Por Jaime Azrad
El sistema educativo estadounidense ha sido tema de
interés para el cine y la televisión en los últimos años; Indiferencia retrata los retos que la decadencia de los métodos
americanos enfrenta con una generación joven que, falta de líderes, camina sin
guía hacia la deriva.
El director Tony Kaye muestra un pequeña parte de la
vida de Henry Barthes (Adrien Brody), un maestro sustituto que se cruza en las
vidas de alumnos, padres y profesores para dar un giro a sus perspectivas. Con
temas como el suicidio de adolescentes y la negligencia de padres de familia,
el docente da un golpe de realidad a sus alumnos, despertándolos del sueño en
el que se han refugiado toda su vida.
Las conversaciones y las acciones de la cinta se
fundamentan en un guión que es crudo y poético al mismo tiempo. El
existencialismo se cuela entre los diálogos del profesor, mientras es
contrarrestado por el muy verosímil lenguaje adolescente que, en más de una
ocasión, representa los problemas sociales que afectan a la educación, y que
hacen de esta trama un tema universal.
Honesta y sin ataduras, Indiferencia emplea una narrativa que crece de acuerdo al
transcurso de los minutos hasta que, inevitablemente, desemboca en una trágica
conclusión que va dirigida al espectador, pidiéndole que no se limite a
conmoverse con la cinta; que proponga fuera de la sala de cine las posibles
soluciones que las escuelas necesitan.
Brody, sutil y reflexivo, da vida a un arquetipo en
extinción. Sus agallas, honestidad y motivación son una combinación más bizarra
cada día.
Dirección: Tony
Kaye
País:
Estados Unidos
Año: 2011
Género:
Drama
Duración: 1 hr. 37 min.
Clasificación:
NA
Fecha
de estreno en México: 20 de Abril
No hay comentarios:
Publicar un comentario