amigos ingleses, con el día a día de su vida, en la que
si bien no suceden acontecimientos llenos de tensión, acción y/o sexo, si
transcurre la vida, la amistad, las reuniones, el cariño y las abundantes copas de vino.
Y Leigh
nos lleva hasta el corazón de la situación con una casi "demasiado cercana"
visión, estamos en medio, somos parte de este grupo; ya estamos en su mesa, en
su sala y somos testigos de ese sabor agridulce que pueden contener las vidas
de estos “adultos mayores” Desde una insomne Staunton, en un cameo especial,
hasta la alocada y terriblemente querible Mary con su locura y su desesperanzada
actitud de necesidad de afecto.
Sin
embargo, esta cuasi patética situación se lleva de una manera tan conmovedora
que Mary acaba por, efectivamente, hacer que el espectador sienta el amargo
desamparo de quien ya es “suficientemente mayor” como para fantasear en que el
tiempo no ha hecho estragos (más allá de lo físico) en lo espiritual, porque la
soledad y la inadecuación para encajar en un mundo donde las relaciones ya
están cerradas, se ha colado hasta los huesos, por ello su descocada búsqueda de
afecto sobrecoge y golpea a todos, empezando por Tom y Gerry y terminando en el
espectador. La dirección de Leigh hace eso, logra sentarla como alguien a quien
se conoce, cuya cara puede ser muy familiar, aunque
no se identifique.
La vida
de los personajes sucede, como sucede la de muchísimas personas alrededor del
mundo: trabajo, llegadas a casa, cuidado del jardín, copas de vino, la visita
esporádica del hijo, el querer solucionar problemas de pareja con los amigos,
más vino, el recuerdo de la familia, más reuniones, (algunas incómodas), cariño,
y el valor insondable del no decir las cosas y saber lo que el otro no dijo, con
absoluta certeza.
Y al
estar sentado en esa mesa, al brindarle el hombro a los personajes, se deja de
ser un simple espectador y se transforma
en otro actor, gracias a la magia de una buena dirección y un excelente guión.
Entonces enjugar las
lágrimas de Mary y tratar de que reflexione sobre su actitud (y su manía por el
vino y los hombres más jóvenes) se vuelve un acto natural.
¿Qué
decir de Tom y Gerry? (sí yo también pensé en el binomio de los otros Tom y
Jerry)
Es evidente que simbolizan la pareja ideal, de esas que cada día en la actualidad son una especie en extinción, parejas que tienen… toda una vida juntos y que aún quieren seguir
juntos, Sheen y Broadbent conjugan más química y complicidad en pantalla de lo
que muchísimas parejas “jóvenes” jamás han podido.
No es que sean empalagosos,
no lo son en lo más mínimo. Pero proyectan esa fuerte sensación de compañía que hace sentir a todos
sus amigos que son una especie de "lugar seguro" para ir.
Charlan, hacen su huerto
juntos, y cocinan; los amigos vienen a ellos, a lo mejor a cargarse de un poco de
esa “relación” para poder seguir cada uno con sus vidas.
Y además Tom y Gerry tienen
la gracia de siempre hacer sentir a los demás que “están para ellos” sin
importar que tan enfadosa o incómoda pueda ser su presencia. Una extraña cualidad que cada vez más se
diluye con la agitación de la vida moderna (o cuándo fue la última vez que
tranquilamente compartiste momentos de
verdadera intimidad con tus amigos sólo porque sí?)
Sin
embargo, esta tranquilidad existencial no significa de ninguna manera que las vidas
representadas sean planas.
La vida, los pequeños momentos, van transcurriendo
sin que se sienta pero están llenos de significados, de situaciones que deben sortearse, de
palabras ahogadas, de fingir entusiasmo, de prestar el hombro, de necesidades
profundas y hasta de situaciones embarazosas y todo sucede y llega al fondo sin
aspavientos, sin explosiones ni efectos especiales, cuando hay que ser devastador, el silencio y la
soledad pueden hacer más destrozos que
una bomba.
La otra
circunstancia es que no importa cuán mal puedan estar las situaciones en torno
a esta sólida pareja, los personajes no juzgan, ni menosprecian a sus
compañeros, no los demeritan, ni les hacen ver artificialmente soluciones a sus
conflictos (en todo caso les recomiendan cariñosamente ver a un especialista) los
escuchan y a lo más, los interrogan para entender su situación y ayudarlos, pero
no los compadecen y anulan esolviendo a fuerza sus vidas.
Entonces,
sentados en medio de Tom, Gerry, Mary y los demás amigos, por rigor nos deberíamos de contener y aprender a brindar el hombro a nuestros amigos
cercanos; no importa si están demasiado tomados, o demasiado errados o demasiado
mayores. Simplemente estar ahí cuando nos necesitan, sin juzgar, sin
compadecer, y sólo escuchar y dar un abrazo real, será suficiente.
Reparto: Jim Broadbent, Ruth
Sheen, Lesley Manville, Oliver Maltman, Peter Wight, David Bradley, Martin
Savage, Karina Fernandez
País: Reino Unido
Año: 2010
Duración:
2 hr. 9 min.
Clasificación:
Mayores de 18
Fecha de
estreno: 17 de Agosto
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