Por fin
llega la segunda parte de esta esperada saga en la que la vida de Katniss (Lawrence)
y Peeta (Hutcherson) tomara un convulso rumbo que comenzará con el anticipado “viaje
de la Victoria” para recorrer los distritos y llegar al capitolio, donde el malvadísimo
presidente Snow (Sutherland) que ha venido amenazando a Katniss planea una
sorpresa que va a dejar a todos con la boca abierta. Por supuesto Katniss,
Peeta, Gale (Hemsworth), y Haymitch (Harrelson) se verán en serios problemas. En
efecto, los temores de Snow no son infundados, hay un incendio que comienza a
extenderse en los distritos al sonido de los cantos de los sinsajos.
Evidentemente
lanzar una segunda parte de una saga de la que ya se conocen detalles, por los
libros, es una tarea tremenda. En principio porque de antemano sabemos que es “la
parte de en medio” y quienes hayan leído el libro no van a sorprenderse de las
aventuras ni de los plots que surjan.
De
esta manera Lawrence (el director) y los adaptadores cinematográficos se
enfrentan con un reto y lo vencen más que efectivamente; llegan a dar
certeramente en el blanco, como una flecha disparada por la propia Katniss.
Por
una parte saben conservar la fuerza de los personajes y por la otra guían con
certeza hacia la última parte de la trilogía (que será, como ya es costumbre
dividida en dos partes) a estrenarse en 2014 y 2015, todo ello sin dejar que la
acción sobrepase, sin dejar que los personajes se pierdan en medio de los
efectos y sin quitar el ritmo que toma la cinta a cada segundo.
Jennifer
Lawrence demuestra por qué se ha metido a Hollywood en la bolsa, y da su interpretación
de Katniss, profundizando en los conflictos de su personaje, en su frustración y
odio ante lo que debe vivir y como, el transformarse en el sinsajo, se proyecta
en toda la rebeldía y el sinsabor que se encuentran en los corazones de su
público, que mientras dura la función no hacen más que adorarla y vibrar con
cada una de sus acciones. Ni siquiera mencionaré los suspiros que llenan la
sala cuando Katniss debe afrontar decisiones románticas entre Peeta y Gale.
Katniss
puede ser letal, patear traseros más que ninguna, pero al fin de cuentas,
también puede ser una chica enamorada y confundida entre “el mejor amigo” y “el
niño del pan”.
“En llamas” se construye firme en el
movedizo terreno de ser “lo de en medio” superando con espectacularidad a su primera parte y
manteniendo el ritmo de la acción y las nubes de tragedia sobre los personajes con
un sentido mucho más profundo que el de solo ver “como niños matan a niños por
un show” que el público novato argumentó en la primera parte.
Aquí
la rebelión comienza a colarse, sin llamar la atención, en los amplios
boulevares y extravagantes casas del Capitolio, llegando hasta las mismas fiestas/bacanales. Los superfluos moradores de ese elitista sitio
han adoptado, sin reflexionarlo un segundo, como la última moda de su
estrafalario modo de ser, tan exagerado y pomposo, algo que finalmente caerá
aplastándolos a todos sin que alcancen a comprender como, ni por qué.
Entonces,
más allá de la mera distracción, crece el mensaje subyacente de denuncia a una
sociedad de consumo alimentada por espíritus de “realitys” basada en la
superficialidad y el hambre constante de contenidos, de novedades, de espectacularidad;
que desprecia y esclaviza a quienes la
mantienen y reprime con brutal exactitud los desacatos.
En
el mundo del Capitolio todo es al estilo Hollywood, todo es falso y todo lo
real, lo confrontante, se tapa con show. Claro que cualquier semejanza con la
realidad es mera coincidencia.
En
el Capitolio la multitud se divierte con los Juegos, los esperan y desean ver
el baño de sangre en ambientes exóticos, con peligros exóticos y una
impresionante producción, lo terrible es que no difiere mucho de la vida real. Ya
hemos visto guerras y bombardeos en tiempo real por la tele ¿no?
Entonces,
gracias a la magia del cine la cinta puede poseer tantas lecturas como se
quiera, habrá quienes la tomen como si fueran pobladores del capitolio, para
los que será “una cinta de romance acción y aventuras”, y habrá quienes puedan
hacer una lectura más profunda; equiparando los puntos encontrados en el tejido
de denuncia y pudiendo ver, como dije antes, asuntos mucho más inquietantes y
en cierto sentido escalofriantes.
El
cambio de director a manos de Lawrence fue sin duda un punto ganador en esta
saga. Lawrence ya tenía experiencia en dos áreas vitales para integrar al espíritu
de Los Juegos; tanto en Soy Leyenda con el ritmo que necesita
una cinta de acción, como en el enfoque del drama romántico en Agua para elefantes.
El
diseño de producción y la ambientación que transitan desde los empobrecidos
distritos cuya carencias son patentes, hasta
el lujoso Capitolio donde los aceros, cristales y luces contrastan
poderosamente con el vestuario y la locura absoluta del maquillaje y pelucas de
sus huecos moradores es un acierto total de la cinta. Además de la construcción
de esa arena, donde los inesperados 75° Juegos del Hambre se llevan a cabo, con todo su exótico alrededor falso y letal no
se quedan lejos de lo que el lector pudo imaginar en el libro. La adquisición de Seymour Hoffman en el elenco
y de nuevos personajes que serán determinantes en las siguientes partes como
Finnick (Claflin) y Johanna (Malone) redondea esta cinta que literalmente
estremece a su audiencia en la hambrienta espera de las secuelas por venir.
Director:
Francis
Lawrence
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth,
Elizabeth Banks, Stanley Tucci, Woody
Harrelson, Paula Malcomson, Willow Shields, Donald Sutherland, Bruce Bundy, Nelson Ascencio, Lenny Kravitz,
Philip Seymour Hoffman, Sam Claflin, Lynn Cohen, Jena Malone, Amanda Plummer,
Jeffrey Wright.
País:
Estados Unidos
Año: 2013
Género Acción/Aventura
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