Carlos Cuarón regresa sin miedo a la dirección y
presenta Besos de azúcar en el FICG 28
Besos de azúcar representa el
segundo largometraje de Carlos Cuarón, y aborda la pérdida de la inocencia de un
niño y su primer amor en un contexto violento.
Redescubrir el
barrio de Tepito fue una de las directrices que trazaron el rumbo de
Besos de azúcar, película de Carlos Cuarón que representa a México en
la Competencia de Largometraje Iberoamericano del Festival Internacional de Cine
en Guadalajara.
La pérdida de la
inocencia en un niño de 13 años que descubre el primer amor, violentamente
empujado por un círculo social corrupto, es el punto de partida de Besos de azúcar, producción a cargo de Alex García, bajo la
supervisión fotográfica de Kenji Katori y la colaboración en el guión de Luis
Usabiaga.
La energía que
impulsó a Carlos Cuarón para dirigir su nueva película no supuso ningún temor
frente al reto de superar Rudo y Cursi, al respecto declaró tener “grandes expectativas de
llevar a la pantalla esta historia rodeado de elementos positivos”.
Filmada en
distintas locaciones del Centro Histórico de la Ciudad de México, incluido el
viejo barrio de Tepito, Besos de azúcar tuvo entre sus exigencias el trabajo actoral con los
niños César Kancino y Daniela Arce, “la parte más importante de la película fue
la dirección de los jóvenes actores, armé un taller de actuación un año antes de
empezar a filmar”, comentó Cuarón, “la responsable fue Paloma Redondo, actriz
que interpreta el papel de Licha, ella junto a la directora de reparto,
Viridiana Olvera, reclutaron niños con inquietudes actorales en barrios
populares”.
El proceso
creativo, influenciado por películas inmortales como Los cuatrocientos
golpes o Melody, demandó a Cuarón configurar personajes con “actores
en el límite de la niñez y la adolescencia”.
En palabras del
director, “fue un trabajo donde descubrimos primero a Dany y después a César,
quienes estuvieron en el taller nueve y seis meses respectivamente.
Posteriormente me dediqué once semanas exclusivamente a trabajar con ellos; esta
etapa fue la que más disfruté al hacer la película”, puntualizó.
La idea
original, declaró Cuarón, surgió de la mano de Luis Usabiaga “en la época que
teníamos Producciones Anhelo, Luis me describió el universo de dos personajes y
antes de empezar Rudo y Cursi le propuse encontrar la historia y el contexto
necesarios para la película hasta llegar a un primer tratamiento”.
Para mayor información de horarios de funciones,
sedes y más actividades del FICG28 consultar www.ficg.mx/28
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