Por Julia Elena Melche.
La corrupción en las más altas esferas de la política y de
la Iglesia. Abuso de poder. Enriquecimiento de unos pocos a costa de los más
pobres. Una familia obligada a abandonar sus tierras por un gobierno
expropiador, jóvenes ociosos sin muchas expectativas y ausencia de autoridades,
son problemas sociales en muchos países del orbe, que el realizador ruso Andréi
Zviáguintsev retrata con un realismo en seco y especial agudeza, para mostrar
el creciente estado de descomposición en la sociedad de su país.
El cineasta opta por una narración dramática con algunos
tintes de humor negro, para narrar la historia de un hombre común contra el
Estado. Se trata de Kolia (Alekséi Serebryakov), un tipo maduro que vive en un
pequeño poblado cerca del Mar de Barents, en el norte de Rusia, junto con su
joven esposa Lilia (Elena Liadova) y su hijo Roma (Serguéi Pokhodaev) fruto de
su matrimonio anterior.
Tiene un taller mecánico al lado de su casa, pero su
patrimonio se ve amenazado cuando el alcalde del pueblo (Roman Madyanov) quiere
apropiarse de su negocio, su casa y su tierra para realizar sus proyectos. Primero
intenta comprar el terreno, pero Kolia no soporta la idea de perder todo lo que
posee. No solamente es por la propiedad, sino por la belleza que le rodea desde
que nació. Ante las negativas, el alcalde se tornará más agresivo y violento. Kolia
pide ayuda a su amigo abogado Dimitri (Vladimir Vdovitchenkov) para que
defienda sus derechos, pero ambos tropezarán con un sistema político corrupto
que todo lo domina.
Lo primero que destaca en la cinta es la belleza natural del
paisaje, acompañada por las notas minimalistas del compositor Philip Glass,
ganador del premio BAFTA en 2002 a Mejor Música Original por Las
horas. Tomas abiertas en tonos grises y azules de un entorno desolado e
inhóspito, como abandonado a su suerte, capturan montañas, valles, caminos y playas, donde
reposan restos de viejas embarcaciones, de lo que fue una fábrica metalúrgica y
el esqueleto de una ballena varada, como metáforas de la agonía del pueblo
costero.
Inspirado en un hecho real que conoció a través de un amigo;
el de un hombre que vivía en Colorado y que se rebeló contra el poder de una
empresa y acabó suicidándose, el realizador construye una inmejorable mezcla de
drama familiar y thriller de suspenso, cuya visión caótica de la Rusia de
nuestros días, incomodó al Ministro de Cultura de Rusia, Vladimir Medinsky, y a
otros políticos de su país, quienes se mostraron descontentos por la severa
crítica que su filme hace hacia la política del Estado.
Su obra fílmica ha girado alrededor de núcleos familiares en
conflictos emocionales. En El regreso (2003) el drama se basaba
en la imposibilidad de un padre por recuperar el afecto de unos hijos, con
quienes apenas tenía contacto por estar recluido en la cárcel. En El
destierro (2007), se trató de la tragedia de una familia cuando el
esposo se entera que su mujer espera un hijo de otro. Elena (2011) fue
alrededor de una madre que era capaz de dar todo por su hijo bueno para nada y
sus dos nietos. Ahora, es la distanciada
relación entre Kolia y su mujer, y a su vez, entre ella y su hijastro, un
adolescente rebelde, violento y desorientado.
Ganadora del Premio al Mejor Guión (Oleg Neguin y Andréi
Zviáguintsev) en el Festival de Cine de Cannes 2014, la cinta parte del libro
homónimo del filósofo y escritor inglés Thomas Hobbes, “Leviatán, o La materia,
forma y poder de una república eclesiástica y civil” (1651), un tratado de la
naturaleza humana y la organización de las sociedades, cuyo título hace
referencia al monstruo bíblico Leviatán, de poder descomunal.
Sin duda, se trata de una de las cintas más destacadas de la
Muestra.
Dirección: Andréi Zviáguintsev.
Guión: Oleg Neguin y Andréi Zviáguintsev.
Reparto: Alekséi Serebryakov (Kolia), Elena Liadova (Lilia),
Vladimir Vdovitchenkov (Dmitri), Roman Madianov (Vadim Cheleviat), Anna
Oukolova (Angela), Alekséi Rozin (Pacha), Serguéi Pokhodaev (Roma).
País: Rusia.
Año: 2014.
Género. Drama.
Duración: 140 minutos.
EL DIRECTOR.
Andréi Zviáguintsev nació en Novosibirsk, Rusia, Unión
Soviética en 1964. Buscando una carrera en la industria fílmica, Zviáguintsev
dejó de actuar en teatros de provincia y se mudó a Moscú a principios de los
90. Se inscribió en la Academia Rusa de Artes Teatrales para complementar los
estudios que había hecho en la Academia de Teatro de Novosibirsk, mientras
hacía unos papeles de extra, tanto en televisión como en cine, con poquísimo
éxito. Un tanto desesperado por su situación precaria aceptó la propuesta
inesperada de uno de sus amigos para dirigir algunos episodios de la serie “La
recámara negra” de la productora independiente REN.
Su trabajo hizo que la
compañía le ofreciera dirigir un largometraje. El resultado fue El
regreso, su primera película en 2003 que obtuvo el León de Oro y otros
cuatro premios en el Festival de Venecia entre muchos otros reconocimientos. En
2007 filmó Izgnanie (El destierro), cuyo actor Konstantín
Lavrónenko, obtuvo el premio al mejor actor en Cannes. Su tercer filme, Elena
(2011), tuvo gran acogida por parte de la crítica y obtuvo el premio especial
del Jurado en el Festival de Cannes. Se dice que su cine está influido por el
de Andréi Tarkovski. Con Leviathan,
se ha consolidado como uno de los realizadores más destacados de la
cinematografía de su país.
LEVIATHAN SE EXHIBE EN CINETECA NACIONAL DEL MARTES 11 AL
DOMINGO 16 DE NOVIEMBRE DE 2014. EN CINÉPOLIS DEL MARTES 18 AL SÁBADO 22 DE
NOVIEMBRE.
PARA MAYOR INFORMACIÓN, CONSULTAR:
www.cinetecanacional.net/micrositios/muestra57/
www.cinepolis.com.mx
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