Por Julia Elena Melche.
La práctica de la prostitución por elección propia y sin
necesidad económica, sino como una experiencia para explorar el erotismo y a
manera de fantasía, generada por el deseo,
fue abordada por Luis Buñuel en Bella de día (1966). El francés François
Ozon retoma el asunto en Joven y bella, mediante la historia de la
hermosa adolescente de 17 años, Isabelle (Marine Vacth), quien decide
prostituirse por el gusto y deseo de una plenitud sexual en compañía de hombres
mayores. No lo hace por despecho amoroso ni por necesidad económica, pues
proviene de una familia acomodada.
La encargada de interpretar a Isabelle es la joven actriz
de 23 años Marine Vacth, modelo desde los quince, quien debutó en el filme de Cedric
Kaplich, Mi parte del pastel (2011)
Su belleza y sensualidad llenan la pantalla desde su primera aparición. Un
tanto gélida y despreocupada, tiene sus encuentros con hombres de negocios en
hoteles de lujo, vestida de manera formal, para luego salir con su ropa de
colegiala.
“Me gustaba concertar citas, chatear por internet, hablar
por teléfono, oír sus voces, imaginar cosas e ir ahí. Descubrir el hotel, no
saber a quién iba a encontrar. Era como un juego. Ahí casi no sentía nada, pero
cuando lo recordaba en casa, en el instituto, quería volver a hacerlo”, afirma Isabelle. Con estas palabras se define
el personaje; una chica que disfruta de la clandestinidad y goza sus fantasías. Busca el placer y sabe usar su belleza para satisfacer
a sus clientes. El dinero no le importa, no lo gasta, lo guarda en una caja.
Ozon, un experimentado especialista en rebuscar en los
más íntimos rincones del alma femenina, particularmente en su sexualidad,
explora en el tránsito de la inocencia a la madurez sexual de Isabelle. “La
película trata sobre lo que se siente tener 17 años y experimentar la
transformación de nuestro cuerpo. La adolescencia a menudo es idealizada en el
cine. Para mí fue un doloroso periodo de transición complicado y no soy
nostálgico sobre eso. No quería representar la adolescencia meramente como un
tiempo emocional, sino además y por encima de todo, como uno hormonal. Nuestros
cuerpos atraviesan intensos cambios psicológicos, y aún sentimos un tipo de
indiferencia. Así que asaltamos nuestros cuerpos con el fin de sentir, probamos
nuestros límites físicamente. El tema de la prostitución provee una manera de
resaltar esto, de ilustrar las preguntas de identidad y sexualidad aumentadas
por la adolescencia. La sexualidad aún no conectada con las emociones”, comenta
el director.
El realizador expone el tema de la prostituta adolecente sin
posiciones morales, no obstante, su cinta es otra obra provocadora, como el resto
de su filmografía. Tampoco indaga en las motivaciones de la joven por prostituirse. Quizás la ausencia del padre la
impulsaron a procurar clientes de edad madura, como para llenar los vacíos
afectivos paternos. Isabelle vive con su madre, su hermano menor y su
padrastro, lleva una vida relajada y común como cualquier chica de su edad.
Joven y bella no
ofrece respuestas fáciles sobre comportamientos que difícilmente pueden
generalizarse y crea un halo de misterio en torno a las razones de la
protagonista para sus aventuras eróticas.
Se trata quizás de una manifestación del desencanto que viven los
jóvenes de hoy con ausencias afectivas,
o tal vez una práctica que se ha vuelto común en años recientes entre la
juventud francesa para incrementar su economía, o simplemente un deseo por explorar una sexualidad
excitante.
Dirección y guión: François Ozon.
Reparto: Marine Vacth
(Isabelle), Géraldine Pailhas (Sylvie), Frédéric Pierrot (Patrick), Fantin
Ravat (Victor), Johan Leysen (Georges).
País: Francia.
Año: 2013.
Género: Drama.
Duración: 95 minutos.
EL
DIRECTOR.
El galo François Ozon es creador de un universo fílmico
que pone de manifiesto los vicios privados de la sociedad francesa más refinada
a través de una mirada tan sutil como perversa, en la cual brinda gran
importancia a las múltiples posibilidades de la sexualidad humana. Cursó sus
estudios de cine en la FEMIS de París y tras la realización de cortometrajes
como Mirando
al mar (1996) y Un vestido de verano (1997),
presentó su primer largometraje, Comedia de familia. Su obra es un
referente obligado en el panorama fílmico europeo actual. Sus cintas han
participado en los festivales cinematográficos más importantes del mundo,
ganando grandes reconocimientos. Ozón es un admirador de la obra de R.W.
Fassbinder, el musical y el melodrama, y entre sus filmes se encuentran
también: Gotas de agua sobre piedras ardientes, Bajo la arena, 8 mujeres, Juegos
perversos y En la casa.
PARA
INFORMACIÓN DE HORARIOS, CONSULTAR: www.cinetecanacional.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario