viernes, 22 de noviembre de 2013

LOS JUEGOS DEL HAMBRE 2: EN LLAMAS (THE HUNGER GAMES 2 CATCHING FIRE)

Por Fabián Quezada León

Por fin llega la segunda parte de esta esperada saga en la que la vida de Katniss (Lawrence) y Peeta (Hutcherson) tomara un convulso rumbo que comenzará con el anticipado “viaje de la Victoria” para recorrer los distritos y llegar al capitolio, donde el malvadísimo presidente Snow (Sutherland) que ha venido amenazando a Katniss planea una sorpresa que va a dejar a todos con la boca abierta. Por supuesto Katniss, Peeta, Gale (Hemsworth), y Haymitch (Harrelson) se verán en serios problemas. En efecto, los temores de Snow no son infundados, hay un incendio que comienza a extenderse en los distritos al sonido de los cantos  de los sinsajos.  

Evidentemente lanzar una segunda parte de una saga de la que ya se conocen detalles, por los libros, es una tarea tremenda. En principio porque de antemano sabemos que es “la parte de en medio” y quienes hayan leído el libro no van a sorprenderse de las aventuras ni de los plots que surjan.
De esta manera Lawrence (el director) y los adaptadores cinematográficos se enfrentan con un reto y lo vencen más que efectivamente; llegan a dar certeramente en el blanco, como una flecha disparada por la propia Katniss.
Por una parte saben conservar la fuerza de los personajes y por la otra guían con certeza hacia la última parte de la trilogía (que será, como ya es costumbre dividida en dos partes) a estrenarse en 2014 y 2015, todo ello sin dejar que la acción sobrepase, sin dejar que los personajes se pierdan en medio de los efectos y sin quitar el ritmo que toma la cinta a cada segundo.

Jennifer Lawrence demuestra por qué se ha metido a Hollywood en la bolsa, y da su interpretación de Katniss, profundizando en los conflictos de su personaje, en su frustración y odio ante lo que debe vivir y como, el transformarse en el sinsajo, se proyecta en toda la rebeldía y el sinsabor que se encuentran en los corazones de su público, que mientras dura la función no hacen más que adorarla y vibrar con cada una de sus acciones. Ni siquiera mencionaré los suspiros que llenan la sala cuando Katniss debe afrontar decisiones románticas entre Peeta y Gale.
Katniss puede ser letal, patear traseros más que ninguna, pero al fin de cuentas, también puede ser una chica enamorada y confundida entre “el mejor amigo” y “el niño del pan”.

En llamas” se construye firme en el movedizo terreno de ser “lo de en medio” superando con  espectacularidad a su primera parte y manteniendo el ritmo de la acción y las nubes de tragedia sobre los personajes con un sentido mucho más profundo que el de solo ver “como niños matan a niños por un show” que el público novato argumentó en  la primera parte.
Aquí la rebelión comienza a colarse, sin llamar la atención, en los amplios boulevares y extravagantes casas del Capitolio,  llegando hasta las mismas fiestas/bacanales.  Los superfluos moradores de ese elitista sitio han adoptado, sin reflexionarlo un segundo, como la última moda de su estrafalario modo de ser, tan exagerado y pomposo, algo que finalmente caerá aplastándolos a todos sin que alcancen a comprender como, ni por qué.  
Entonces, más allá de la mera distracción, crece el mensaje subyacente de denuncia a una sociedad de consumo alimentada por espíritus de “realitys” basada en la superficialidad y el hambre constante de contenidos, de novedades, de espectacularidad;  que desprecia y esclaviza a quienes la mantienen y reprime con brutal exactitud los desacatos.
En el mundo del Capitolio todo es al estilo Hollywood, todo es falso y todo lo real, lo confrontante, se tapa con show. Claro que cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia.  
En el Capitolio la multitud se divierte con los Juegos, los esperan y desean ver el baño de sangre en ambientes exóticos, con peligros exóticos y una impresionante producción, lo terrible es que no difiere mucho de la vida real. Ya hemos visto guerras y bombardeos en tiempo real por la tele ¿no?

Entonces, gracias a la magia del cine la cinta puede poseer tantas lecturas como se quiera, habrá quienes la tomen como si fueran pobladores del capitolio, para los que será “una cinta de romance acción y aventuras”, y habrá quienes puedan hacer una lectura más profunda; equiparando los puntos encontrados en el tejido de denuncia y pudiendo ver, como dije antes, asuntos mucho más inquietantes y en cierto sentido escalofriantes.
El cambio de director a manos de Lawrence fue sin duda un punto ganador en esta saga. Lawrence ya tenía experiencia en dos áreas vitales para integrar al espíritu de Los Juegos; tanto en Soy Leyenda con el ritmo que necesita una cinta de acción, como en el enfoque del drama romántico en Agua para elefantes.
El diseño de producción y la ambientación que transitan desde los empobrecidos distritos  cuya carencias son patentes, hasta el lujoso Capitolio donde los aceros, cristales y luces contrastan poderosamente con el vestuario y la locura absoluta del maquillaje y pelucas de sus huecos moradores es un acierto total de la cinta. Además de la construcción de esa arena, donde los inesperados 75° Juegos del Hambre se llevan a cabo,  con todo su exótico alrededor falso y letal no se quedan lejos de lo que el lector pudo imaginar en el libro.  La adquisición de Seymour Hoffman en el elenco y de nuevos personajes que serán determinantes en las siguientes partes como Finnick (Claflin) y Johanna (Malone) redondea esta cinta que literalmente estremece a su audiencia en la hambrienta espera de las secuelas por venir.

Director: Francis Lawrence
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth, Elizabeth Banks, Stanley Tucci, Woody Harrelson, Paula Malcomson, Willow Shields, Donald Sutherland,  Bruce Bundy, Nelson Ascencio, Lenny Kravitz, Philip Seymour Hoffman, Sam Claflin, Lynn Cohen, Jena Malone, Amanda Plummer, Jeffrey Wright.
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género Acción/Aventura

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